—Señor es sábado—Anuncio Mefisto mientras abría las cortinas de la habitación de Lucifer. Lucifer se acomodó en la cama y miro los rayos de sol entrar, se le dificultaba recuperar la visión tan rápidamente, debía primero familiarizarse con el nuevo ambiente al que Mefisto lo había expuesto en cuestión de minutos. —Dormí desde el jueves hasta hoy, es perfecto—Revelo al girarse en la cama y soltar un gruñido. Mefisto se acomodó los guantes blanco en sus manos y luego respiro profundo, recordó claramente que mucho antes de que Aniel y Llanus pasaran hacer parte de su vida, Lucifer vivía de esa manera, solo y agobiado, encerrado entre cuatro paredes de una amplia habitación, moría cada noche y resucitaba días después de haber tenido alguna aventura clandestina, era como un adicto a las drog