Miradas insinuantes

1114 Words
La sirvienta les guió hasta el segundo piso y les mostro sus habitaciones, Rita entró a la de ella se fue directamente al cuarto de baño donde ya tenía la bañera llena de agua, ella se quito la ropa y la tiro al suelo, entro en la bañera y se zambulló en ella sintiéndose muy feliz de por fin poder tomar un buen baño. Rita salió de la bañera hasta que los dedos se le  empezaron a arrugar por estar tanto tiempo en el agua, al salir de la bañera cogió una bata que había colgada en la pared y salio del cuarto de baño, se sentó enfrente de un mueble donde había un espejo y un peine, ella desenredo su largo cabello rubio platino y lo dejó suelto para que se le secara. Busco en el armario de la habitación haber si encontraba algo de ropa que ponerse ya que todo lo que ella había traído estaba mojado y lleno de barro, al abrir el armario encontró varios vestidos con colores brillantes y alegres, ella rebusco entre los vestidos hasta que encontró un sencillo vestido de seda de color rojo, el vestido era largo, ligero con hilos de oro que decoraban la parte de la cintura, a Rita ese vestido le encantó e inmediatamente se lo puso. Cuando se vio en el espejo se quedó asombrada, el sencillo vestido una vez puesto era aún más hermoso y le quedaba perfecto, mientras ella se admiraba en el espejo tocaron su puerta. Toc, Toc. Rita sin dejar de admirarse en el espejo preguntó. __ ¿Quién es? __ Soy Daniel, ¿Puedo pasar? __ Si, pasa. Daniel entró y se sentó en un sofá, Rita se sentó enfrente de él,  cruzo las piernas y le preguntó. __ ¿Que quieres? __ No te parece que nos están tratando demasiado bien. __ Si, ya me di cuenta de eso. __ Nosotros solo somos dos simples mercenarios, sin embargo nos han tratado como dos invitados. __ Lo se, ¿Crees que sepan quién eres y por eso nos han tratado así? __Si, quizá la matriarca le envío un mensaje de diciéndole quien era. __ Bueno no sirve de nada darle vueltas al asunto, lo mejor será disfrutar nuestra estadía aquí. __ Supongo que  tienes razón, ¡Oye!, ¿De dónde has sacado ese vestido? __  Estaba en el armario. __ Te queda bien. __ Lo sé. Toc, toc Cuando Rita y Daniel escucharon que alguien tocaba la puerta ambos se quedaron mirándose y Daniel le preguntó. __ ¿Esperas a alguien? __ No, ¿Quién es? __ Soy Matilde, el señor Beker le espera en el comedor para cenar. Cuando Rita y Daniel escucharon cena ambos se apresuraron a salir de la habitación y la sirvienta que les había ido a buscar se quedó un poco sorprendida al ver que ambos salían de la misma habitación. Rita hizo caso omiso de las miradas de la sirvienta y camino con la cabeza en alto hasta el comedor. Cuando Asiel miró a Rita se quedó sumamente sorprendido al ver  que aquella joven arapienta y llena de barro que había llegado hacía solo unas horas hubiera cambiado tanto después de un baño. Ella se sentó al lado de Asiel y el se puso muy nervioso de tener a una mujer tan hermosa tan cerca de él.  Rita se dió cuenta de su incomodidad y quiso molestarlo un poco, ella le rozó la pierna con la suya y le sonrió coquetamente, Asiel movió su silla y dejó una distancia considerable entre ambos. Rita amaba los retos y el conquistar aquel hombre lo considero como uno, ella sonrió divertida y durante toda la cena no dejo de lanzarle miradas insinuantes. Asiel la considero una mujer hermosa, pero también una mujer muy peligrosa con la cual lo mejor era no involucrarse. Después de la cena, Asiel se levantó de su silla y dijo. __ Yo me retiro, que pasen buena noche. __ Te vas tan pronto, Me gustaría disfrutar de tu compañía un poco más. Dijo Rita. __ Lo siento pero estoy muy cansado, solo deseo ir a descansar. Cuando Asiel se retiró Daniel también se levantó, debido a la lluvia  su último  día de viaje  había sido  incómodo y molesto, lo único que quería era volver a su habitación y descansar. __ Yo también me retiro. Rita no tenía que hablar con el señor Beker y también se levantó. __ Yo también regresaré a mi habitación, buenas noches señor Beker. __ Buenas noches. Mientras subían las escaleras Daniel preguntó. __ ¿De que ibas hace un momento? __ ¿A que te refieres? __ Estabas acosando al hijo del señor Beker. __ No lo pude evitar, me encanta y sobre todo porque se me resiste, ya sabes cómo me gustan los retos. __ No juegues con nuestros clientes. __ Lo dice quién se acostó con la joven hija de aquel marqués que escoltamos hace unos meses. __ En mi defensa ella se me insinuó, yo solo respondí. __ Yo solo pienso jugar un poco, prometo dejarlo intacto. __ Rita tu eres un peligro, todos tus amantes terminan rotos por alguna razón. Rita respondió con una sonrisilla pícara y dijo. __ Eso no es verdad. A veces a Daniel le sacaba de quicio la actitud de Rita ya que debido a ello ambos habían tenido muchos problemas. Rita apresuró el paso dejándolo atrás y le dijo. __ Buenas noches Daniel. Cuando Rita entró en su habitación se cambió el hermoso vestido rojo que llevaba por un camisón de seda blanca y se envolvió en una bata. Ella abrió el balcón y se apoyó en la barandilla, después de un dia de de lluvia intensa el clima se había vuelto ligeramente frío, aunque no lo suficiente como para volver al interior de su habitación, esa era una de las cosas que a ella más le gustaba de la ciudad de Bratis, la cual parecía estár sumida en un verano eterno. Rita se quedó durante varias horas disfrutando de la fresca brisa que le alborotaba su larga melena rubia, después de un rato ella vio la sombra de un hombre sospechoso, ella sintió curiosidad por la identidad de la persona que se estaba escubullendo en medio de la noche, así que tomó dos dagas de su equipaje y salto de su balcón aterrizado en el suelo como un gato, para cualquier humano saltar de un segundo piso hubiera terminado mal, pero ella no era como cualquier humano, ella era parte de un linaje especial, los guerreros Kiniry, su fuerza y recistecia eran formidables, y el saltar de un segundo piso no era nada para ella.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD