—¿Cuáles fueron los términos a los que has llegado Rosario? Me imagino que aceptaste el contrato que el señor Rodrigo estaba ofreciendo por tus servicios, porque de otra manera no hay forma que consigas un contrato en el centro de modas.
El representante de Rosario, nervioso y desesperado por saber los arreglos de Rosario con Sebastián Ríos, no sabiendo lo que ella fue capaz de provocar en la vida del CEO más cotizado del momento, por lo que Rosario con su arrogancia y destello de belleza, le dio a conocer los detalles a Alfredo.
—¿Cómo esperabas que me conformara con tan poca cosa?
—Pero Rosario, ¡Eso te impulsaría a un contrato mucho mejor más adelante!
—No seas imbécil, no acepte ese contrato porque se notaba el deseo de Sebastián en contratarme, por lo que entonces en base a mi experiencia para manejar a los hombres, me quede firme en mi determinación y no le quedo de otra más que aceptar mi propuesta o más bien el contrato que le hice redactar para que me lo enviara a la bandeja de correo.
—No sé qué pensar de ti Rosario, me das un poco de miedo en la manera que actúas, pero supongo que una mujer bella, seductora como tú, ¡En definitiva no existe! Pero entonces que contrato es el que firmaras.
—Estaré incluida dentro de las modelos VIP de la empresa, así que ve preparando mi equipaje que hoy mismo nos mudaremos al edificio de las modelos VIP.
—Pero entonces no puedo acompañarte, ese edificio es como bien lo has dicho, solo para modelos y no representantes.
—¡Que arregles tus maletas también te he dicho! Resolveré para ti lo que no puedes hacer por mí.
Alfredo comenzó a dudar de lo que estaba comenzando a planear en contra de Rosario, debido a que su intención era vender los derechos de Rosario a Rodrigo y con ello sacar una buena parte del contrato y con ello alcanzar su libertad financiera para desaparecer y Rosario entonces no podría faltar al contrato que la vincularía a la empresa, sin embargo Alfredo comenzó a maquinar en su pensamiento.
—¡Creo que de momento es más conveniente estar al lado de Rosario y no vender sus derechos de modelo!
Rodrigo al haber recibido instrucciones de parte de Sebastián, comenzó a investigar sobre el pasado de Rosario, información que no era precisamente fácil de encontrar, por lo que debía dirigirse directamente a la fuente, eso era la primera pasarela en la que Rosario participo, lugar en el que comenzó a ascender hasta considerarse una modelo cotizada por la industria.
—¡Muy buena tarde señor! ¿De casualidad usted es el organizador de pasarelas para talentos nuevos?
—¿Quién desea saberlo? —Preguntó el organizador que no era precisamente una persona confiable o de negocios lícitos, por lo que siempre trataba de ocultar su identidad para no ser descubierto en cuanto a sus actividades económicas.
—¡No se preocupe señor! Mi nombre es Rodrigo Fuegos, vengo en representación del centro de modas de Elíseos parisinos, me veo en la necesidad de conversar con el organizador, debido a que necesito información sobre una modelo en específico ¿Podría usted indicarme dónde encontrar al organizador?
El organizador presente, sintió alivio al escuchar de donde provenía Rodrigo, por lo que de inmediato le hizo pasara a su oficina para conversar de eso que necesitaba averiguar.
—Cuénteme señor Rodrigo ¿En qué puedo ayudarlo? ¿Qué información es la que necesita averiguar?
Rodrigo supo de inmediato que se encontraba en el lugar correcto y seguramente ahí encontraría la información que necesitaba de Rosario, por lo que de inmediato le mostro una fotografía de Rosario para que no existiera confusión alguna al momento de recibir la información.
—Esta modelo se llama Rosario, la verdad no sabemos mucho sobre ella, más que todo sabemos que ha subido como la espuma en el mundo del modelaje y aquí fue su primera participación profesional, para después convertirse en modelo de la academia de Esteban, recientemente le extendimos un contrato, pero mi jefe el CEO Sebastián Ríos, es muy exigente en cuanto conocer el pasado de las modelos, ¿Podría darme la información necesaria?
El organizador observando la fotografía en sus manos, por momentos regresaba la mirada hacia Rodrigo, no le pareció de alguna manera que se tratara para hacerle daño a Rosario, pero sabía con exactitud que la empresa no aceptaba modelos que en su pasado estuviese involucrada la prostitución, por lo que la conversación no comenzó del todo honesta.
