- ¿Estefanía y cuánto tiempo tienes? - Me dice Paola muy contenta.
- ¿Cuánto tiempo de qué? - Le digo tajante, estamos tomándonos un café, en una cafetería de Roma, ya han pasado tres días de la boda, Paola nos está dando un recorrido por toda la ciudad.
-De tú embarazo. - Toma de su café, todas las chicas me ven como si me saliera dos cabezas, Carmencita empieza a comer su dulce como una desesperada, Paty se toma su café de un sorbo, ella no se fue de luna de miel, los chicos están muy ocupados y van a esperar que nazcan los bebes, Antonio se hace de que no escucho nada.
- ¿Embarazo y quién te dijo que estoy embarazada? - Le digo sorprendida, ya que ni pancita tengo.
- Ángelo.
- ¿Ángelo? - Decimos los cuatro en unísono.
-Sí habíamos quedado en que no iba a decir nada. - Digo sorprendida, ella se ríe a carcajadas.
-Entre mi hermano y yo no hay secretos. - Dice entre risas.
-No ya veo. - Tomo de mi café, mi móvil empieza a sonar y es un número desconocido. - ¿Sí, diga? - Contesto mí móvil.
-Hola lindura. - Me dice Lanffont. - Escucharlo mi cuerpo se tensa y empiezo a respirar con dificultad.
- ¿Qué quieres?, te dije que no me volvieras a llamar. -Le gruño levantándome de mi silla, Antonio y Paola se me quedan mirándome no dicen nada, Paty y Carmencita estaban en sumida en su conversación.
-Te vez tan hermosa con esos vaqueros y tu camisa rosa. - Me dice ignorando lo que le acaba de decir.
- ¿Cómo sabes que tengo? - Estoy nerviosa y buscándolo con la mirada, no está veo que del otro lado de la cera están los mismos hombres que estuvieron la semana pasada en todos los sitios donde estábamos, la cafetería tiene unas sillas afuera del local con unas hermosas plantas por todo su espacio de las mesas.
-Por qué te estoy viendo. - Dice tajante.
- ¿En dónde estás?, ¿por qué me estás persiguiendo?, ¿qué quieres de mi Lanffont?. - Le digo ya caminando hacia dónde están los hombres, se dan cuenta y empiezan a caminar al contrario de mí.
-Fani. - Me llama Antonio detrás de mí, no volteo y sigo caminando más rápido para alcanzarlos.
-Quiero que trabajes para mí.
-No Lanffont, ya no estoy en ese mundo, sabes muy bien que desde que murió Rodrigo, no quise saber más nada de la mafia. - Le gruño, Antonio agarra mi brazo y me para ipso facto.
-Pero ya vez, ella vuelve a ti. - Dice sarcástico.
-No Lanffont, no puedo volver a ese mundo, no quiero que me llames no quiero que me estés siguiendo. - Le digo ya cabreada.
-Fani, dame el móvil. - Me gruñe Antonio.
-Ya tú hermanito reaccionó. - Dice entre risas.
-Lanffont. - Digo y Antonio me arranca el móvil de mis manos.
- ¿Qué diablos quieres Lanffont?. - Le gruñe Antonio sigo buscando con la mirada, en eso veo a los hombres que se acerca y se escuchan unos neumáticos retrechando Paty, Paola y Carmencita, vienen hacía nosotros.
-Aléjate de nosotros. - Le gruñe Antonio y le cuelga, se para delante de mí, ve por encima de mi hombro mete sus manos detrás de su espalda saca su arma y empieza a disparar, me tumba a suelo con él, siento un dolor en mi brazo, escucho disparos y veo a Paola disparando cubriendo Antonio salvando a Paty y Carmencita, cae uno de los hombres encima de mí, enseguida lo quito le veo el arma y lo agarro, Antonio se levanta empieza a disparar a un coche, Paty y Carmencita corre hasta dónde estoy y se mete en una columna que está en una tienda, me arrastra con ella.
- ¿Qué es lo que está pasando? - Dice Paty llorando, estoy observándolas están aterradas, tengo el arma en la mano y sangre por toda mi camisa por culpa del hombre que cayó encima de mí.
- ¿Mi niña te hirieron? - Dice Carmencita preocupada, temblando, muevo mi cabeza negando, escucho a Paola pegándole gritos Antonio, me volteo, veo que unos de los hombres salen del coche se vienen encima de nosotras, apunto y le doy en la cabeza, las chicas empiezan a gritar histéricas, busco un sitio en dónde llevarlas para protegerlas, ahí una tienda de ropa, te ti que llevarlas adentro….
L. R.