-Vamos hermanita, que, si no estás lista en cinco minutos, Paty te ahorca. - Dice Antonio abriendo las cortinas del ventanal que está en la habitación.
-Umm, ¿qué hora es? - Le gruño volteando me quede dormida, llorando y todavía con mis vaqueros puestos, hasta los zapatos.
-Las ocho de la mañana. - Se tira en la cama.
- ¡Dios!, tengo un hambre atroz. - Gruño poniendo mis manos en mi barriga.
-No vas a tener hambre, si anoche no comiste nada. - Se mofa de mí.
-Cállate. - Le doy un golpe con mi almohada en toda la cara, me levanto de la cama, para darme una ducha.
- ¿Cariño tienes que decirme cuál te gusta más? - Me gruñe Paty.
-Todos están buenísimos. - Le digo comiéndome otro pedazo de pastel, estamos en las pruebas de pasteles y todos están deliciosos ya han escogidos sus pasteles favoritos menos yo, que para mí todos les doy un diez.
-Vamos Paty, la que tienes que escoger eres tú no nosotros. - Dice Antonio, él está con nosotros, Paty lo lleva a todo con lo de la boda y a él, le gusta porqué en cada sitio que entramos, liga con una mujer.
-Quiero éste con sabor a fresa, pero éste de limón también está buenísimo. - Dice Paty indecisa y probando todos los pasteles que hay en la mesa, nos reímos a carcajadas a verla, estoy comiéndome un pastel de chocolate blanco, agarro el platico me levanto de mi silla para ver los demás detalles pasteles que tienen en el mostrador, me volteo porqué veo entrar unos hombres a la pastelería, están vestido de traje n***o y de corbata con unas gafas de sol, se sientan en una de las mesas dentro de la pastelería y ordenan algo a la mesera, no le entiendo porque hablan en italiano.
- ¿Todo bien? - Me dice Antonio al verme algo tensa y viendo a los hombres.
-Sí, sí. - Me voy de vuelta a la mesa en dónde están las chicas dejando Antonio viendo también a los hombres.
- ¡Ay, Dios Mio!, si estoy que lloro. - Dice Carmencita al ver a Paty con su vestido de novia.
-Ni se te ocurra llorar, porqué a mí también me harás llorar y se me dañara mi maquillaje. - Gruñe Paty abanicándose con su mano, hoy es la boda, será el gran día de Paty y Francesco, estuvimos toda la semana, de un lado a otro con todos los preparativos, fue una semana extraña, en todo lado vi a los hombres cerca de nosotros, creó qué ya me estoy volviendo paranoica, no vi a Ángelo siempre evite los desayunoss, los almuerzos y la cena, comía en la cocina o en la habitación, Antonio siempre me ayudo a excusarme con cualquier mentira.
-Vamos Patricia ya no están esperando. - Gruñe la mama de Paty entrando a la habitación.
-Sí, madre. - Salimos de la habitación, la boda es, en los hermosos jardines de esta casa, es de día Paty quería que fuera como un cuento de hadas, flores por dónde quiera, Paty tiene un vestido blanco, con un bordado de flores en todo el borde del vestido que llega hasta su cola, arriba es sin tira con un lindo corte en forma de corazón, su cabello está recogido con una corona de flores, perece un hada de las flores, con una hermosa pancita que la hace lucir muy hermosa.
-Es la hora amiga. - Le digo llegando a la entrada de camino de flores que llega justo al altar a los lados están las sillas decoradas con un hermoso lazo de color champan con dorado.
-Siiii. - Dice emocionada agarrada del brazo a su papa, todas nos acomodamos para empezar a caminar hacía el altar, empieza a sonar la música, voy caminando, veo a Ángelo con Francesco y él señor Aurelio parados a un lado del altar con él sacerdote, cada paso que doy siento que mis piernas me fallan, las niñas van delante de nosotras lanzando pétalos por todo el camino, llegamos al altar y no ponemos a un lado, para que Paty y Francesco se encuentren, la mirada de Francesco es indiscutible, ve a Paty con un amor que jamás pensé que él se enamorara, él sacerdote comienza la ceremonia, cada vez que puedo veo de reojo a Ángelo que no me ha quitado la mirada de encima, está de un guapo con su traje n***o y su pajarita.
-Los declaró marido y mujer. - Dice él sacerdote, Paty y Francesco se besan, todos aplaudimos, le damos nuestras felicitaciones, nos vamos a nuestras mesas y cómo siempre estoy dónde está la lagarta con Ángelo.
-Fani, no me gusta esa mirada. - Dice Antonio al verme cómo estoy.
-Tranquilo Antonio, no pienso cometer una locura.
-Eso espero no quiero sacarte de aquí arrastra. - Se mofa de mí y toma de su champán.
-Necesito respirar aire fresco. - Me levanto de mi silla.
-Aire fresco, te recuerdo que estamos en el jardín. - Se mofa Antonio.
-Cierto, entonces necesito estar solaaaa.- Digo sarcástica, me voy lejos de toda las personas que están en la fiesta, no sé cuánto he caminado, está casa es inmensa, estoy bajando unas escaleras de piedra que están en el jardín veo una cabañita, debe de ser dónde guardan todo lo de la jardinería, éste es un buen sitio para esconderme por un buen tiempo, abro la puerta y si es dónde tiene todo para mantener tan hermoso éstos jardines, hay una mesita de madera no veo una silla, empiezo a mover unos sacos que están encima de unos banquitos, en eso siento que abren la puerta y la cierran con mucho cuidado, ¡Dios! ¿Quién será?, me volteo limpiándome mis manos. - Tú. - Digo al verlo, está arre costado de la puerta y con sus manos en el bolsillo.
- ¿Esperabas a alguien más? - Dice sarcástico..
L. R.