—La verdad es que acepte que la señorita Rosario participara en esa edición, por el hecho que su representante es conocido, no me pareció que esa señorita lograra llegar más lejos de lo que ahora me imagino que lo está logrando, pero sinceramente no conozco los detalles de su pasado o antes de participar en este certamen.
Rodrigo se percató que el organizador no estaba siendo del todo honesto, así que llevo su mano hacia el maletín que lo acompañaba para sacar del mismo un fardo de billetes y pronunciar.
—Se con certeza que esto le puede hacer recordar cosas que quizás se le estén olvidando por cualquiera que sea la circunstancia, créame que no se sabrá en lo absoluto que usted amablemente me dio la información que necesito recabar, sinceramente no creo que una mujer como Rosario ¡Hay emergido de la nada sin un pasado que la preceda o que sea motivo de vergüenza para ella! entonces ¿Recuerda algo que en verdad valga la pena saber?
El organizador mostro inmediatamente el interés al fardo de billetes sobre la mesa, pero entonces sugirió algo que conllevaría a que Rodrigo tendría que ser aún más generoso para la información que necesitaba escuchar, por lo que entonces daba una ligera sospecha que Rosario después de todo no era una simple modelo hermosa y llena de vida.
—Es posible que no recuerde todo lo que necesita escuchar señor Rodrigo, pero como usted sabrá o entenderá, estos papeles solo me provocaran que recuerde algunas partes que aún son algo confusas en mi cabeza.
Rodrigo entonces sonrió con descaro y confirmo en su pensamiento que la vida de Rosario era aún más difícil de lo que imagino, así que introdujo su mano nuevamente y saco dos fardos más de billetes, diciendo al mismo tiempo. —Esperó que esto sea suficiente para curar su amnesia.
—¡Creo que de pronto con esto es más que suficiente señor Rodrigo! ¿Entonces por donde desea que comencemos?
—Comience por invitarme a una taza de café, porque creo que tiene mucho para contarme señor Melquiades.
—Entonces si me permite en momento regreso con el café para compartir.
Melquiades se retiró de la oficina para dirigirse hacia la cocina que se encontraba a un poco más de diez metros de distancia, pero el señor Melquiades no parecía ser una persona completamente de confianza, y sus acciones lo demostraron en ese momento.
—¿Ahora que desea este tipo? —Exclamó la persona que Melquiades llamo por teléfono, para entonces colocar en sobre aviso que Rodrigo Fuegos, se encontraba en su oficina solicitando información sobre Rosario, a lo que de inmediato le respondieron sin duda alguna en su respuesta.
—Hazle saber a lo que Rosario se dedicaba anteriormente, ¡Claro, también has de su conocimiento lo que ella fue capaz de hacer para quedarse con unos cuantos de miles de dólares que luego gasto en su cuerpo!
—¡Como usted lo ordene!
Melquiades regresó con Rodrigo a la oficina minutos después, para continuar con la información y tal cual se lo ordenaron en la llamada que provoco. Melquiades se acomodó y comenzó a soltar la lengua en contra de Rosario.
—Entonces señor Melquiades, creo que hemos perdido mucho tiempo y necesito salir de aquí cuanto antes, debido a que mi jefe está esperando la respuesta de esta investigación para proceder o no con el contrato de Rosario.
—Me consterna el hecho que el pasado de una persona perjudique su presente y posiblemente su futuro, por lo que le pediré expresamente que no me involucre en todo esto, entenderá que no deseo comentarios negativos y amenazas de parte de Rosario y su representante.
Rodrigo quedo impactado al momento de escuchar que Rosario y Alfredo podrían provocarle amenaza de muerte a Melquiades, por lo que juro sobre tierra, no mencionar su nombre en lo absoluto.
—¡No se preocupe que nadie lo sabrá más que el señor Sebastián Ríos!
—Entonces déjeme decirle señor Rodrigo que Rosario no debería trabajar para ustedes, ella es una mujer peligrosa de temer y no se tentara el alma para provocar el daño necesario hasta obtener lo que necesita.
—No me asuste señor, ¿Cuáles son las verdaderas intenciones de Rosario en la empresa entonces?
El silencio se escuchó tras un sorbo de café de parte de Melquiades, que luego de depositar la taza de vuelta en su escritorio y secarse los labios, exclamó.
—Rosario es una mujer inescrupulosa que juega con los sentimientos de los hombres millonarios o que pueden de alguna manera otorgarle u ofrecerle algún tipo de beneficio económico y ella siempre ha estado interesada en el señor Sebastián Ríos, su único propósito en la vida ha sido conquistar al CEO de Elíseos Parisinos, para posteriormente quedarse con fortuna ¿Le parece eso malas intenciones?
