Cerca de las dos de la mañana el último cliente camina hacia el estacionamiento donde lo espera su oscura y lujosa camioneta blindada de limitada edicion para llevarlo a su mansion.
"Vuelva pronto su señoria."
Pastor despide al hombre quien asiente en silencio antes de subir a la parte trasera de la camioneta, sin perder tiempo el vehiculo se retira, dos autos salen detras para escoltar al influyente y millonario cliente.
"Maldito rico de mierda, se cree el dueño del mundo por ser el director de la empresa mas importante de la ciudad."
Se queja Pastor en voz alta, Bishop a su lado bosteza porque se siente cansado y quiere recostarse en su cama lo antes posible.
"Donde dejaras encerrada a la horrenda esclava?"
Cuestiona el chico despues de terminar de bostezar por segunda vez.
"Es cierto, ya me habia olvidado por completo de esa fea mujer."
"En donde la dejaré?"
Cuestiona Pastor al recordar que la horrible mujer se encuentra todavia ocupada terminando de limpiar la habitacion de Aurora quien fue la ultima princesa en terminar de atender a su mejor cliente.
"Podrias dejar que durmiera dentro de uno de los armarios de limpieza, en ese lugar no podra asustar a nadie."
Comenta Bishop a modo de despedida, Pastor observa al chico caminar hacia la casa contigua y subir las escaleras que conducen a las habitaciones privadas donde duerme el personal.
"Seria una buena opcion, pero cuando necesite limpiar me encontraría con ella y seria peor porque creería que es un espiritu maligno que quiere asustarme."
Medita Pastor antes de recordar la pequeña habitacion al fondo del pasillo del piso donde están las habitaciones de las princesas.
"Ese es el lugar ideal para una esclava como ella!"
Se felicita Pastor en voz alta mientras aplaude, lo que no esperaba es que cuando mira a su lado se encuentra cara a cara con la mujer en cuestion quien llego un momento atras, por lo que el hombre, grita debido al susto.
"Dios mio madre!"
"Debo colocarte un cascabel o algo que haga ruido que me indique cuando estes cerca de mi!"
Se lamenta Pastor quien respira agitado, tiene los ojos cerrados y se llevó la mano en el pecho para tratar de calmar su corazon que brinca de miedo.
"Lo siento Pastor."
Se disculpa la mujer alejandose del hombre antes de informarle el motivo por el cual fue a buscarlo.
"No puedo limpiar la habitacion, la princesa no me permite tocar nada y me corrio del lugar."
Molesto por escuchar lo que dijo la mujer, Pastor camina con prisa hacia la habitacion donde se encuentra todavia la altanera princesita.
"NO QUIERO QUE ENTRES AQUI INMUNDA BESTIA!"
Grita desde la bañera la preciosa chica, su voz se escucha muy enfadada y arrogante.
"Quien te haz creido tu para decidir quien puede entrar a tu habitacion o no?"
Inquiere Pastor con dureza cuando se encuentra cara a cara con la chica quien tiene el cuerpo sumergido por completo dentro de la calida y perfumada agua llena de petalos de rosas.
Sin inmutarse en absoluto por la pregunta de Pastor la chica bebe la champaña que aun queda en su copa antes de dejarla caer al suelo, los pequeños pedacitos de vidrio se esparcen por el piso.
"Te hice una pregunta, pequeña mia."
"Te recuerdo que el que manda aqui soy yo, no creo que deba recordartelo."
Manteniendose fuera de la habitacion, la mujer escucha la conversacion de los dos ya que todo esta en silencio a esa hora.
"Se que tu mandas, no lo olvido Pastor, pero no quiero que ella toque ninguna de mis cosas, ni la quiero en mi habitacion ni cerca de mi."
"Su fealdad me parece contagiosa, me da asco verla y olerla, tenerla cerca me produce nauseas y no querras que tu mina de oro se vuelva a enfermar o si?"
"Recuerdas la ultima vez que estuve postrada en cama y tus ganacias del mes bajaron, no es asi?"
Pastor escucha en silencio a la chica quien habla sin mirarlo pues tiene la vista fija en la suave esponja que desliza suavemente por sus delicados y palidos bracitos.
"Solo tu, Bishop y Melody estan autorizados para entrar aqui y en mi habitacion en la casa, pero a esa asquerosa leprosa no la quiero cerca de mi, está claro?"
Sonriendo ampliamente, Pastor se pone de cuclillas para quedar lo mas cerca posible de la chica quien sigue sin mirarlo a los ojos.
"Mi hermosa niña, creo que ha habido una terrible equivocacion."
