Marlene no se dejó influenciar por las riquezas de la familia Ríos, sabia positivamente que Júpiter merecía todo lo que le pertenecía a Sebastián, pero para ella ahora no era el momento ni el lugar adecuado para conversar al respecto, para Marlene lo único que importaba era mantenerse al lado de su hijo sin verse o sentirse obligada a cumplir exigencias o llegar a establecer procedimientos que pondrían en juego la salud mental de Júpiter, por lo demás Marlene sabía que mientras las cosas marcharan de la misma manera como hasta ahora, entonces no habría de que preocuparse.
Tras la declaración de la madre de Sebastián sobre la herencia de la familia. Marlene no se dejó intimidar y pronuncio con toda seguridad. —Seguramente que podría ser el único heredero señora, solo que creo que no es el momento para conversar sobre ello, si usted está, ¡tan arrepentida! como lo menciona, entonces permítame conversar eso con Sebastián en el momento que crea que es conveniente hacerlo ¿Le parece así o lo dejamos hasta aquí? Porque entonces no pienso en regresar a este lugar bajo esas circunstancias.
—No Marlene, no te atrevas a hacer eso por favor, es mejor que lleguen a un acuerdo con Sebastián, estoy segura que se llevara a cabo lo que es mejor para todos. —Exclamó la madre de Sebastián con la preocupación de no volver a ver a Júpiter.
Por ese día fue todo en la mansión de los Ríos, tras marcharse del lugar. Júpiter iba encantado con todo lo que conoció y la buena atención que le brindaron, mientras que Sebastián observando desde su habitación después de haber ingresado sin ser visto por Marlene, el momento en el que se marchaban, entonces el aun joven ríos mencionó entre labios. —Júpiter tiene que vivir conmigo, sin importar el precio que deba pagar.
¿Qué estaría planeando o pensando Sebastián hacer? claramente el tiempo lo confirmaría para llegar a una verdadera resolución del caso de la paternidad de Sebastián.
Los días continuaron pasando y Sebastián llegaba más seguido a la residencia de Marlene, situación que júpiter comenzó a tomar la confianza y el cariño necesario por la manera en la que su padre se comportaba en ese momento con ellos, pareciera ser que todo seguiría marchando sobre ruedas y ese tipo de rencor aunque no directamente el resentimiento completo de parte de Marlene, podría desaparecer por completo, pero consideraba el hecho que de ser posible, podría llegar a revivir una vez más lo que en su momento vivió con quien fue el amor de su vida.
Marlene preguntó como toda mujer deseosa de averiguar lo que podría sentirse amada una vez más en su vida, espero a que Sebastián intentara ser caballeroso o por lo menos con ética en proponer algo entre ellos y júpiter, siendo Marlene la que preguntó. —¿Qué es lo que tienes pensado hacer hoy en el resto de la noche Sebastián?
Sebastián no asimilando la pregunta de Marlene, respondió con naturalidad. —Pensaba reunirme con unos socios para las campañas que se aproximan y la contratación de algunas modelos que se comienzan a cotizar muy bien.
Marlene evadió la respuesta para no caer directamente en esa conversación, a lo que, con un tono diferente a su pregunta anterior, le hizo saber. —Estaba pensando que de pronto si no te negabas, salir a cenar por fuera, me imagino que júpiter puede quedarse en compañía de tu madre sin problema alguno.
Entonces Sebastián en esta ocasión recibió la indirecta de Marlene y con esa voz de excitación por lo que podría suceder entre ellos nuevamente, respondió apresuradamente.
—¡Claro! Me imagino que nos debemos por lo menos una salida entre nosotros, después de todo compartimos un hijo y creo que podríamos conversar de situaciones que nos pueden llegar a preocupar sobre el desarrollo de mi hijo, así que, si no te incomoda, marchémonos de inmediato hacia la mansión y luego te llevare a cenar a un lugar exclusivo esta noche.
Marlene esperando sentir algo parecido a lo que en su adolescencia compartía con Sebastián, se arregló lo mejor posible para intentar levantar las miradas y el deseo de Sebastián sin permitir que llegara a creer que podría llegar a existir algo mayor que esa noche entre ellos. La cena podría estar servida, pero solo era la entrada y salida de un deseo que como mujer necesitaba apagar en su interior. ¡Algo así como un deseo pasajero!
La madre de Sebastián se quedó a cargo de júpiter y la noche apenas comenzaba para ellos en ese restaurante de cinco estrellas que los esperaba y posteriormente de su cena la pregunta hasta incomoda o esperada de toda la velada que compartieron con algunas risas en el camino y algunas lágrimas que sin querer Marlene derramo sobre la mesa donde cenaban.
