—No tengo ni la menor idea. Lo llaman Billy, por eso lo nombro así. Devina no pudo menos que imaginar lo horrorizada que se sentiría la señora Vanderholtz si supiera la forma casual en que estaba actuando Nancy-May. En ese momento entró Jake en el camarote. —¿Por qué te viniste sola?— preguntó—, estaba esperándole. Entré en el bar un momento, para beber algo rápido. —No te hallé por ninguna parte— contestó Nancy-May—, y opté por venirme hacia aquí. —Fue muy sensato de tu parte— aprobó Devina—, estoy segura de que a tu madre le disgustaría que deambularas por el barco sola. —¿Me está insinuando que no estoy cumpliendo con mi deber?— preguntó Jake en un tono desagradable de voz. —Sólo afirmo que la señora Vanderholtz me dijo que Nancy-May no debía quedarse sola ni un momento— contestó