Comienza diciendo el hombre con voz dulce y cariñosa, la chica asiente.
"Crees que eres mi mejor princesa, mi, como dijiste?"
"Mi mina de oro, es correcto?"
El cuestionamiento del hombre se escucha burlon.
"No mi preciosa niña, no lo eres."
Agarrando con algo de violencia y fuerza la mano de la princesita, Pastor logra que los ojos azules de la chica lo miren con miedo.
"Tienes una deuda conmigo y en tu caso es una deuda muy grande, quieres que te recuerde como es que llegaste aqui y quien te trajo?"
El miedo en la cara de la chica es evidente, el dolor se hace intenso pues el hombre aprieta con mas fuerza su manita.
"Tu eres una mas de mis princesas, solo una mas de muchas que han trabajado para mi, no te sientas especial, querida mia."
"Tienes una mediana suerte al tener clientes leales que te prefieren, pero no siempre seras joven y hermosa."
"Y por mas que esos hombres te juren amor eterno y que comprarán tu libertad para llevarte lejos de aqui, se cansaran de ti al tenerte todo el dia para ellos."
"Recuerdalo, solo eres un juguete caro con el que se divierten por unas horas y despues vuelven con sus esposas, prometidas o novias a las que llevan a sus eventos sociales."
"Esos hombres jamas te presentaran con sus amistades y mucho menos con su familia, lo sabes perfectamente."
"No creo que tenga que recordarte lo que le paso a la princesa que fue comprada por uno de nuestros clientes vetados, o si?"
La actitud de la chica cambia por completo, sus ojos se vuelven cristalinos debido a las lagrimas no derramadas.
"No."
Contesta la chica con voz triste y apagada.
"Entonces, espero que entiendas que ustedes son mis adoradas princesas, todas tienen un trabajo estable que es lucrativo para todos, mas para mi debo decir y sabes que es lo justo ya que cuido de todas ustedes."
"Y como tal, soy el jefe de este lugar, el rey del castillo al que deben ciega obediencia, les guste o no."
La mujer no deja de asombrarse por como maneja las cosas Pastor pues primero su voz se escuchaba pacifica y ahora se escucha tan autoritaria y dura.
"Te dare una semana para que te acostumbres a la nueva ayudante, despues no quiero escuchar ni una queja mas de tu parte, ahora sal de la tina para que me ayudes a limpiar este lugar."
Soltando la mano de la chica la cual se nota roja, la cara de la chica muestra su sorpresa tras escuchar la orden de Pastor.
"YO?"
"Porque tengo que limpiar yo?"
Cuestiona indignada la chica quien se levanta de la bañera, el agua se desliza por su cuerpo desnudo antes que su manita tome su afelpada bata rosa de baño para cubrirse con ella.
"Porque Bishop ya esta dormido, yo tambien queria irme a dormir ya, pero decidiste correr a la ayudante, asi que date prisa, debemos dejar limpio este lugar, lo sabes."
La mujer observa cuando los dos salen del baño, lo primero que hace la chica es dirigirle una mirada asesina llena de odio pues por su culpa ahora ella debe limpiar junto a Pastor.
"Madre, espera sentada en alguna de las sillas del pasillo, no tardaremos mucho."
Indica Pastor antes de cerrar la puerta de la habitacion, la mujer obedece, tan pronto lo hace sus ojos comienzan a cerrarse pues ella jamas habia estado despierta a esas horas de la madrugada.
"Hey madre, despierta."
Pastor mueve el cuerpo de la mujer usando el palo de la escoba pues ni loco la tocara con la mano.
"Lo siento, me quede dormida."
Susurra la mujer con voz cansada antes de cubrir su bostezo con su mano derecha.
"Como sea, vamos, te enseñare donde será tu lugar para dormir."
Dejando la escoba dentro del armario de limpieza de donde la tomó Pastor echa a andar por el pasillo, la mujer se levanta con algo de dificultad para seguirlo hacia la casa, al estar somnolienta lucha por mantener abiertos los ojos ya que le parece demasiado largo el camino.
"Aqui puedes..."
Pastor deja de hablar despues de abrir la puerta y encender una luz que deslumbra a la adormilada mujer.
"Aqui es donde guardan los regalos que no quieren, eh?"
Declara Pastor, la mujer despierta por completo cuando observa dentro de la habitacion cientos de cajas de regalos apiladas por todos lados, preciosos vestidos tirados y productos costosos de cuidado personal tirados en el suelo.
"Tendre una conversacion muy seria por la tarde con Bishop y las princesas."
Asevera enojado el hombre quien quiere largarse y dejar dormir a la mujer en el suelo.
***By Liliana Situ***
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