Ejecución

2380 Words
Melquiades salió de esa oficina con una situación en la que al parecer el dinero alcanzo o fue más que suficiente como para traicionar a Rosario después de haber de alguna manera encargarse de abrir el camino para que ella ingresara a esa vida, ahora Melquiades estaba cerrando el futuro o los planes que existían entre ellos por la manera en la que prácticamente se vendió con Sebastián, después de todo Rosario no siempre conseguiría lo que pretendía ¡Al menos eso era lo que se suponía que sucedería! Sebastián seguro de sí mismo y de las acciones que se llevarían a cabo en contra de Rosario, permitió entonces que su amada esposa llegara a la empresa el día siguiente, ¡Claro, no sin antes conseguir su satisfacción al respecto! Para Sebastián existía eso que se llama retribución del deseo, por lo que Rosario primero debía cumplir con su obligación como esposa para entonces acceder a que se acercara a la oficina el día siguiente a tomar el título que desde el punto de vista de Sebastián era más que una estúpida y loca idea de su esposa. —Entonces querido ¿Qué has pensado respecto a lo que conversamos en la tarde? —¡Nada especial mi amor! Creo que tienes el derecho y la obligación de tomar lo que desees, después de todo eres mi esposa y creo que eso te impulsa en tomar atribuciones que solo me corresponden, pero así también creo que eres la mujer que desea avanzar y luchar por un buen futuro y eso realmente lo agradezco. —¡Me agrada que lo comprendas de esa manera Sebastián! Entonces me imagino que tienes todo preparado para presentarme el día de mañana como la nueva socia de la empresa. —Aún no he provocado tal acción, creo que primero debo saber ¿Qué tanto deseas ese puesto mi amor? —Exclamó Sebastián con el deseo ardiente en su voz y una petición algo extraña pronto se vendría a conocer. —¿Qué tanto lo deseo? ¿A que debo tu pregunta Sebastián? Me imaginé que todo estaba más que claro al respecto, o es que estas intentando mencionar algo al respecto. —Para que tomes posesión el día de mañana en la empresa hay un solo requerimiento que deseo que cumplas, ¡Te amo y espero que no lo dudes! Me has dado el mejor sexo de mi existencia y no lo dudo un solo instante, pero también me he preguntado algo últimamente, ¿Qué se sentirá estar con tres mujeres a la vez? ¿Tú lo has hecho antes verdad, aunque con hombres cierto? Rosario se ofendió inmediatamente sabiendo que Sebastián lo mencionaba por el hecho que conocía abiertamente que Rosario trabajó en un cabaret como prostituta, por lo que esa “Curiosidad de Sebastián” no era más que el deseo de estar con varias mujeres a la vez después de casado, a lo que Rosario se acercó peligrosamente a Sebastián y tras un golpe leve en el rostro, ella exclamo con ofensa. —¿Por qué lo mencionas ahora de casados? Eso fue claramente en mi pasado y jamás mencionaste algo al respecto, no entiendo porque es que ahora que se supone que solo debo tomar mi puesto tal cual me lo prometiste antes de casarnos, vienes y me pides algo así, es como una traición, pero con mi consentimiento, ¿cierto? —Más bien deberías de tomar esto como un intercambio de intereses, aunque si no aceptas esta pequeña cláusula para tomar tu puesto, ese mismo que te ofrecí pero que pase por alto esta pequeña clausula, entonces no te sienta mal quedarte en casa Rosario rodeada de todas mis riquezas y logros alcanzados. Rosario respiró y dio la vuelta para entonces pronunciar con la voz casi que desahuciada o decepcionada, dependiendo el tono del oído de Sebastián. —¡Hagamos esto de inmediato! Ve por tus zorras, estaré en la habitación esperando, porque no pienso esperar más tiempo para tomar lo que debía ser sin esa maldita cláusula emergente. Sebastián sonrió con picardía y empoderándose por encima de Rosario como el señor y amo de su vida, mantener el poder o sentir que las demás personas no se movían sin su voluntad, era el ego y orgullo más depravado y peligroso de Sebastián. Las dos chicas que solicito al servicio exclusivo de la ciudad, se presentaron a la mansión, quedando maravilladas con todo lo que veían a su alrededor, una de ellas queriendo ser un tanto más amigable se dirigió a Sebastián para hacerle saber la excitación que presentaba al estar en su presencia. —¡No se imagina lo privilegiada que me siento al estar esta noche aquí con usted! ¿Su esposa no se enterara de esto verdad? —¡Nadie le dio permiso