El vino

1744 Words
El día de la fiesta llego, todos en el salón hablaban de ello, todos estábamos extasiados con la idea de que María llevaría un vino a la fiesta a escondidas, incluso nos dijo que también llevaría un ron del bar de su padre. La idea de tomar alcohol me parecía excitante nunca he tomado alcohol, pero dicen que uno se divierte más o al menos eso parece en las películas cuando salen escenas de ese tipo. Sandra ya me ha confirmado que el chico ese con el que me prometió que no seguiría hablando, llegara a las ocho de la noche, así que tendremos que estar ahí a esa hora. Mis padres me han dejado ir y han llamado a la madre de Sandra para que la dejen ir conmigo, lo cual siempre funciona, pues saben que somos mejores amigas y casi siempre vamos a todos lados juntas, somos como una especie de hermanas que viven en casas separadas. Tal y como le dije a Sandra, mi papá no me dejaría quedarme, así que nos ha dicho que, a la una de la madrugada ira por nosotras, incluso nos ha amenazado de que no se nos ocurra ingerir bebidas prohibidas a nuestra edad, ¿acaso se imagina algo? Digo, él también tuvo 16 años, aunque él dice que nunca iba a fiestas porque mi abuelo no lo dejaba, en fin, no creo que una probada del vino que llevara maría nos haga daño. La fiesta es de disfraces y como tal teníamos que venir disfrazadas, Sandra siempre saca provecho a su físico, su cabello es rubio y rizado, de ojos café claro, piel apiñonada, y aunque tiene dieciséis años su cuerpo es bonito, tiene muchos pechos como su madre y como desde pequeña hace ballet siempre se ha mantenido delgada, es bastante divertida y sociable. Yo al contrario de ella, soy de piel blanca, cabello n***o y lacio, ojos verdes y no tengo nada de bubis o nalgas, aunque mi cuerpo es algo tosco pues siempre he practicado gimnasia, intente el ballet, pero simplemente es demasiado aburrido para mí, yo también soy sociable pero solo a veces, suelo ser más selectiva sobre con quien hablar. Ambas nos estamos arreglando en mi casa, como les he dicho esta época no es mi favorita, así que Sandra se ha encargado de buscarnos el disfraz para ambas, ella será Wilma y yo seré Betty, si aún no los ubican es de esa caricatura de los picapiedras. -        ¡Niñas ya! – grita mi padre por las escaleras – son las seis treinta yo tengo que ir a una reunión a las siete, si no bajan rápido no van -        ¡Ya vamos papá! – grito abriendo la puerta, realmente ya estamos completamente listas, solo estamos retocando nuestro maquillaje y el peinado. Eso de ponerse huesos no es nada fácil. Ambas bajamos corriendo las escaleras después de diez minutos, mi papa solo nos observa de pies a cabeza, pero no dice nada, seguramente en el auto nos de él sermón de que nos cuidemos y todas esas cosas. -        Ya lo saben – dice mi padre interrumpiendo nuestros canticos desafinados y bajando el volumen del estéreo mientras estamos de camino a la fiesta – a la una vengo por ustedes, así que no pierdas el celular Amalia, nada de bebidas alcohólicas o cigarro y sobre todo nada de andar dejando que ningún chico las toque o las bese, tienen que darse a respetar. -        Si papá – digo suspirando – y si pasa algo te llamo, ya lo sé, ya nos lo has dicho varias veces hoy. -        Pues no está de más volver a decirlo, cualquier cosa me llaman y estaré aquí lo más pronto posible. Nos hacemos veinte minutos de camino pues había mucho tráfico a esta hora, la casa verdaderamente es enorme y preciosa, se accesa por unos portones negros enormes, los cuales tienen al centro las letras VT, que son las iniciales del apellido de Carlos, hay un guardia en la entrada que apunta el nombre de mi padre y luego abre el gran portón, se pensaría que el camino es corto pero todavía recorres un camino de terracería a través de los grandes árboles que se encuentran a sus costados para llegar hasta la casa o bueno, mansión. Mi padre no dice nada, pero he visto que está sorprendido, creo que no se imaginaba que fuera amiga de un niño tan rico o no sé, yo que sé que piensan los padres. -        ¿Estas segura que quieres quedarte? – vaya no creí que mi padre me preguntara eso, mi intuición me dice que diga que no, que quiero irme pero al final Sandra me observa desde el asiento trasero abriendo los ojos para que diga que sí. -        Si papá, estaremos bien – digo lo más tranquila que puedo y un escalofrió recorre mi columna vertebral. -        No lo sé hija, no me da buena espina este lugar, cualquier cosa me marcas, estaré al pendiente del teléfono, te dejo que ya voy tarde a la reunión – después de eso beso la mejilla de mi padre y nos bajamos del auto. – Cuídense y diviértanse – dice para después alejarse por el camino arbolado. -        ¿Qué onda con tu papá? – dice extrañada Sandra a mi lado, lo sé, a mí también se me ha hecho raro lo que ha dicho, nunca es de juzgar lugares o personas, pero ahora parecía realmente preocupado. -        Ni idea amiga, ya le preguntaremos luego – digo encogiéndome de hombros. Después de entrar a la mansión todo se ve terrorífico y mi corazón comienza a latir desbocado, otro nuevo escalofrió se hace presente en mi cuerpo. Todo está perfectamente acomodado, parece que estamos en Six Flags, solo faltan los monstros asustándote desprevenido. Carlos realmente preparo una gran fiesta y no solo eso, su hermano también hizo una fiesta en el mismo lugar, aunque las áreas están separadas, no se combinan las fiestas, pues el hermano de Carlos tiene veinte años, así que serán personas mayores, creo que se llama Bruno, o algo por el estilo, sinceramente no lo conozco pero Carlos dice que él se parece mucho a su hermano, regresando al tema, hay muchísima gente que no conozco en este lugar, son de nuestra edad pero ni siquiera van en el mismo colegio que nosotros, creía que solo estarían personas de nuestra escuela. Después de encontrar a nuestros amigos María, Javier y Daniel nos unimos al grupo, María nos dice que al final trajo dos botellas de vino y que su mamá no se dio cuenta, o eso cree. Quizás debería seguir el consejo de mi padre, pero no quiero ser una aguafiestas, solo quiero probarlo, así que Javier va a buscar unos vasos con un poco de fresca para prepararnos unas sangrías, según María lo ha buscado en internet antes de venir, estamos en una salita tipo loft a un lado de la alberca, la música suena fuerte ambientando todo el lugar, hay muchas bolitas, y aunque en los salones las fiestas no se combinan, en el patio las fiestas se unen, tanto la de Carlos como la de Bruno. María prepara las bebidas y nos da un vaso a cada uno, realmente está muy bueno, creí que sería amargo o que no me gustaría, pero el sabor es muy rico, así que me lo acabo de golpe y pido otro, de todos modos, no he sentido nada, Sandra al contrario se lo toma lento pues me dijo que no le ha gustado mucho. No sé qué me pasa, siento que todo me da vueltas y me siento muy alegre, incluso comienzo a bailar como loca y cabe mencionar que no me gusta bailar, apenas son las siete cuarenta de la noche y yo me siento entre relajada y divertida, ¿así se siente estar borracho? María me sigue el rollo mientras que Sandra nos mira mal y no le dan gracia nuestros chistes bobos y los chicos solo nos miran divertidos. -        Sandra – digo pegándome a mi mejor amiga - ¿si va a venir el tipo ese? – pregunto riéndome pues creo que es el efecto del alcohol -        Si, me ha dicho que ya está entrando en el porto, que incluso a el lo han invitado a la fiesta de Bruno – dice mirándome seria – Ya no tomes más Amalia, tu papá nos va a regañar. -        No me interesa, ¡Uyy! Me encanta esa canción, vamos a bailar Sandra – digo moviéndome como loca y brincando, Sandra solo niega y María se acerca a mí y ambas cantamos a todo pulmón la canción que está sonando. A las ocho diez un tipo alto se acerca a nosotras, va disfrazado de vampiro o eso creo, es bastante atractivo, y le encuentro un poco de parecido con el actor ese, creo que se llama Cole Sprouse, lo cual me hace gracia. -        Hola – dice sonriendo y veo que Sandra le sonríe, pero a esta que le pasa ¿y si llega el tipo con el que ha quedado y la ve coqueteando? Así que torpemente camino hasta ellos para pararme frente a mi amiga -        Y adiós – digo moviendo mi mano despidiéndolo – mi amiga no está en plan de hablar contigo – digo atropellando un poco las palabras -        ¡Amalia! Cállate, me estas avergonzando – dice ella detrás de mi -        ¿Qué? Pero si tú se supone que vas a conocer a ese tal ¿Filipo? ¿Félix? – digo tratando de recordar el nombre y mi amiga suspira poniéndose a un lado de mi -        Felipe Amalia, - dice regañándome – y él es Felipe – dice refiriéndose al muchacho que parece divertido de lo que estoy diciendo. -        Ahhhhh, bueno, entonces si puedes hablar con ella -digo girándome hacia el otra vez – pero no puedes ir a ningún lado, aquí hablaras con ella y no te pases de listillo – digo señalándolo y mirandolo acusatoriamente mientras siento como se tambalea mi cuerpo. -        Está bien Amalia – dice el divertido – aquí estaré con ustedes -        Hmmm, está bien, bueno, te dejo con mi amiga yo ire al baño – seguido a eso me alejo y veo como Sandra me observa pues no estoy nada bien, ahora me arrepiento de haberme tomado tres vasos de sangría tan rápido, me siento mareada.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD