Continuación en casa de León…
LEÓN
Me doy cuenta de la incomodidad de Abigail, así que sólo la dejo continuar hablando.
— No, así estoy bien, sólo quiero decirte lo que… — ella calla de un momento a otro
— Discúlpame, creo que no terminamos bien
— No te disculpes, ambos sabíamos que sería así…
LUCIANA
Me quedé dormida un momento y ahora León tiene una invitada en la sala, veamos de quién se trata porque estoy muy intrigada, así sin ponerme zapatos para no hacer ruido ya que creo que se trata de una ex novia, luego, cuando intento saludar, escucho parte de su conversación y me quedo atónita.
— León, yo tengo que decirte algo que sé que no estaba en tus planes, ni en los míos para serte sincera, pero sucedió y ahora… — ella hace un silencio
— No te pongas nerviosa, te escucho
— Estoy embarazada
— Felicidades, serás una gran mamá, estoy seguro de ello
— No, no entiendes, el hijo que espero es tuyo
— ¿Qué?
¿Qué? ¿Un hijo? ¿Un hijo de León? ¡De mí León! Vaya, ésto sí que me cae como balde de agua fría por la espalda, no me lo esperaba y creo que él tampoco.
— …Es tuyo León, yo no he estado con nadie más
— Perdóname, no es que no te crea, es sólo que no estoy preparado para tal responsabilidad, tú sabes que yo jamás he querido tener hijos…
Ésto lo cambia todo, definitivamente, subo de inmediato a la habitación y me preparo lo más rápido posible. Bajo con mi maleta hecha, ya que ni siquiera tuve tiempo de desempacar y los zapatos ya puestos, ella ya se ha ido, pero aún así no puedo permitir que me use de pretexto para evadir su responsabilidad.
— …¡Sí! ¡Yo sé que tú nunca has tenido planes de ser padre, pero ahora lo serás y no hay nada que puedas hacer para evitarlo, yo no voy a perder a mi bebé porque tú me lo pidas! — ella grita, no puedo creer que él le haya pedido eso
— No me mal interpretes, yo jamás te pediría eso, eso sólo que en este momento estoy con alguien más.
— Entiendo y no te pediré más, sólo quería que lo supieras. — La veo marcharse tan decepcionada y puedo imaginarme cómo se siente la pobre mujer. Tomo un poco de aire y sin pensarlo dos veces, hago lo que tengo que hacer, ésto me parte el alma, pero es lo que creo correcto.
— Me voy — le digo
— Luciana, ¿Escuchaste?
— No sé de qué hablas — respondo
— De… ¿Entonces por qué te vas?
— Porque ya no te necesito más
— Lu, por favor hablemos
— No, no tengo ganas de hablar contigo y no te preocupes, de todos modos siempre supimos que ésto terminaría tan rápido como empezó, ¿O me lo vas a negar?
— Lu, pero…
— ¿De verdad creíste que me conformaría con tan poco? No tienes ni idea de todo por lo que he estado luchando…
LEÓN
De verdad creí que ella me amaba, ¡Soy un imbécil!
— Si ya tomaste tu decisión, no te detendré — expresó
— Te agradezco mucho todo lo que hiciste por mí
— No hay nada que agradecer — respondo fingiendo que no me importa
— Bien, adiós. — A punto de marcharme, regreso — Sólo un favor te pido, danos tiempo para entregarte la casa
— Como prefieran.
¡Es una cínica! Maldita la hora en la que me enamoré de una mujer así. Ella se marcha así como si nada, como si fuera yo una persona tan desechable, tan… ¡Me siento tan nefasto!
De camino a casa…
LUCIANA
No puedo creer que haya hecho algo tan doloroso, León jamás me va a perdonar todo lo que le dije, me siento tan estúpida, pero ya no hay marcha atrás, además, tengo que resolver mi vida y debo hacer algo definitivo y… peligroso. Hoy mismo hablaré con Angy para contarle mi decisión de aceptar la propuesta de Sergio, es la única manera y la única oportunidad que tengo para recuperarlo todo.
RAFAEL
Ángela nunca contestó mis llamadas y ahora León me necesita, dijo que había ocurrido algo importante, ¿Será referente a las Diablillas? Tengo un mal presentimiento sobre ésto. Quizá esa sea la clave de que Angy nunca me dejará localizarla.
Ya en casa…
LUCIANA
Angy no está en casa, no quiero irme sin hablar con ella, pero no puedo esperar mucho tiempo o me volveré loca, necesito irme ya mismo o León descubrirá que le mentí y todo será más difícil.
— Salud por la fracasada del año — llega Angy borracha y aún con una botella en la mano
— ¿Ángela? ¿Estás bien?
— Amiga, ¿Qué haces aquí? Deberías estar con tu guapérrimo ese
— Angy, ¿Dónde has estado?
— Olvidando las penas, !Pero es imposible! ¡Me rindo, Lu! ¡Ya no quiero vivir!