para opinar! En cuanto a lo de mi esposa, es precisamente con ella que experimentaremos esta situación, así que les advierto a las dos que deben ser lo más sumisas y complacientes posible. La chica guardó silencio absoluto y se sorprendió al escuchar que Rosario era parte del trio, pero era su trabajo y no quedaba más que complacer al cliente ¡El más exclusivo hasta el momento para ellas! —¡Así que al fin has encontrado a las zorras que se meterán a la cama con nosotros! perfecto, entonces que comience la noche que no deseo desvelarme para tomar mi puesto mañana sin falta. Sebastián arrancó literalmente la vestimenta de las chicas, tratándolas como si de una vil pertenencia se tratara, las tomó por el pelo y las arrastro hacia la cama colocándolas de espaldas y desenfundando su herramienta viril, se desquito con ellas lo más que se lo permitió Rosario mientras observaba como con odio y ese sentimiento de frustración atravesaba el cuerpo de las prepago. Rosario sonrió a las espaldas de Sebastián, exclamando en su interior —¡Pobre Imbécil! Después de todo le hare un favor a la humanidad. —Rosario se acercó y acaricio cada parte trasera del cuerpo de Sebastián, intentando que el cobarde y desgraciado arrogante de Sebastián entrara en un éxtasis incontrolable, mientras entraba y salía de cada una de las prepago, Rosario besaba y acariciaba su espalda y entre pierna, provocando gemidos de éxtasis de parte de Sebastián. Rosario separo a Sebastián de las mujeres y lo llevo al suelo, tras tumbarlo lo cabalgo como la bestia salvaje que se asemejaba, mientras las chicas se besaban entre ellas, para entera satisfacción de Sebastián, a lo que Rosario exclamo nuevamente en su mente. —Después de todo eres un maldito cerdo, que se revuelca en su mierda. Rosario se levantó abruptamente de la entrepierna de Sebastián para sentar en su lugar a una de las chicas, para ella entonces sentarse en su rostros, específicamente en su boca, con su entrepierna abierta y depositando esa parte de su cuerpo la cual volvía mas que loco de excitación a Sebastián mientras la chica lo cabalgaba a toda prisa y deseando que Sebastián acabara con frenesí su deseo inmediato. Todo ocurría en esa habitación mientras que las cámaras instaladas en la habitación, trasladaban la información a Melquiades que vigilaba atentamente todos los movimientos de ambos, ahora específicamente los de Rosario. Rosario solo dejaba hacer sentir a Sebastián lo que ella permitía, pero su satisfacción ya no era y posiblemente nunca fue plena y completa, por lo que las dos chicas en la habitación se desplazaron junto a Rosario para llevar a cabo ese trio entre ellas, acción que volvió loco a Sebastián, sobrepasando todo placer antes jamás vivido. La noche corrió y el clímax de la relación entre Sebastián y Rosario estaba a punto de convertirse en el final que el mismo Sebastián Ríos comenzaba a escribir, sin siquiera saber que eral protagonista de su propia novela de traición y manipulación que impulso aún más el deseo de destrucción por parte de Rosario. —¿Ahora si te encuentras plenamente satisfecho corazón? —Exclamó Rosario tras haber acabado la sesión de amor y lujuria entre los participantes y que las chicas ya habían abandonado el lugar. —¡No creas que lo que he provocado era para exigirte algo a cambio mi amor! Siempre tuve esa curiosidad de sentir este tipo de emociones, pero no veía como llevarlo a cabo, así que supongo que lo nuestro por fin ha madurado de una buena manera y me alegra que no lo tomes a pecho. —También me encantó esta situación y espero que algún momento lo repitamos, ahora descansemos que, dentro de unas horas, será el día más importante de esta vida a tu lado. —¡Ya verás que será el mejor día de nuestra vida juntos Rosario! Todo se encontraba preparado para el día siguiente y no existía duda alguna que cada uno recibiría lo que merecía, aunque sorpresas daba la vida y ese era precisamente el sentido común de Rosario, ¡Dar sorpresas! Sebastián fue el primero en salir de la mansión, deseaba que ese mismo día se llevara a cabo lo planificado con Melquiades, aunque no sabía con exactitud si Melquiades ya contaba con un plan o manera de deshacerse de Rosario, pero al CEO de la empresa de moda, le ¡Urgía! Que Melquiades ya contara con un plan inmediato. —¿Qué me cuentas Melquiades? ¿Hay algo ya establecido para el negocio? Hace poco consigne el resto del dinero