Rodrigo se impactó tanto en el momento, que no sabía si creer o no lo que Melquiades le estaba mencionando, a lo que Rodrigo entonces mencionó y preguntó.
—¿No cree que eso es un poco exagerado? Sebastián se ha caracterizado en ser un hombre frio y determinante en sus acciones y nunca se ha dejado manipular o dominar por una mujer, por ello no creo que Rosario llegue a conseguir algo así, ¡Menos ahora que se cuál es el motivo de su llegada! Pero entonces ¿Cuál era su vida anterior a esto del modelaje?
—Nunca descarte las intenciones de Rosario, de igual manera me imagino que usted bloqueara su ingreso después de esto a la empresa, así que ese podría ser una ventaja para ustedes. Ahora en cuanto a la vida pasada o secreta de Rosario, ella trabajaba como sexo servidora en varios bares exclusivos y no tan exclusivos del país.
Eso sin lugar a duda saco de sus casillas de confort a Rodrigo, lo desorbito por completo, sus pensamientos viajaron y desde ese instante estaba con la inquietud de llamar a Sebastián, pero considero en ese momento que no era propicio hasta que terminara de averiguar el resto de la verdad que se escondía detrás de esa mujer de fuego que seducía con su encanto y sus miradas de hechicera.
—Entonces ese es su oscuro secreto, ¿Es todo lo que tiene para contar o existe algo más que deba saber?
—En efecto hay algo más señor Rodrigo, la otra cara de Rosario es aún más perturbadora y despiadada de lo que usted puede imaginarse.
La incertidumbre fue aún mayor para Rodrigo ¿Qué más podría esconder Rosario de su vida? Rodrigo estaba a punto de averiguarlo, pero como Melquiades quería asegurarse que Rodrigo no desconfiara, saco de su escritorio algunas fotografías de Rosario en los bares que trabajaba y no solo bailando precisamente, sino que también el acto íntimo con los clientes que aceptaba en su habitación después de ofrecer su show en el escenario del bar en el que trabajaba.
—Se da cuenta que no le miento señor, ahora bien, preste atención. Rosario nunca fue perseguida por este crimen, pero lo cierto es que ella fue la asesina de un pequeño comerciante que comenzaba a elevarse en el mundo de los negocios, no soportó la tentación de apoderarse de la pequeña fortuna que poseía este joven y mientras se encontraba en el acto s****l, lo apuñalo en repetidas ocasiones hasta que el joven murió, días después fue encontrado pero el arma homicida no, por lo que nunca se supo la verdad, ¡Se lo cuento porque soy testigo de ello y Rosario busco refugio en mi persona por meses! Esta es la prueba que Rosario fue la autora del crimen.
Rodrigo no salió de su espanto al ver la evidencia frente a sus ojos, no soporto más lo que estaba observando y escuchando, considero que era más que suficiente y se levantó para marcharse de inmediato del lugar.
—Señor Rodrigo, no puede marcharse solo así, espere por favor, puede que le suceda algo en el camino.
Rodrigo hizo caso omiso a lo mencionado por Melquiades, lo que provoco que al momento de abandonar la oficina de Melquiades y subirse en su auto para salir del lugar, llamo de inmediato a Sebastián para anticipar su llegada.
—¡Voy en camino Sebastián! Por favor no te muevas de la empresa, es muy urgente y delicado lo que tengo para contarte de Rosario.
Al instante que encendió el auto, tres personas extrañas se encontraban dentro de un auto, era como si pronto se encontraban vigilando a Rodrigo.
—No podemos permitir que se nos valla, hay que hacer el trabajo de una vez.
Uno de ellos descendió del auto y se acercó a la ventanilla del conductor y Rodrigo bajo el vidrio sin sospechar nada.
—Disculpe, ¿Tiene unas monedas que me haga cambio para el parqueo?
Al instante que Rodrigo temblando busco en sus bolsillos sencillo para entregarlo, el joven frente a Rodrigo le disparo en repetidas ocasiones en el pecho a Rodrigo, provocando su muerte casi que de inmediato, pero aun respiraba cuando otra persona cubierta se acercó y al estar frente a Rodrigo, se quitó la capucha al introducir su cabeza en el auto.
—¡Hola Rodrigo! En efecto esta era mi vida pasada, ahora tuve que actuar para evitar que me perjudicaras, recuérdame cuando llegues al infierno, soy Rosario Alma de fuego.