Traes todo. - Me gruñe Paty.
-Siii, Paty ya te dije que traigo todo. - Le digo desesperada, han pasado dos semanas desde que no veo a Ángelo y no sé nada de Lanffont, Antonio no se ha separado de mí todos estos días, estamos en el jet aterrizando en Italia, Paty no ha hecho venir una semana antes para terminar de arreglar todo lo de la boda.
-Ay mi niña, está semana va a hacer de locura. - Me dice Carmencita sarcástica.
-Sí, ya lo veo. - Le digo viendo a Paty dándole instrucciones a todo lo que será está semana, estamos en los coches camino a dónde vamos a pasar la semana.
- ¿Mami conoceremos Italia? - Me dice mi princesa viendo por una de las ventanas del coche.
-Sí, mi princesa. - Estoy acariciando su cabello.
-Ayss cariño, es qué es una mansión. - Dice Paty sorprendida al ver la enorme casa dónde estamos aparcando los coches.
-Sí. - Le digo bajándome del coche y poniéndole el abrigo a mi niña, es una casa inmensa, delante de ella hay una enorme fuente de una mujer desnuda con un jardín de muchas rosas a su alrededor, entramos a la casa y lo primero que te encuentras es una gran escalera en el medio del gran salón y una mesa redonda con muchas fotos familiares.
-Sí, ya llegaron. - Nos dice la mama de Francesco, saliendo de unas de las entradas de la casa, debe de venir de la sala, todos la saludamos y empiezan a llegar toda la familia, menos Francesco y Ángelo.
-Hola corazón, encantada de volver a verte. - Me dice la mama de Ángelo me da un abrazo.
-Hola señora D'Altrui, ¿cómo está? - Le digo muy cariñosa.
-Haaa no, para ti soy Aurora. - Me da un beso en la mejilla, nos llevaron a nuestras habitaciones, mi abuela y mi princesa están siempre con Aurora y Helena la mama de Francesco, me estoy vistiendo para bajar a la cena que nos tienen, salgo de la habitación y bajo en el comedor se escuchan todos muy contentos, no me llego me entretengo en unos de los ventanales que hay en la sala se ve todo el hermoso jardín que tiene la casa en la parte de atrás.
-Hola Estefanía. - Me dice Ángelo detrás de mí, con su voz ronca, no me volteo sigo viendo por el ventanal, mi respiración se vuelva más rápida, todo mi cuerpo tiembla a escuchar su voz, ¡Dios!
-Hola Ángelo. - Le digo mirándolo atreves del vidrio del ventanal, está hermoso con su traje gris oscuro y su camisa abierta los primeros botones, tiene metida sus manos en sus bolsillos del pantalón.
- ¿Cómo estás? - Está acercándose a mí.
-Estoy bien. - Digo más nerviosa a tenerlo tan cerca, siento su respiración cerca de mí oído, sé que, si me volteo, tendré sus labios tan cerca de los míos que no voy a poder evitar besarlos.
- ¿Y mi bebe, ¿cómo se porta? - Me susurra en mi oído, trago saliva y sé que no voy a resistir más, giro un poco mi cabeza para tenerlo más cerca veo sus labios tan cerca, no puedes ya esos labios no son tuyos, Estefanía.
-Bien no me puedo quejar. - Le digo cerrando mis ojos para no besarlo.
-Te extraño. - Me susurra, ¡Ay, Dios Mio!, ahora sí que no resisto, me volteo completamente lo veo a los ojos, esa mirada tan penetrante que hace que mi cuerpo se vuelva una gelatina delante de él, estamos a centímetros de besarnos, pero ningunos da el primer paso.
-Ángelo te estamos esperando. - Gruñe Ágata entrando a la sala, cierro mis ojos y respiro profundo, Ángelo se va al comedor detrás de Ágata y dejándome sola, paso un rato sola me encamino al comedor.
-Mami aquí está tu silla. - Me dice mi princesa.
-Gracias mi princesa. - Le digo sentándome en la silla que me aparto, estoy sentada en el medio de mi princesa y Carmencita, delante de mí está Paty, Francesco y su madre a un lado están las niñas, Ángelo está cerca de su padre y Ágata, desde mi asiento puedo verlos muy bien, traen la comida y todos comen y hablan a la misma vez soy la única que está en sumida en mis pensamientos, cada vez que levanto mi cabeza mi mirada se va a la de Ángelo que también me está mirando.
- ¿No te gusto la comida mi niña? - Me dice Carmencita al ver mi plato de comida aún intacto.
-No, la verdad que no tengo hambre. - Le digo removiendo la pasta de un lado a otro.
-Tienes que comer algo, recuerda que a no eres tú sola. - Me gruñe entre dientes para que nadie más la escuche.
-Lo se. - Vuelvo a ver de reojo a Ángelo.
-Fani, tienes que comer. - Me gruñe Antonio que está al lado de Carmencita.
-Si me disculpan, no me siento nada bien. - Me levanto de mi silla.
-Pero corazón, nos probado ni un bocado de tu comida. - Me dice Aurora.
-Es que no tengo hambre. - Le doy un beso a mi princesa en su cabeza. -Te portas bien, le haces caso a tú abuela. - Le digo y veo a Ángelo que me está observando cada movimiento que hago.
-Si mami, cómo siempre. - Me dice mi princesa.
-Que pasen una feliz noche. - Salgo como flecha, sentía las miradas de todos encima de mí espalda, me voy mi habitación y me tiro en mi cama a llorar...
Liskarlyn Rodríguez.