Susana se había mudado conmigo, Izan ya tenía tres meses de nacido y yo tenía un plan para un encuentro “no planeado” con Diego, que fuera casual, sin que yo lo buscara, pero que nos viéramos. Sabía que tenía una hermosa y espectacular novia, se trataba de una actriz poco conocida y, aunque aquello se llevaba con discreción, Susana lo sabía porque era amiga de la secretaria de Diego Alba, lo que facilitó las cosas para que ella tomara una copia de su agenda, sus horarios de esta semana completa, así que el viernes era el día, mañana. Mañana vería a Diego, tenía una cita con su novia que recién llegaba al país luego de unas cuantas semanas en el extranjero por motivos de su trabajo, estaba grabando no sé qué cosa. Si el mundo creía que yo ya no tenía deseos de vengarme, tenía para deci