Jugada

1574 Words
—Me has servido de mucho Melquiades, te depositaré un extra en la cuenta que me entregaste, espero que con eso quedemos a mano y espero contar con tu total discreción al respecto ¿Verdad? —¡Por supuesto que sí señor! Usted se dará cuenta que esta es la mejor jugada que jamás se haya practicado. Ahora Sebastián se comenzó a sentir libre de nuevo, pero ¿Qué fue lo que sucedió con Rosario? ¿Cómo es que Sebastián se deshizo de ella sin remordimiento alguno? Pero lo más importante, ¿Qué versión les diría a los medios sobre esta tragedia acontecida? Definitivamente eran demasiadas preguntas sin respuesta y debía de solucionarse este asunto de cualquier manera posible. Se conocía de antemano que Sebastián no era precisamente el hombre que deseaba permanecer atado a una sola mujer y no era la primera vez que lamentablemente desaparecía a una fémina de esta manera, solo que en este caso la traición fue y se sintió aun mayor, porque Melquiades fue el que realizo el trabajo, así que el mayor logro y satisfacción de Sebastián era precisamente el de manipular y siempre conseguir lo que deseaba con su dinero. Al día siguiente de la desaparición de Rosario, la situación era un tanto incierta, debido a que los empleados especialmente de la mansión se preguntaban ¿Dónde se encontraba la señorita Rosario? A lo que Sebastián con toda la tranquilidad del mundo respondía —¡No la he visto en todo el día! Seguramente se encuentra muy ocupada en sus asuntos personales. Obviamente era una situación muy difícil de creer, debido a que Sebastián Ríos no permitía que Rosario se alejara de su persona y mucho menos que no llegara a dormir a casa desde que se casaron, hasta que uno de los empleados de confianza de Rosario se acercó a Melquiades a averiguar sobre lo que estaba aconteciendo. —Usted tiene que darme a conocer la verdad, ¿Cómo es eso que la señorita Rosario no viene a dormir en una noche? ¿Eso jamás había pasado antes? Lo peor de todo es que el señor Sebastián se ve muy feliz al respecto, ¿Será que ellos están en problemas y se separaron? —¿Qué le sucede a usted, porque tanta confianza conmigo? Debe mantener su posición y hacer de cuenta que no ha visto nada, la señorita Rosario no se encuentra y seguramente no vendrá en un buen tiempo, así que le recomiendo que se acostumbre a su puesto y no provoquen murmuraciones porque lo único que van a provocar es que los echen como perros a la calle. Melquiades estaba evitando cualquier tipo de conversación al respecto, pero en unas cuantas horas contarían como 48 horas desde que Rosario desapareció y eso en una familia adinerada era un tema muy preocupante, al ser el centro de atención ¡Máxime tratándose de una pareja de recién casados! —¡Señor, perdone que lo interrumpa! Solo que mí deber es hacer de su conocimiento que algunas personas comenzaron a preguntar insistentemente por Rosario, por lo que creo que es el momento que usted tome su papel y comience a dar declaraciones al respecto. —¡Seré muy directo Melquiades! En verdad no me interesa lo que puedan pensar, simplemente daré una conferencia a la prensa al momento que se cumplan las setenta y dos horas y mi discurso será muy breve. —¿Se puede saber cuál será su discurso breve? Porque las preguntas de la prensa y los socios lo van a acorralar señor. —¿Acorralarme? Como se nota que aún no me conoces así sea un poco, afortunadamente me case con Rosario con bienes separados y la única manera que ella podría recibir un centavo de mi fortuna, era solamente tras mi muerte, por lo que entonces mi declaración se basara en ello, que la flamante señora de Ríos, al saber del acuerdo me abandono sin dejar rastro alguno. Melquiades sonrió al momento de la respuesta de Sebastián y se marchó a su residencia luego de dejar todo preparado para el día siguiente en la empresa. A pesar que Sebastián determino que al momento de cumplir setenta y dos horas o haría del dominio público, las lenguas y murmuraciones comenzaron a sonar muy fuerte. El CEO no se presentaba a la empresa de momento, situación que Melquiades aprovechó para comenzar a saquear la empresa a pesar de haber recibido una excelente paga. Melquiades anteriormente llevaba el plan con Rosario en trasladar los fondos de la empresa a cuentas en el extranjero, esos mismo fondos que Sebastián solo tenía destinado para inversión dentro de la empresa y el mantenimiento de la misma, por lo que era nada lo que se tomaba el tiempo Sebastián para pasar auditoria en ese