Presentación Oficial

1898 Words
Sebastián continuaba sin recibir alimento y líquidos, por lo que la situación estaba obligando al señor Ríos a acceder a las peticiones de Rosario, en definitiva Sebastián no se encontraba ni cerca de haber pasado antes la situación que ahora estaba viviendo en manos de Rosario, la desesperación creía a pasos agigantados en el que ahora se mostraba como la victima de las circunstancias, lo que para Rosario no era más que cuestión de tiempo para que Sebastián aceptara su trato, ¡Literalmente era lo único que le quedaba a Sebastián! Debido a que Rosario no se encontraba en la disposición de eliminar a su esposo de una manera repentina. —¿Cómo ha marchado todo por la empresa durante estos últimos días Melquiades? He de imaginarme que se encuentran algo ansiosos por los cambios que se ha suscitado sin nuestra presencia en la empresa. —¡Ciertamente así ha sucedido Rosario! Lo que me lleva a preguntar, ¿Cuándo te harás presente con Sebastián? De momento me he encargado de anunciar a los socios y demás empleados, que ustedes se encuentran renovando sus votos y reconciliándose por la supuesta crisis matrimonial que atravesaron, así que de momento aún no existe exigencias para que se presenten, aunque no está de más advertirte que no deberías tardar más de lo contemplado. —De momento lleva tres días sin agua y comida, realmente no creo que pase de este día, estoy segura que Sebastián me rogará por comida y venderá su dignidad por un mísero plato de comida. Rosario no dudaba que Sebastián provocara esa situación lo más pronto posible, por lo que mantenía esa vigilancia sigilosa para estar al pendiente de cualquier movimiento o petición de parte de Sebastián, que era limitado a permanecer en la silla de lo que podría decirse que antes era su oficina en su residencia, amarrado y con tres días sin comida, Sebastián estaba a punto de llegar a su límite. El mayordomo se acercó repentinamente a la oficina para cerciorarse que Sebastián aun respirara, pero al instante de acercarse y observar por la ventana, se percató que el señor Ríos se encontraba desmayado y no daba señales de vida, por lo que ingreso inmediatamente a la habitación y descartar cualquier tragedia que no era conveniente en ese momento para Rosario. —¿Señor Ríos se encuentra bien? —Exclamó con extrema preocupación el mayordomo de Rosario, a lo que Sebastián respondió con la voz apagada y con una seria deshidratación. —Llame a Rosario, estoy dispuesto a hacer lo que ella me pida. Sebastián dio su brazo a torcer y con la única opción que considero en ese momento que contaba, es que envió por Rosario, era precisamente lo que ella esperaba y que ahora era una realidad. Rosario llego de prisa a la habitación y el hedor en la misma era más que evidente, por lo que antes de conversar con Sebastián dio órdenes al mayordomo. —Lleve a Sebastián a darse un baño, luego que se cambie esa vestimenta asquerosa y luego de eso le da de comer, porque por el momento no puedo conversar con Sebastián en la situación que se encuentra. Con la ayuda de una de las sirvientes de la mansión, Sebastián se ducho, cambio y alimento, el hombre jamás en su vida había pasado más de un tiempo de comida sin probar alimento, por lo que su situación de alguna manera era un tanto deplorable y la soberbia u orgullo con el que se manejaba, se le fue por los suelos de inmediato, ahora solo quedaba saber ¿Qué era lo que llegaría a hablar con Rosario? Era una situación extrema pero que en el fondo Sebastián comenzaba a creer que podría salir avante de esta terrible situación, solo comenzó a imaginar que de pronto Rosario deseaba vengarse por la manera en la que intento deshacerse de ella y por lo ocurrido con su hermana, pero que después de todo podría alcanzar un acuerdo que le permitiera vivir y no quedar completamente en la ruina. Rosario se acercó a Sebastián mientras se encontraba en el comedor satisfaciendo su necesidad de alimento, lo que al observar a Rosario acercarse sin esa arma que acostumbraba a llevar últimamente, llego a pensar, —¿Sera que me da tiempo a escapar? Bueno creo que no es una buena opción, creo que no tengo alternativa. —Entonces Cariño, ¿Ahora si tienes deseos de conversar? Me imagino que eso de aguantar hambre no es muy bueno ¡Verdad! Pero me alegra que tomaras una buena decisión después de tanto tiempo, ahora dime ¿Qué es lo que has pensado hacer en cuanto a nuestra relación? —Acepto que he obrado mal toda mi vida y creo que es momento de arrepentirme de mis acciones, te ruego Rosario que olvidemos el pasado y reconstruyamos nuestro amor y matrimonio. Rosario sonrió a carcajadas en ese instante, seguramente no era lo que esperaba escuchar de parte de sebastiano, por lo que ella después de dejar de burlarse, respondió. —¡Creo que te has equivocado de Dios! no soy quien para perdonarte o para pretender que todo quede en el pasado, simplemente digamos que mis acciones no son directamente por el pasado sino más bien por mi deseo de ser la única mujer en el mundo de los negocios que alcanza lo que desea sin importar el precio a pagar, así que no me vengas con palabrerías baratas y absurdas, más bien ¿Qué harás al respecto? Porque acabas de gastar tú ultima oportunidad para entregarme una respuesta coherente. Sebastián se tragó su última carta, esa que era prácticamente imposible que jugara