-Vamos levántate de esa silla. - Me gruñe Paty, quiere que nos tomemos fotos, están todos tomándose fotos con los novios, él fotógrafo es quién dice con quién y cómo.
- ¿Quiénes son los padrinos de la boda? - Dice el fotógrafo llamándonos.
-Aquí está la madrina. - Dice Carmencita a todo pulmón, estoy atrás de un grupo de personas comiéndome un cannolis.
-Venga ya, la estamos esperando. - Dice el fotógrafo, es un hombre de unos cuarenta años, con un cabello largo que le llega hasta sus hombros lo tiene recogido con una coleta baja, me agarra por mi brazo, me arrastra hasta dónde están los novios y Ángelo parado al lado de ellos.
-A ver mi niña dame ese cannoli. - Me gruñe Carmencita quitándome el dulce de mis manos, Ángelo está aún lado de Francesco, me paro al lado de Paty, no veo a Ángelo eso me pondría nerviosa.
-Nooo, así no es, tú tienes que estar detrás de la madrina. - Le dice él fotógrafo a Ángelo desesperado, todos se echan a reír, menos yo que estoy como un manojo de nervios, veo a Ágata y está que echa fuego por la boca.
-Creó que me quieren aquí. - Dice Ángelo parándose detrás de mí, pasa una de sus manos en mi cintura y pegando más a él, no digo nada, cada vez que tengo Ángelo cerca, mi cuerpo tiembla.
-Vamos sonría está tensa. - Me gruñe él fotógrafo, hago lo que me dice nos toman más de miles de fotos, cuándo ya termina me separo un poco de Ángelo, que no me ha soltado, me dispongo a salir.
- ¿Y para dónde vas cariño? - Me gruñe Paty.
-Ya ha terminado las fotos.
-No, quiero unas fotos de ustedes dos. - Dice tajante y señala a Ángelo.
- ¿Queee?. - Gruñe Ágata que ya estaba encima de él, le pongo los ojos como platos a ella no le importa, se va hacía él fotógrafo y le dice algo.
-Bella de ésta no te salvas. - Dice Francesco parándose a mí lado.
- ¿Paty quiere que me maten aquí mismo? - Le digo sarcástica.
-No creo que se meta contigo, ya le disté una lección que jamás olvidara. -Llega Paty tomando de su champán sin alcohol y se va con sus suegros.
-Usted Segnorina, denos un permiso. - Le dice el fotógrafo a Ágata.
-Francesco creó que a alguien le dará un infarto. - Digo viendo a Ágata como se va echa una furia, él se ríe a carcajada, me da un beso en mi frente y se va detrás de su esposa.
- ¿Es que usted es sorda? - Me gruñe él fotógrafo a ver que no me muevo de mi sitio.
-Nooo. - Le digo y me acerco dónde está Ángelo, está riéndose al ver al fotógrafo que se arranca los cabellos por mi culpa.
- ¿Se puede saber cuál es el chistecito? - Le gruño agarrándome de su brazo y envuelvo el mío, me paro a un lado de él, parecemos dos desconocidos.
-Creó que no le gusta como estamos para la foto. - Dice sarcástico, en eso le quito la mirada, veo que él fotógrafo ya viene cabreado, lo veo como si le salieran dos cabezas.
-Sera que usted nunca le enseñaron a escuchar. - Gruñe él fotógrafo, me agarra por mi brazo como una barajita me pone delante de Ángelo, él rodea sus brazos por mi cintura, agacho mi cabeza para no tenerlo cara a cara, mis brazos están estirados hacia abajo, escucho la risita de Ángelo sé que disfruta esto.
-Nena, creó que te va a dar algo. - Se mofa de mí.
-Segnorina, por favor. - Dice ya desesperado.
-Lo siento. - Subo mis manos las pongo en su pecho, subo mi cabeza para verlo a los ojos y hay está esa mirada que me cautiva siempre, esos ojos penetrantes que hace que mi cuerpo se vuelva una gelatina delante de él.
-Ti amo. - Me susurra, se me dibuja media sonrisa, muerdo mi labio inferior, nuestras miradas están llenas de amor, pasión, no sé cuánto tiempo duramos así, que ya teníamos encima al fotógrafo de nuevo.
-Qué amor, me encantaría estar en su boda. - Dice parándose a nuestro lado y sacándome de mi burbuja de amor.
-No, no somos nada. - Digo separándome de Ángelo, él no dice nada, no aparta la mirada de mí.
-Disculpen es que pensé, es que esa mirada que tenían. - Se trata de disculpar.
-No tranquilo, no es nada. - Me voy dejándolos hay parados viéndome, estamos comiéndonos el pastel que por fin se decidió Paty, es de fresa con un toque de limón, el contraste es como una explosión en el paladar es delicioso.
- ¡Dios!, si sigo comiendo más azúcar, él doctor dice que daré unos elefantes bebés. - Dice Paty dejando su plato en la mesa, todos nos echamos a reír por su comentario.
-Pero serán unos hermosos elefantes bebe. - Le dice Francesco con todo su amor y le da un beso en los labios.
- ¡Ayss pero es que se ven tan lindos, que irradian puro amor. - Dice Carmencita, ya llorando de la emoción...
L. R.