LUCIANA
La cena está deliciosa, pero la presencia de Alberto me hace recordar cosas que preferiría olvidar.
FLASHBACK
Sergio ha llegado tarde del trabajo, parece que estuvo bebiendo con Alberto, me mira como si quisiera tragarme con los ojos.
— ¡Luciana! ¡Te exijo una explicación!
— ¿Qué pasa Sergio?
— ¿Por qué demonios te le insinúas a Alberto?
— No sé de qué hablas
— ¿Alberto y cuántos amantes más? ¡Dime!
— ¡Sergio te juro que no sé de qué estás hablando
— ¡No mientas, Luciana! ¡Ya lo sé todo!
— Alberto dice que tú le escribiste desde otro celular ¡Y te le ofreciste como la perdida que eres! Y que además le confesarte que no es el único en tu lista de amantes
— ¡No, Sergio! ¡Te juro que es mentira! ¡Yo no tengo otro celular! — Sergio está tan enfadado que podría golpearme en cualquier momento, ni siquiera entiendo lo que sucede
— Alberto tiene evidencias de lo que dice
— ¡De verdad que no fuí yo!
— ¡Admítelo! ¡Ya deja de mentirme!
— Te juro por lo que quieras que nunca te he sido infiel
— ¡No te creo! ¡No puedo creer en la palabra de una golfa!
— ¡Sergio!
FINAL DEL FLASHBACK
Todavía no puedo creer que le haya creído más a otras personas que a mí, pero si bien dicen que el león cree que todos son… León, gracias por ser ese pensamiento lindo que viene a mi mente en medio de tanta amargura, espero que estés haciendo lo correcto por tu propio bien, no quisiera que luego la culpa te acechara de por vida, por favor, perdóname por herirte de esa manera, sé que a estás alturas ya debes saber la verdad, pues dudo mucho que Ángela se haya quedado tranquila.
— Cof, Cof — Tose Sergio — Has estado muy seria, Luciana
— Perdón, es que no tengo nada importante que decir
— Una mujer prudente, eso es encantador — dice Alberto
— La cena está deliciosa — añado
— Pedí que cocinaran ésto especialmente para nuestra primer noche juntos — dice Sergio
— Muy cortés de tu parte, te agradezco — pero que ni crea que dormiré con él
— ¿Y qué hiciste durante todo esté tiempo, Luciana? — pregunta Alberto
— Trabajar, ¿Y tú?
— Trabajar, ¿Así nada más sin detalles? Has cambiado mucho, cualquiera dirías que te hemos tratado muy mal — expresa
— Tenía un local de regalos para damas
— Mucho mejor así, quizá puedas recomendarme algo para mi esposa — para esa estúpida, ¡Una bomba! Quizás
— Por supuesto
— Yo también he trabajado mucho, ¿Sabes? Mi hijo me ha hecho madurar — sí cómo no
— Me alegra, pensé que traerías a tu familia esta noche — él sonríe, pues sabe que obviamente lo digo por cortesía ya que no me interesa socializar con su esposa
— Kim fue a visitar a sus padres a la capital y nuestro hijo se fue con ella — ojalá que allá de quede para siempre
— Bueno, bueno, yo creo que ya son muchas preguntas para Luciana, Alberto, ¿Por qué no nos tomamos otra copita?
Ellos regresan al mini bar y yo a mi habitación, estoy cansada de fingir mi sonrisa y sólo quiero olvidarme de todo, pero con mi almohada como testigo, León vuelve a adueñarse de mis pensamientos, me pregunto ¿Qué estará pensando de mí en estos momentos? ¿Ya sabrá que tengo hijos y que he venido a recuperarlos? Quizá ya esté desilusionado de mí, pues sé que nunca ha querido ese tipo de responsabilidades, o tal vez Angy ya lo llenó de fotos.
RICO
Comienzo a leer la carta.
— “Querida Ángela…” es una carta de Luciana, ella se fue a casa de Sergio como dijo León.
— Se lo dije, oficial, esas dos nos cambiaron por unos pesos, lujos, diamantes y quién sabe qué más — infiere León aún bajo los efectos del alcohol.
Creo que ha llegado el momento de explicarles a esos dos lo que ocurre realmente con sus mujeres.
— Doctor, por más increíble que parezca tiene que saber la verdad — digo mientras los invito a sentarse
— No hay más verdad que esa y por favor, ya lléveme a mi casa
— ¿Qué no ha entendido nada, León? ¡Luciana y Ángela están en peligro!
— Qué peligro ni qué nada, ahorita deben estar disfrutando de los lujos que esos dos tipos pueden darles — insisten los ebrios intentando escapar
— ¡Siéntense y cállense! — exclama Velasco muy enojado — Esas dos mujeres no han hecho más que luchar incansablemente por recuperar…
— Su vida de ricas — interviene Rafa
— ¡Sus hijos! ¿Qué no se han puesto a pensar que tras tantos años de matrimonio pudieron procrear?
Puedo ver por la exprés de sus ojos que eso no se lo esperaban.