ramo de la empresa. Sebastián se presentó hasta el tercer día de la desaparición de Rosario, pasadas esas setenta y dos horas, obviamente sin dar aviso a la policía, situación por la cual también fue criticado, se acercó al salón principal de la empresa y entonces dar declaraciones al respecto. —Lamento profundamente haberme ausentado todos estos últimos días, pero existen fuerzas mayores que me obligaron a ausentarme, espero que durante mi ausencia todo transcurra de la misma manera y espero que aún mejor, al personal de la empresa, les extiendo mis disculpas. Sebastián comenzó su discurso disculpándose por su ausencia, lo que para muchos causo en ese momento como tristeza o lastima al sentir que aparentemente el hombre se encontraba devastado por la supuesta partida de Rosario, así que, tras haberse disculpado, continúo con su discurso. —¡Ahora es mi deber como CEO de la empresa en darles a conocer la noticia que seguramente muchos de ustedes estaban esperando! Sinceramente es muy complicada la situación y lamento que las circunstancias me estén atacando de esa manera, considero que nadie está exento a este tipo de situaciones, pero no imagine que esto podría llegar a pasarme en lo personal. Los socios se encontraban muy pendientes de recibir esa confirmación de parte del CEO, debido a que el rumor ese día seria confirmado y ellos se encontraban hasta temerosos de lo que podría suceder, porque Rosario era la dueña de varias acciones de la empresa y el temor que rondaba entre ellos se lo trasladaron a Sebastián en el momento. —Perdona que te interrumpa Sebastián, pero ¿Qué sucedió exactamente con tu esposa Rosario? Lamentamos que a tan poco de casados estén atravesando problemas maritales, pero a nosotros nos interesa saber ¿Que pasara con las acciones de las cuales Rosario es dueña? Eso nos deja en un mal presagio si ella desea vendarlas a la competencia, ahí si estaremos perdidos. Sebastián contaba con las acciones de Rosario en su poder, por lo que no le preocupaba en lo absoluto el tema, a lo que, para mantener la calma de los inversionistas y la tranquilidad de los accionistas, el CEO aclaro sus dudas. —¡El hecho que Rosario no se encuentre conmigo! No debería de preocuparlos, afortunadamente esas acciones son invendibles, lo que quiere decir que las acciones que le pertenecían a ella, ahora pasaron a mi nombre y un porcentaje de las mismas pasaran a su nombre, ¿Ahora si se quedan más tranquilos? Con su discurso barato, convenció a plenitud a los socios capitalistas y accionistas de la empresa, por lo que tras la explicación paso a dejar mal vista a Rosario con sus declaraciones. —Señores la casusa por la cual Rosario me abandono y no será parte más de esta empresa, es porque lamentablemente ella se casó conmigo por conveniencia y al momento de enterarse que no obtendría un solo centavo de mi fortuna al momento que ella decidiera divorciarse, es que prefirió abandonarme, debido a que solo muerto podría ella heredar mi fortuna y la presidencia de la empresa, pero Sebastián Ríos hay para por lo menos 50 años más y espero en ese tiempo encontrar una verdadera mujer que me ame por la persona que soy y no por el dinero. Los periodistas terminaron su trabajo en tomar las declaraciones de Sebastián, por lo que por el momento el tema de Rosario quedaba sepultado literalmente para Sebastián y Melquiades, no siendo así para algunos empleados y socios, aduciendo que Rosario no se quedaría con las manos vacías. El día transcurrió y Sebastián como acostumbraba de soltero, se marchó con unas VIP de la empresa a la mansión, no sin antes dar aviso a Melquiades que se terminara de hacer cargo de todo lo que se encontraba pendiente en la empresa, de esa manera Sebastián pensaba que había regresado a su vida diaria y cotidiana sin atadura alguna. Melquiades tomo el teléfono de la oficina y marco a un número desconocido, a la misma hora que se estaba re transmitiendo la entrevista de Sebastián. —¿Escuchaste la entrevista de Sebastián? Sin duda alguna no imagine que este tipo podría ser aun peor que mi persona de antes, lo bueno es que todo este juego saldrá a la luz muy pronto, ¿Qué haces ahora mismo? —Nada Melquiades, simplemente me refrescaba y trataba la manera de consentirme un poco, porque lo que se viene no es nada fácil y ese desgraciado va a pagarme con sangre lo que planeo en mi contra y la manera en la que me ha dejado en vergüenza ante la prensa.
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