Continuación…
LUCIANA
Cuando creíamos que ya todo estaba perdido, otro auto llega de repente, Rafael y León se bajan apresurados y comienzan a golpearlos, justo ahora están peleando con esos borrachos, son tan fuertes y lograron ahuyentarlos, gracias a Dios. Ahora, supongo, que debemos agradecerles.
— ¿Acaso no saben que esta zona es muy peligrosa? — Pregunta León
— ¡Obviamente, no! respondo mientras León sonríe hermosa y burlonamente
— Bueno, ahora gracias a nosotros, ya lo saben — prosigue
— Y también gracias a nosotros están a salvo — añade Rafael
— Sí, gracias — expreso un tanto molesta por los sarcasmos.
— Las llevamos, no creo que quieran quedarse aquí — dice Rafael
Ángela me mira y se acerca para averiguar lo que haremos, sé que está asustada al igual que yo y no podemos desaprovechar el viaje gratis, pero tampoco podemos permitir que sepan dónde vivimos, así que nos ponemos de acuerdo para no arruinar nuestros planes.
— Suban, no mordemos
— Muchas gracias por salvarnos de los tipos malos — dice Ángela, se escucha tan tierna que nadie sospecharía lo que hacemos
— No hay nada que agradecer — León le cede el asiento del copiloto y me abre la puerta caballerosamente, me permite entrar al auto y luego cierra la puerta, en un minuto ya está arriba él también y ahora no sabemos a dónde nos dirigimos, pues aunque dijeron que nos llevarían a casa, nunca preguntaron la dirección.
Ángela y Rafael se han entendido muy bien, ella lo está disfrutando tanto y yo… yo estoy pensando en que no puedo dejar que ésto vuelva a ocurrir, odiaría estar en peligro de nuevo y aún más que Ángela lo esté, no lo soportaría, no sé qué medidas debemos tomar para no repetir la experiencia de hoy, algo se podrá hacer, ¿Pero qué?
— Al menos esperaba un “gracias” — dice León
— Sí, gracias — respondo.
LEÓN
Aunque no lo diga, sé que está asustada, muy asustada, pues puedo ver sus ojos dilatados y su respiración agitada y no es por mí, además está tan pensativa, no lo ha notado, pero se muerde las uñas también, me alegra mucho haber llegado a tiempo para salvarlas.
Su silencio me lo dice todo, detrás de esa mujer implacable e interesada se esconde una dulce niñita temerosa, qué sorpresa, me pregunto qué más oculta esa belleza de mujer.
— Yo no sé ustedes, pero yo muero de hambre, — expresa Rafa — así que llegaré por unas hamburguesas, ¿Qué dicen?
— Que sean dos, por favor — aclaro
— Preciosa, pide lo que quieras, yo invito — le dice Rafael a su acompañante
— Siendo así, que sean tres
— ¿Y tú, no tienes hambre? — le pregunto a mí bella dama, pero su mirada sigue perdida en sus pensamientos
— Pídele una, por favor — responde su amiga — yo me encargo de ella, sólo necesito un minuto a solas
— Oh, sí, pídeme algo, por favor — responde, algo tarde, pero responde
Luego de recibir nuestra cena, Rafa nos lleva al lago que queda muy cerca, ella sigue en silenció, su expresión fácil no es muy alegre, creo que si quiere engañarme, debe controlar más sus emociones porque lo hace fatal.
Nos bajamos del auto y luego las dos se reúnen para conversar un poco lejos de nosotras, sí supieran que se leer los labios.
— ¿Y cuál es el reporte, amigo?
— Tu conquista le dice a la mía que debe calmarse…
ÁNGELA
Estoy muy preocupada por Luciana, no la había visto así desde que… no para qué mencionarlo, sólo sé que ésto no puede continuar así, al menos no delante de ellos.
— Debes calmarte, Lu, ellos nos están viendo, ¿Qué crees que estén pensando ahora?
— Lo sé, perdóname, es que me quedé muy nerviosa por lo que pasa, tuve tanto miedo de perderte
— Amiga, nada nos pasó y eso es lo que debemos agradecer, ¿Sí?
— Pero pudo habernos sucedido algo muy malo, Angy, ¡Ésto no puede repetirse!
— Lo sé, pero ya pensaremos en algo, lo prometo
— Eres todo lo que tengo, nunca me perdonaría si algo te pasa
— No seas tontita, nada le va a pasar si estamos juntas, pero anda, que los guapos nos esperan
— Tienes razón…
— ¿De verdad dijiste eso? No me la creo
— Siempre hay una primera vez, disfrútalo
— Claro que lo haré, anda, que se enfrían las hamburguesas.
Al fin Luciana ha vuelto a la normalidad, luego de cenar, Rafael y yo nos alejamos un poco, ¿Será que podemos repetir lo ocurrido en el tocador de mujeres?
LUCIANA
Ángela es muy enamoradiza, ojalá que tenga muy claro que sólo es una aventura de una noche, no me gustaría verla llorar de nuevo por culpa de un hombre, no se lo merece.
— Tú y tu amiga son muy unidas, ¿Verdad?
— Sí, así como tú y Rafael
— ¿Al menos puedo saber tu nombre?