a su favor, su rostro de arrepentimiento no logro alcanzar su objetivo, a lo que después de ello, exclamo con la única respuesta que le serviría para continuar con vida. —Me imaginé que sería inútil tratar de arreglar las cosas entre nosotros, por lo que Rosario, creo que entonces estoy dispuesto a seguir con tus planes a cambio de una sola cosa, sé que no me encuentro precisamente en la situación de pedir algo a cambio, pero también sabes perfectamente que no puedes solo utilizarme sin acarrear consecuencias, así que ¿Me cumplirás con lo que deseo pedirte? —¡Supongo que no tengo alternativa! ¿Qué es lo que deseas? —Que me jures que no me eliminaras, solo deseo seguir con vida, ¡Aun no deseo morir, ahora y menos en el futuro! Dame solo esa oportunidad de vida. —¿Al menos consideraste darme esa oportunidad antes de decidir por mí? ¡Creo que no verdad! Pero para que veas que no soy igual a la basura de hombre que tu si lo eres, ¡Estoy dispuesta a mantener con vida! eso sí, ¡Ni se te ocurra traicionarme bajo ninguna circunstancia! —¡Te juro que no Rosario! —Exclamó Sebastián mientras tomaba el tenedor y lo llevaba a su boca con un bocado de comida. Sumiso y dispuesto a colaborar, Sebastián se resignó a llevar su vida conforme Rosario le causara placer o ella así considera que era lo justo o necesario para sus intereses. —Entonces Sebastián, no puedo llevarte así a la empresa, por lo que hoy descansaras plenamente en una de las habitaciones con su respectiva seguridad, porque no creas que me confiare de ti solo así, para que mañana nos presentemos a la empresa y desde mañana tendrás que hacer y decir ¡Todo lo que te dejare escrito en tu escritorio! No está de más advertirte que por muy mínimo que sea tu intento de hacer algo en mi contra, no me importara eliminarte definitivamente. —Que así sea Rosario. Al día siguiente y con la vista puesta en Sebastián, el personal de la empresa y los socios que fueron invitados a la presentación oficial de Rosario como la nueva directora ejecutiva de la nueva empresa de modas, los saludos y bienvenidas no faltaron, la alegría por parte de los empresario era más que evidente al tener de vuelta a Rosario más que al mismo Sebastián, siendo relegado prácticamente que de inmediato a las sombras. —¡Es un verdadero placer que te encuentres de regreso Rosario! Imaginamos de alguna manera que esta empresa no tendría remedio, pero ahora con tu regreso, seguramente esta empresa será el doble de exitosa que anteriormente. Los socios entusiasmados y creyendo que todo era parte de un plan estratégico de parte de Sebastián para que la empresa no entrara en ruina, aceptaron cada una de las disposiciones que se les entregaron al momento de vender las acciones que salieron a la venta, ¡Pero desde ese momento Rosario comenzaba a ver una oportunidad más allá que solo la de las pasarelas! Aunque no era concreto de momento pero era una sola posibilidad en el futuro cercano. —¡Bueno Sebastián, es tu turno querido! No está de más recordarte que nuestro acuerdo consiste en que tienes que apegarte a lo que yo deseo y no a lo que podrías esperar de las demás personas hacia ti, es tu turno de presentarme y dejarme en el poder desde ahora. Sebastián dentro de la sala de juntas con el banquete a su alrededor, respiro profundamente y con su orgullo a cero, pronuncio aquellas palabras que no imagino en su vida que podrían llegar a salir de su boca. —Es un placer que se encuentren presentes, debido a las circunstancias que nos aquejaban anteriormente, tomamos la decisión con mi esposa que desde ahora ella llevara las riendas de la nueva empresa de modas bautizada como “Gearl Teen” considero que la empresa necesitaba nuevos aires e ideas y justamente Rosario es la indicada para realizar tales acciones, por lo que puedo asegurarles mis estimados inversionistas, que sus fondos de ahora en adelante están más que aseguradas y les pido de favor brindarle un caluroso aplauso a la nueva CEO del centro de modas más importante de la región, ¡Rosario de Ríos! Melquiades no encontró satisfacción alguna más en su vida que ese preciso momento en el que Rosario ¡Por fin alcanzo su sueño! Su alegría era enorme y se encontraba satisfecho en estar incluido en todos los planes de Rosario, exclamando prácticamente con cantos de victoria y regocijo tras su inevitable triunfo sobre Sebastián. —¡Después de todo, nada te quedo grande Rosario! Uno de los inversionistas que aún no se deshacía de sus acciones sin importar el cambio de directiva o los problemas por los que atravesó la empresa, se retiró sigilosamente de la sala de juntas para dirigirse al tocador, su acción fue inmediata considerando que era una noticia que era de suma importancia y que seguramente alguien necesitaba saber cuánto antes esos cambios efectuados. —¿Qué sucede padre? —¡Samael, creo que lo que está sucediendo en la empresa de los Ríos, es más que importante para tu amigo Jupiter! —¡Sinceramente creo que Júpiter no le importa nada de lo que suceda con su padre, después de la boda con esa mujer! —¡Seguramente! Pero si crees conveniente comentárselo, entonces hazle saber la información, lo que deseo informarte es que ahora Rosario es la que dirigirá la empresa en su totalidad y Sebastián ha quedado relegado de su cargo y de la empresa por completo.
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