— No digas eso, amiga, te prometo que todo cambiará, sólo déjalo en mi manos — la abrazo, pero ella no se conforma
— No, tú tampoco puedes hacer nada, estamos atrapadas
— En realidad, Sergio me hizo una propuesta que creo que debo aceptar
— No me digas que quiere que regreses con él
— Angy, no puedo negarme, es nuestra única esperanza
— ¡No, Lu! ¡No lo hagas! Después de todo lo que viviste con él, tu vida será otro infierno
— Pero así podremos recuperar…
— ¡Ya sé que lo haces por mí! — llora — Pero no quiero que te pongas en riesgo, no quiero que te vayas, por favor, prométeme que no te irás con él — me mira con sus ojos aún inundados y no puedo negarme
— Está bien, te lo prometo, pero anda, vamos a que te des un buen baño, te haré un café mientras
— Loquita, no vuelvas a asustarme de esa manera, ¿Quieres?
— Ya sabes que te adoro y me preocupo por tí.
Cerca del juzgado…
VELASCO
Acabo de ponerme de acuerdo con el agente Rico para el tema que tanto me concierne, él no está disponible, pero me dejó dicho que mañana nos veremos sin falta, por lo pronto debo aparentar que estoy muy mal por mi tremendo fracaso, no sé cómo haré ésto, parece que estoy jugando a algo muy sucio, quizá un poco de licor funcione, así, cualquiera que me vea creerá sin dudar en mi derrota. ¡Bien pensado!
En un bar…
RAFAEL
Sabía que así sería el final de nuestra historia, Ángela, ¡Lo sabía! Pero me rehusaba a aceptarlo, ahora gracias a lo que pasó con Luciana y León ya no tengo dudas. Si tan sólo tuvieras el valor de decírmelo de frente, mi preciosa Diablilla, pero ni siquiera quieres responder a mis llamadas. Quizá debería buscarte y hablarlo contigo para dejar de tener esta mínima esperanza que siento en el alma, pero no, no te daré el gusto de verme sufrir por ti, si ya has tomado tu decisión, te dejo libre para que hagas de tu vida lo que siempre has querido. ¡La vida sigue! Y mi carrera de doctor me espera, además, mujeres hay por montones en las calles, no serás la última.
— ¡Salud por las mujeres, León!
— ¡Salud! Sobre todo por esas que pagan mal porque así nos gustan las condenadas
— ¡Eso! Pero sin llorar
LUCIANA
Luego del baño, Ángela se quedó dormida, cómo sufre mi pobre amiga, aunque le prometí no aceptar la propuesta de Sergio, no puedo cumplir mi promesa, debo hacerlo por ella y por mí, ya está decidido, sólo que tendré que postergarlo hasta mañana, no quiero dejarla sola así, además, tengo que dejar todo listo para mí partida, sé de sobra que ella no volverá con Nicolás y agradezco mucho por su cordura, por eso debo dejarle dinero suficiente para que viva durante algún tiempo, venderé todo lo que tengo mañana temprano y así ella no batallará, sé que todo tiene una solución y creo que es esta, alguien debe hacer el trabajo sucio, tal vez logre obtener pruebas contra esos infelices que nos arruinaron la vida.
RICO
Me intriga demasiado la llamada de Velasco, dijo que era algo muy importante y de vida o muerte, mañana mismo volveré a la ciudad para verlo, no sé a qué hora llegué, pero mañana mismo será, sólo espero que las Diablillas no se hayan metido en más problemas, sí supieran lo que estoy descubriendo en este preciso momento…
ÁNGELA
¡Ay, pero qué dolor de cabeza tan terrible! ¡Rayos! ¡Es como si hubiera venido una cantidad exorbitante!... Recuerdo que sí bebí de más y ¡Ay, pero por qué bebí de esa manera! ¡Dios, no debiste dejarme!
— Buenos días, — saluda Lu, de seguro ya me escuchó quejarme
— Buenos días, amiga, tuve una pesadilla
— ¿Quieres contarme?
— Sí, soñé que enloquecías y me decías que te ibas con el tarado de Sergio
— Sí que debiste de más, ¿Eh?
— ¿Estás segura de que fue una pesadilla? ¿Verdad?
— Por supuesto, ¿Cómo crees que volvería con ese patán?
— Cierto, además ya tienes a León, por cierto, ¿No deberías estar con él?
— Sí, es sólo que estaba muy preocupada por tí
— Amiga, no sabes cuánto te quiero
— Y yo a tí, tontita, pero ya no deberías beber así
— Te prometo que no lo volverá a suceder
— Perfecto, iré al local un rato
— Yo iré a buscar algo que se me perdió entre la borrachera
— ¿Tu teléfono, acaso?
— ¿Qué comes que adivinas?
— Es que si te llamé algunas veces, por eso me preocupé
— Creo recordar dónde lo dejé, sólo iré por él y regresaré pronto
— Eso será después de almorzar, ¿Verdad?
— Obviamente.
Espero que mi celular sí esté en ese lugar…
LUCIANA
Ángela me odiará por mentirle de esa manera, pero no tengo opción, ni modo, amiga, ya me perdonarás algún día. Por lo pronto venderé todo y me aseguraré de que estés bien por un tiempo, en lo que logró algo en casa de Sergio. Me abruma la simple idea, pero en fin.