— No, hasta que me digas ¿Cómo es que te refieres a mí si desconoces mi nombre?
— Fácil, eres la peligrosa mujer
— ¿Peligrosa?
— Te he observado algunas noches, sé lo que haces con esos imbéciles que buscan comprar tu amor con regalos caros
— Bueno, en mi defensa, no es mi culpa que ellos me regalen cosas caras sin antes preguntarme lo que pretendo
— Tienes razón, ellos tienen la culpa por ser tan estúpidos
— Sí, la tienen
Sin esperarlo, él me besa de nuevo y caigo rendida a sus pies, es un decir, Obviamente, pero sí, siento que me derrito con su sola presencia.
Un policía llega de pronto y nos ilumina los rostros con su molesta lámpara, sugiriendo que vayamos a un lugar más privado o se verá en la necesidad de llevarnos.
— Por supuesto, oficial, ya nos vamos, sólo recogemos nuestras cosas
Cuando el oficial se va, Rafael y Ángela regresan, pues se percataron de la presencia del Oficial de policía y tampoco quieren que los aprehendan por actos indecorosos en la vía pública.
Rafa comienza a conducir y nuevamente no sabemos a dónde vamos, sólo sé que iría al mismo infierno sólo por estar con León otra vez.
LEÓN
Rafa no pierde el tiempo, nos ha traído a nuestra casa, así es, somos solteros así que decidimos compartir casa para ahorrar en gastos.
— Es bonita, ¿De quién es? — pregunta ella
— Es de un amigo, — respondo — ¿Gustan una copa?
— Por favor, muero de sed
— Te serviré, — dice Rafa — ¿Qué tomas?...
— ¿Y tú quieres beber algo? — pregunto a mí acompañante
— Un tequila está bien
Le sirvo y luego finjo dárselo, pero…
— Primero debes decirme tu nombre
— Estoy muy de acuerdo con León, ustedes dos nos tienen viviendo en la incertidumbre sin saber sus nombres, por favor, creo que ya nos ganamos ese privilegio — apoya Rafa
— Está bien — acceden
ÁNGELA
El plan ya está trazado, es un plan de emergencias sólo para éstos casos, así que no hay porqué temer.
— Bien, me presento, soy Ana y ha sido un placer coincidir con ustedes está noche
— Ana es un bonito nombre, — expresa Rafa, lamento tanto no poder decirle mi nombre verdadero, pero eso pondría en peligro todos nuestros objetivos
— Ahora es mi turno, yo soy Luana, — ¿Luana? ¿De dónde sacó ese nombre? No entiendo, pero igual debo fingir
— ¿Luana? Qué raro nombre — expresa León, pero siento que se ha quedado conforme, él parece ser muy exigente y astuto, supongo que por eso lo hizo, mi amiga es tan lista.
— Bien, propongo un brindis por que hoy pudimos conocernos — dice Rafa
— ¡Salud!
Luego del brindis, Rafa y yo nos besamos, sus besos me excitan tanto que podría perderme en sus fuertes brazos aquí mismo, pero no, qué vergüenza con Lu y con León, así que nos apresuramos en llegar a su habitación donde nos encerramos por un largo raro.
LUCIANA
Ángela ahora está gozando de los placeres del “amor”, ahora debo pasar el tiempo a solas con el influencer al que tanto me alegra la vista, qué pasatiempo más difícil.
— Lu, ¿Qué te parece si les copiamos? — me cuestiona, y yo presentía que él sabía que Angy me dice Lu, por eso cambié el nombre falso, normalmente uso otro, se acerca a mí y me vuelve a besar, me vuelve loca con su cercanía
— Sí, me parece buena idea — respondo agitada.
Entre beso y beso me lleva a su habitación, la ropa sobra en un instante y cuando menos lo pienso ya estamos en la cama piel con piel, sus besos son tan excitantes que podría pasar la noche entera aquí sin ningún problema, este hombre sí que me hace gozar como ninguno antes y vaya que hubo varios intentos.
¿Me quedé dormida? ¡Ay, no! No se supone que ésto pasará, ¿Dónde está Ángela? Le escribo un mensaje diciéndole que la espero en la salida, pero no responde, ¿Seguirá dormida?
— Te veo en cinco minutos — responde, excelente.
Me visto tan pronto como puedo y con los tacones en mano salgo de la habitación cuidadosa para evitar que despierte el amante perfecto. Llego a la salida y…
— ¡Guau, guau! — me intercepta un lindo Pitbull que tiene cara de pocos, pero muy pocos amigos
— Lindo perrito, no me comas, te juro que no soy tan peligrosa como dicen
Ángela llega a hacerme compañía en un pésimo momento
— ¡Guau, guau!
— Lo siento amiga, es mejor que regreses a la habitación. — Ambas estamos perplejas.
Oh, no, este animal me va a atacar, comienza a faltarme el aire y…
— ¡Guau, guau!
— ¡Goldie! — Le grita León — Fuera de aquí
El perro se va y ya puedo sentir cómo el alma me regresa al cuerpo.
— ¿Éstas bien?
— Sí
— ¿Así que esa es la clave para evitar que huyan?
— No sabía que tenías un perro
— Pues yo no sé muchas cosas de ti y sin embargo, ya te traje a mi casa...