para que esto se ejecute de urgencia. —Con todo respeto señor, ¿Por qué le urge desaparecer a Rosario? Anoche no se veía con ese mismo ánimo de deshacerse de ella, bueno al menos eso fue lo que escuche por fuera de la habitación. —Como se nota que no sabes fingir Melquiades, pero espero que eso no afecte los planes, deseo que lo que tengas que hacer se ejecute esta misma tarde, luego que Rosario salga de la empresa y después de que me vea en la obligación de presentarla como la CEO en conjunto conmigo. —¡Entonces no me espere para ese evento señor! Enviaré a la prensa para que tome el evento y luego del mismo ocurrirá lo que estaba pensando hacer para dentro de unas semanas, pero debido a la urgencia, ese plan se ejecutara de inmediato. Rosario se presentó a la empresa dos horas más tarde, las modelos VIP se encontraban presentes en el salón principal de la empresa para recibir a Rosario con adornos florares y la tarima donde se llevaría a cabo el pronunciamiento de Rosario como la Co CEO de la empresa. —¡Oh cariño! Que rico que te encuentres presente tan pronto, disculpa que no me despedí de ti esta mañana pero como comprenderás era mi deber estar preparado para esta ceremonia, así que adelante, ¡Estás en tu empresa mi amada esposa! Rosario llena de algarabía no sospechaba en lo absoluto lo que sucedía en el lugar, por lo que se apresuró en llegar a lo que aparentemente desde ese día seria su oficina, lugar en el que se encontraba justo a la par de la oficina de Sebastián, aunque menos lujosa que la del CEO. Una hora más tarde. —Es para mí como el CEO de esta empresa de modelo que se ha convertido en la más prestigiosa de nuestra nación y parte del mundo en dar un paso al costado y comenzar de la mano de mi esposa una nueva era en “Elíseos parisinos” por lo que les pido de favor que le brinden una calurosa bienvenida a la nueva Co CEO de la empresa de modas. Las modelos presentes y los socios más cercanos recibieron a Rosario como ella lo merecía, modelo por toda la pasarela montada a su costado, para luego llegar al pódium y dar lo que pareciera ser su primer y último discurso. —Es un honor en convertirme en la Co-CEO de esta empresa de modas, no puedo negar que era mi sueño, pero ¡Jamás me imagine que se podría llegar a alcanzar! Ahora a cargo en conjunto con Sebastián, les prometo que llevaremos esta empresa a un nivel aún más alto, a las esferas aún más allá de este mundo, nos convertiremos los primeros en llevar a cabo el relanzamiento de la moda a niveles espaciales, pero para ello espero siempre contar con el apoyo de mis modelos y por supuesto de los socios. Todo estaba dicho por ambos CEO de la empresa, ahora y después del lanzamiento de la nueva pasarela a manos de Sebastián, era el momento de despedir el evento que tardo aproximadamente cinco horas, todos abandonaron las instalaciones y Sebastián en su oficina esperando que Rosario se acercara para marcharse. —¿No crees que es hora de marcharnos? —Hazme el favor de adelantarte Rosario, aun debo enviar toda esta papelería a los inversionistas extranjeros, están más que exigentes con el cambio que se realizó en la empresa el día de hoy, no me esperes a cenar, llegaré tarde. Se abrazaron como si de una hermosa pareja de esposos se tratara, escondiendo cada uno sus propias intenciones. Rosario se retiró de la empresa en su auto, al observar Sebastián que Rosario se alejaba, se provocó la llamada que definiría el destino de ambos. —Ha llegado el momento Melquiades, la modelo va rumbo a su destino. —A lo que Melquiades en su puesto esperando a que Rosario pasara por el lugar, respondió. —Me encuentro al pendiente de todo señor. Rosario mientras se dirigía en su auto, comenzó a llamar insistentemente a Melquiades, pero como era de suponer, sus llamadas no fueron atendidas por su entonces cómplice hasta el momento de todo lo que fue su vida hasta ahora. —¿Ahora porque demonios no me responde este imbécil de Melquiades? ¿Dónde te habrás metido Melquiades? Sebastián se encontraba nervioso y muy atento a las noticias, aunque esperaba que nada de eso saliera precisamente en las noticias, por lo que los nervios eran aún mayores, ¡Hasta que la llamada finalmente ingreso a su celular! —¿Qué sucede, porque has tardado tanto en comunicarte? —¡Esta resuelto, señor! Rosario ha desaparecido, no será un estorbo más en su vida.
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