Sebastián con unos tragos encima pero coherente, mencionó con una voz relajada. —Esperó que estés disfrutando el momento Marlene, déjame decirte sin llegar a ofenderte que esta noche te ves hermosa.
—No imaginé que después de tanto tiempo volvería a sonreír y sentir que algo puede llegar a cambiar, no estaba dispuesta a aceptarlo, pero creo que algo está cambiando o ha cambiado definitivamente en tu personalidad, que me da más confianza este tipo de situaciones, solo para comentarte que, durante los últimos doce años, no me despegue de mi hijo para salir con un hombre a cenar, así que comprenderás el grado de confianza que comienzo a tener contigo Sebastián.
Esas palabras de Marlene conmovieron y llenaron de confianza a Sebastián, lo que también le impulsó a preguntar sin más vueltas al asunto. —¿Deseas que nos retiremos a un lugar privado?
Marlene intentó jugar una broma, por lo que, tras fruncir el ceño respondió. —¡Claro que no Sebastián! No creas que mis intenciones se dirigían para ese sentido en concreto.
Sebastián ofendido, pero con vergüenza en su rostro respondió. —Lo siento, creo que tome la conversación desde otro punto de vista, entonces nos marchamos a recoger a júpiter y luego los dejare en casa.
Esperó solo un momento más, salieron del restaurante y al momento de estar por dentro del auto, Marlene no lo pensó más y beso a Sebastián mientras colocaba su mano en su entrepierna y luego susurró en su oído. —¿Quisieras revivir un poco esos momentos a solas en tu habitación cuando éramos más jóvenes?
¿Qué más estaba esperando Sebastián? Se marcharon de prisa hacia un hotel de la zona y la habitación esperó a esos dos seres que, con sentimientos y pensamientos diferentes, ahora se encontraban una vez más entregándose a la pasión y al deseo de tal manera que Marlene no se guardó nada en lo absoluto.
—Marlene, me permites tomar tu cuerpo y hacernos nuestra esta noche que siempre pensé y deseaba que volviera a pasar.
—Claro, es exactamente lo que espero de ti, solo espero que puedas de alguna manera encender ese fuego que existía en mi interior por ti, solo de esta manera podre darme cuenta si, ¡Aun te amo o solo quedaste en el pasado!
Sebastián arrancó literalmente las vestiduras que interrumpían el paso entre ellos, recostándola sobre la mesa de la habitación, llevo sus labios directamente hacia el monte de venus que esperaba las caricias del hombre o de cualquier hombre que deseara a Marlene, tanto como ella deseaba que alguien la tomara de esa manera.
Sebastián no dudó un segundo en recorrer toda la rosa del amor que se encontraba en la entrepierna de Marlene, haciendo que se desflorara una vez más para su deseo encendido.
Acarició y besó cada labio y pétalo de su ser, los fluidos del elixir que brotaban de Marlene, se convirtieron en la plena satisfacción de Sebastián.
Gemidos y gritos de placer de los labios de Marlene no dejaron de escucharse por alrededor de un par de horas en el hotel. Ahora ella comenzó a creer que podría ser prudente que júpiter llevara el apellido de la familia de Sebastián, solo que de momento las emociones entre ellos se encontraban muy encendidas y solo tenía cabeza y deseo para seguir disfrutando de las caricias que recibía por debajo de su abdomen.
—¿Te gusta de esta manera Marlene? —Preguntó tímidamente Sebastián.
Marlene respondió agitada y con las manos en su cabeza. —¡No preguntes, solo continua y no pares de hacerlo!
Su deseo se encendió aún más y el clímax de su cuerpo invadió con punzadas electrizantes el resto de su cuerpo. Destellos de sus ojos cerrados, y labios secos del placer recibido esa noche en la habitación del pecado.
Tras un pequeño descanso, Marlene entonces entro en acción para satisfacer a Sebastián, era el momento que en definitiva el joven rubio alto y apuesto de ojos azules, esperaba que Marlene se entregara de la misma manera o aún mejor que hace más de doce años.
Marlene pronunció con deseo inminente. —Acomódate en el sofá Sebastián, te haré aquellas cosas que te elevaban al firmamento mientras besaba y acariciaba esa parte de tu cuerpo que me hacía gemir en los campos de los dioses.
Mejor manera para mencionar que le practicaría una felación, no existía. Marlene era poética y enamorada, su sencillez y deseo por amar, la había llevado al lugar donde se encontraba hasta ahora, por lo que Sebastián supo entonces que la noche entre ellos no acabaría pronto y sin duda así sucedido.
