—¡A mi hijo no le buscarás otro padre! ¡Vaya! ¡¿Quién lo viera?! Pensarían…¡que mujer más mala! Negándole el derecho a ese padre, pero frente a mí yo solo veo a un hombre estúpido que cayó en mi red, no solo se había alarmado con mi novio falso, sino que supo reconocer al momento que Izan era su hijo. Diego…Si lo haces tan fácil, será aburrido. Lo miraba, era patético, todo rojo, sorprendido y a la vez alarmado con su exclamación, todo avergonzado, mientras pensaba en su novia, detrás de nosotros, que no dejaba de mirar hacia la mesa. Por cierto, era una rubia muy bella, hermosa, esperaba que fuera buena actriz. Desde que llegara a casa me vería todas sus películas, hasta comerciales si tenía, porque…había matado dos pájaros de un solo tiro. O tres. Descubrí que Diego me miraba del