- ¿En dónde estabas mi niña? - Dice Carmencita llegando a su silla, estaba bailando con su esposo.
-Paseando un rato, por los alrededores de la casa. - Tomo de mi agua.
-Sola. - Dice tajante y mirándome zancarrón, trago mi agua muy fuerte que mi garganta vuelve atraicionarme, en cuánto voy a responder Ángelo se sienta en la que está delante de mí con su hija, qué es una hermosura ya tiene casi dos meses, es de cabello rubio como su madre, blanca y unos ojos marrones grandes.
-Sí, sola. - Le digo apartando la mirada de Ángelo.
- ¿Y cómo te fue en la cabañita? - Me dice Antonio sentándose a mí lado, también estaba bailando con Paola la hermana menor de Ángelo, le pongo los ojos como platos por lo que dijo.
- ¿Tú cómo sabes? - Le gruño.
-Te vi cuándo entraste hay. - Me dice y toma de su champán.
- ¿Me estabas siguiendo? - Le gruño y le arqueo una ceja, él se echa a reír, veo de reojo a Ángelo está jugando con las manitas de su hija se ve tan tierno.
-Sí. - Dice tajante entre risas.
- ¿Entonces sabes que no estuve sola? - Digo sarcástica y cabreada.
-Sí. - Dice arre costándose del espaldar de su silla.
-Bien. - Hago lo mismo.
- ¡Ays! mi niña qué Dios me perdone, esa niña no se parece en nada a Ángelo. - Me dice Carmencita entre dientes para que más nadie la escuche, estamos comiendo el almuerzo que Paty escogió para la fiesta, es unas galantinas de pollo con unos vegetales al vapor, todo es gourmet.
-Carmencita por Dios no esté diciendo cosas como esa, la bebe no se puede parecer a nadie todavía, porqué está muy pequeña. - Le digo tajante y mirando a Ángelo, la niña se la llevo la niñera, ya que la lagarta como que le molesta tener a su bebe en los brazos, siento que mi estomago me da vueltas, es que he comido de cada cosa que pasa los meseros con su bandeja.
-No mi niña, los bebes siempre se parecen a sus padres. - Dice sarcástica.
-Ya Carmencita, estás buscando que se nos arme una aquí y en grande. - Le gruño y sigo comiendo, mi estomago está en mi contra y me regresan las náuseas. - ¡Ay, Dios!, no me estoy sintiendo nada bien. - Digo muy bajito que solamente escuche Carmencita y Antonio.
- ¿Estás bien Fani?. - Dice Antonio preocupado.
-Sí, ya se me pasara. - Le digo viendo de reojo a Ángelo que me está observando, pero aparta la mirada, porqué llega un hombre a decirle algo en el oído, él asentó con su cabeza.
-Sí, me disculpan. - Dice Ángelo levantándose de su silla.
- ¿Para dónde vas Ángelo? - Le gruñe Ágata, lo qué ha hecho todo el día es pelear.
-Tengo asuntos que atender. - Le gruñe y se va, se encamina a la casa, Francesco también hace lo mismo, me vuelve mis náuseas y está vez sé qué si no salgo corriendo al baño, vomitare aquí mismo.
-Antonio necesito ir al baño. - Le digo ya levantándome de la silla.
- ¿Pero para dónde vas cariño? - Dice Paty a todo pulmón, estoy corriendo al baño.
-Tiene ganas de vomitar. - Le dice Antonio y se viene detrás de mí, entro a la casa me voy a unos de los baños que están de los pasillos cerca, no me da tiempo de cerrar la puerta me meto de cabeza en el váter y vomito hasta las entrañas.
-Sí no fuera por qué no estás a tiempo de dar a luz, sacas él bebe por la boca. - Se mofa Antonio arres costándose del marco de la puerta.
-Es mejor que te calles, si no quieres que te parta tu linda carita. - Le gruño empiezo a lavarme la cara, él se ríe a carcajadas.
-Ni muriéndote, pierde tu genio. - Se mofa, salimos del baño pasa un mesero con varias champán y Antonio agarra una copa, me arre cuesto de la pared que da hacia las escaleras, se escuchan las voces de los chicos con más personas quienes serán...
L. R.