Marlene sujetó firmemente y no dejó que esa parte sensible de Sebastián, dejara de funcionar en lo absoluto, manteniéndolo activo por el resto de la noche. Se despreocuparon por completo de júpiter que se encontraba con su abuela en la mansión, ciertamente júpiter extrañaba a Marlene, pero el trato y la compañía que los empleados le dieron a júpiter, ayudo a amortiguar la ausencia de Marlene.
Sebastián tras haber recibido el placer que esperaba de los labios de Marlene, se dedicó a llevar su cuerpo a las alturas, entrando y saliendo de su templo cuantas veces Marlene se lo permitió, la unión al parecer funciono y especialmente Marlene se encarrilo en entregar la autorización que la madre de Sebastián deseaba.
Tras encontrarse satisfechos y recostados en la cama, el CEO de la moda preguntó. —¿Qué te ha parecido lo que vivimos Marlene?
—¡No menciones nada Sebastián arruinarías el momento! pero lo que sí puedo decirte es que estoy dispuesta a que reconozcas a júpiter con tu apellido, solo quiero que me jures que nunca harás algo para quitarme a mi hijo, ¡Júralo Sebastián!
Sebastián en ese momento con el corazón en la mano y extasiado por el momento, respondió. —Te lo prometo Marlene.
Solo Marlene podría sentir en su corazón si fue lo correcto o solo se dejó llevar por un momento de pasión que permitió encender algo que se estaba apagando definitivamente en ella.
Un mes después y para no levantar en Marlene esa duda en cuanto a la rapidez del reconocimiento de júpiter. Sebastián por fin llevo a júpiter y Marlene al registro de ciudadanos para que finalmente júpiter llevara el apellido Ríos. Sucedió como se había previsto y ahora Júpiter oficialmente llevaba el apellido de su padre y encima como promesa, la herencia de toda la familia Ríos en sus hombros, solo se esperaba que Sebastián no jugara sucio después de esto.
Una semana más tarde.
La madre de Sebastián no dejaba de insistir y ahora insistía con más fuerza, preguntando. —¿Has pensado en lo que se debe hacer Sebastián? Creo que es momento de no continuar pensando las acciones, lo que se piensa hacer, se debe hacer sin pensar y sin remordimiento.
Sebastián deseaba no llevar a cabo esa acción, por lo que respondió mientras ocultaba su rostro. —¡No lo sé madre! para ser honesto contigo, estoy comenzando a sentirme muy a gusto con Marlene y hasta he pensado en proponerle matrimonio, creo que ella merece esto también por todo lo que ha soportado.
—¡No Sebastián, eso no lo voy a permitir! Eso implicaría que ella algún día reclame algo de la herencia de esta familia, y solo ese niño tiene el derecho por ser tu hijo, pero una perra como ella no puede reclamar la herencia, así que vas sentando cabeza y te olvidas de cualquier sentimiento hacia esa perra sucia de Marlene y le quitas a mi nieto, es nuestro derecho y solo tú puedes hacerlo porque eres su padre biológico y de apellido.
Sebastián retó a su madre preguntando con premura. —¿Si me niego que pasaría?
—Sales con las manos amarradas de esta casa, sin un solo centavo y todas las puertas cerradas en los negocios, me encargaría personalmente que nadie nunca te dé una oportunidad de trabajo, ¿No creo que seas tan estúpido como para dejar la fortuna de la familia por unas revolcadas con esa mujer? Porque estoy segura que por las revolcadas que te has dado últimamente con esa mujer, es que piensas en matrimonio ¡Que absurdo!
Sebastián aceptó lo que su madre le exigió que realizara y la desgracia llegó a casa de Marlene luego de la última visita de amor entre ellos.
Júpiter exclamó con su rostro inocente. —Madre te buscan. —Marlene imaginó que podría tratarse de Sebastián, aunque no era directamente, pero las personas eran de parte de la familia Ríos.
Marlene se acercó con desconcierto y preguntó. —¿Qué se les ofrece a los señores?
—Somos representantes del bufete de abogados de asuntos familiares, tras unas investigaciones correspondientes y una denuncia en el juzgado de familia.
Marlene reaccionó y preguntó. —¿Del juzgado de familia? ¿Una denuncia?
El abogado respondió ignorando las preguntas de Marlene. —El juez autorizo que Júpiter Sebastián Ríos Arriaga, sea entregado a su padre biológico y que de igual manera reconoció legalmente con la autorización de la madre, esta acción es inmediata y el menor no puede permanecer un segundo más en este lugar que usted tendrá que desalojar por comprobarse que bajo chantaje y amenazas, le exigió al señor Sebastián Ríos que esta residencia se registrara a su nombre, por lo que solo cuenta con cuarenta y ocho horas para desalojar el lugar.