NARRADOR Mientras en el departamento de Mathew y Oriana el amor florece, los fantasmas del pasado se resisten a desaparecer. En la antigua casa de Oriana, se trama el peor de los planes contra ella, como si no bastara ya con los conflictos de la familia de Mathew, ahora debe enfrentarse también a los suyos. —¡Mamá! ¿Qué vamos a hacer? No entiendo cómo Oriana nos mantiene a todos —dice Estefanía, mordiéndose las uñas mientras observa la gravedad de su situación. —No tengo idea. Quizás el imbécil de Christian le paga mejor que a ti, y por eso a esa estúpida le sobra el dinero —responde María, dando una calada a su cigarrillo mientras mira por la ventana. —De hecho, mamá, le pagaba menos. Pero esa idiota comía allá y traía comida del restaurante. Christian ni me deja coger un grano de arr