Javier empezaba a sentir algo. Sin embargo, permaneció sentado. Sandra se acercó para sentarse con él y le sirvió una copa, para su deleite. A él no le importó en absoluto, para su satisfacción. Sabía que despreciaba a Sandra, así que se bebió todo lo que le ofreció. Luego se sintió obligado a ir al baño. Así que salió de la habitación, y mientras se dirigía al baño, sintió que algo iba mal. Sus piernas se hacían difíciles de soportar. Se arrastró hasta el baño. En medio de la niebla, se dirigió directamente al lavabo y estaba a punto de enjuagarse la cara cuando la puerta del lavabo se abrió de golpe. Javier se fijó en Sandra en el espejo y levantó la cabeza con una mueca. Se desabrochó ligeramente el abrigo para dejar al descubierto su escote. Apartó la mirada de su escote y se frotó l