— Así es, señores, las damas en cuestión solamente querían recuperar lo que más aman en el mundo, dos niñas por parte de Ángela y dos niños de Luciana
— ¿Hijos? ¿Luciana tiene hijos? ¿Pero por qué nunca me lo dijo? — cuestiona León
— Probablemente pensaba hacerlo luego de ganar el juicio, pero…
— ¿Pero qué? — pregunta Rafael
— Pero los señores Lazcano y Robledo compraron al juez y…perdimos — explica Velasco
— ¿Perdieron? Pero si la misma Luciana me dijo que habían ganado
— Quizá ya había decidido meterse en boca del lobo y para impedir que la siguieras dijo eso — sugiero
— O tal vez escuchó que serás padre del hijo de Abigail y… — menciona Rafael
LEÓN
¡No puedo creer lo que está ocurriendo! Mi mente todavía no terminaba de procesar una cosa y ya tengo que procesar otra, ¡Qué barbaridad! Luciana debió decirme toda la verdad desde un principio, ahora entiendo su depresión, su energía para luchar con tanta insistencia, sus ganas de salir adelante, aunque no me la imagino siendo mamá, bueno, quizá sí, cuando no está en su papel de mujer seductora y peligrosa es toda una dulzura. Quizá Rafa tiene razón y ella escuchó mi conversación con Abigail y al ser una madre que sufre por la ausencia de sus hijos, decidió renunciar a mí por ese hijo del que no quiero hacerme responsable, ahora lo entiendo todo.
RAFAEL
¿Mi Ángela de mamá? ¿Con ese cuerpazo? ¡No puedo ni imaginarlo! A algunas mujeres la maternidad les sienta muy bien, pero con Ángela se excedió porque… pero qué estoy pensando, ella debió sufrir mucho por sus hijas, ahora comprendo sus actitudes y sus exigencias, solamente quería algo mejor que ofrecerles a sus hijas, me pregunto cómo serán, ¿Se parecerán a ella? ¿Serán igual de peligrosas que la mamá? ¡Rayos! Ya estoy pensando como todo un padrastro, bueno, en los cuentos de princesas nunca se dice nada sobre ellos, sólo de las madrastras, así que no debo preocuparme.
— Agente, ¿Usted tiene idea de dónde están ahora Luciana y Ángela?
— Luciana ya debe estar en casa de Sergio y Ángela, no sabemos a dónde pudo haberla llevado el tal Nicolás, pero lo averiguaremos — responde
— ¿Qué sugiere que hagamos? — pregunta León
— Esperar, seguir con sus vidas y si son creyentes, rezar
— ¿Rezar? ¿Está loco? Tiene que incluirnos en lo que sea que planee hacer
— Por el momento no es conveniente que se mezclen en este asunto — sugiere
— ¿No le parece que ya estamos más que mezclados?
— Lo que me parece, doctor Zúñiga, es que no puedo arriesgarme a que más vidas estén en peligro, por lo que les suplico paciencia y sobretodo prudencia, estaremos trabajando en el caso
— Una última cosa, agente — añado — ¿Usted conoce a los hijos de Ángela y Luciana?
El agente nos lleva con él a la comandancia donde tiene toda la información, él nos enseña las fotos que su gente consiguió y allí conocemos a los pequeños.
— Lo sabía, se parecen a Ángela, son preciosas — mientras yo me siento emocionado por conocer a mis hijastras, León tiene cara de susto y parece que quiere vomitar.
— Bueno, son rubios como ella — dice
— Y tienen sus lindos ojos, ¿Ya viste?
— Sí, tienes razón, tienen sus ojos
— No debe ser tan malo ser padre, he escuchado que te hace hacer cosas impensables
— Sí, ellas son el claro ejemplo, es sólo que yo no me siento capaz de hacer algo así de maravilloso
— Precisamente, es parte del encanto de ser padre, agente, ¿Usted tiene hijos? — pregunto
— No, no tengo hijos, pero sin duda sé que te cambia la vida para siempre
— ¿Y eso cómo es? — pregunta León curioso
— Te hace ser mejor persona en todos los sentidos, vives para dar tu mejor versión cada día y no tienes tiempo ni de llorar, lo sé porque tengo sobrinos
— Ahora yo… es decir, mi ex espera un hijo mío y no creo ser una buena opción como padre, ni siquiera tuve uno
— Esa es la idea, que tus hijos tengan lo que siempre quisiste, debes ser el padre que te hubiera gustado tener
— Gracias por sus palabras, agente
— Doctor León, no se aflija antes de tiempo, sólo viva el proceso — menciona Velasco — disfrútelo, lo demás llega por añadidura
— Tiene razón, licenciado.
ÁNGELA
¿Qué me pasó? Parece que me dormí como por toda una semana, hasta me duele la… ¿Dónde estoy? Sólo recuerdo que salí de casa lista para buscar a Rafa y luego… ¡Ayuda!
— Shhh, vas a despertar a la gente, cariño — ¡Es Nicolás!
Estoy muy asustada, Nico es un hombre que puede perder el control en cualquier momento y…
FLASHBACK
Nico llega del trabajo y de la nada se enfurece, comienza a golpearme
— Nico, por favor, no me pegues, te juro que me voy a portar bien
— ¡Eso dices siempre y nunca lo cumples!
— ¡No, Nico, por favor!
— ¡Cállate! Así aprenderás a hacer las cosas bien…
FINAL DEL FLASHBACK
Recordar eso me hace sentir de nuevo el temor de tenerlo cerca de mí.