…since the day that we met,
You take the breath out of my lungs.
Can't even fight it.
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(Speechless — Dan + Shay)
.
Logan
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Habían pasado unos cinco minutos desde que le dije que tenía que salir del maldito baño, pero mamá seguía sollozando en silencio, mientras Lauren y yo esperábamos por su respuesta. Yo, apoyado del marco de la puerta; ella de brazos cruzados en el corredor.
—¿De verdad soy la única que encuentra enfermizo todo esto? —preguntó mirándonos con la súplica en sus ojos.
—Sí —respondimos mi hermana y yo al unísono. Aunque Lauren con mucha más impaciencia.
Ella creía, erróneamente, que lo que hacía mamá era intentar manipularnos y lo llevaba muy mal, pero yo sabía que la mujer de verdad sentía un conflicto por lo que sucedía, sentía que le obligaban a elegir entre la felicidad de un hijo o del otro. ¿Estaba equivocada? Sí, por supuesto, era un sinsentido, pero de verdad se sentía mal al respecto. Tratar de sacarla de su error nos estaba costando demasiado y empezaba a ser exasperante.
—Es que sigo sin poder creer que todos se lo tomen tan a la ligera. A mí el estómago se me revuelve cuando…
—Sé cuidadosa con lo que vas a decir, mamá —siseó Lauren en tono de advertencia. Yo alcé una mano para que me dejara llevar la situación.
—Mamá, sinceramente ya no sé qué más decirte. Después de todo este tiempo, creí que ya te habías hecho a la idea. ¿Tienes náuseas? ¿Te sientes ofendida? Bueno… lamento decirte que es tu problema y vas a tener que resolverlo sola. Nos bajamos del barco, ¿entiendes eso? Nos quieres obligar a elegir un bando y no te vamos a elegir a ti con esto.
—¿Pero, Logan, cariño… ¿Cómo puedes estar tan tranquilo con esto?
—Porque fue algo sin sentido desde el principio, mamá. Me has preguntado desde el primer día si estoy bien con esto y te dije que sí. Te he dicho que sí cada condenada vez que lo has preguntado. Allá afuera está una chica encantadora esperando por mí; no me la he podido sacar de la cabeza desde que la conocí, y ¿sabes por qué no lo sabías? —pregunté al ver el asombro en su rostro—. Porque en tu mente solo tienes espacio para echar por tierra el hecho de que Liam también encontró alguien especial.
—Esto no tiene nada que ver con Liam…
—¡Claro que lo tiene! —exclamó Lauren, haciéndome alzar la mano otra vez. Mi hermana era quien tenía el carácter más explosivo en la familia.
—Lo tiene, mamá. Porque si fui informado bien, Liam te pidió que no te presentaras en la boda si ibas a seguir con esa actitud, ¿me equivoco? —El rostro de mi madre se descompuso otra vez—. Ha perdido la paciencia, mamá. Lilieth es el amor de su vida y no ha hecho nada para merecer tu maltrato. Él no te va a escoger por encima de ella si continúas por este camino. Entonces vas a tener que hacerte una pregunta: ¿qué estás dispuesta a perder por seguir defendiendo tu absurdo argumento? ¿Quieres perder a Liam? Y te aseguro que si lo pierdes a él, me perderás a mí también.
—Y a mí —agregó Lauren en tono cortante—. Y dudo que papá se tome muy bien el hecho de que estés arruinando el día más feliz en la vida de tu hijo.
Torcí el gesto un segundo. Consideré que eso fue cruel y quizás innecesario, pero pareció tener más efecto que todo mi discurso. Vi a mi madre pasarse ambas manos por el rostro y mirarse en el espejo en silencio.
—Lo siento, jóvenes —nos interrumpió la asistente de la organizadora de la boda—. Pero el señor Liam ya está rumbo al altar. Necesitamos a los padrinos.
—Iré a ver a Lilieth —dijo Lauren alejándose del corredor. Yo miré a mi madre una última vez y, apartándome del marco e irguiendo mi espalda, dije algo que, aunque me dolía, sabía que funcionaría.
—El tiempo se acaba, mamá. Toma tu decisión, y trata de no avergonzarnos con ella —dije antes de marcharme.
Me crucé con papá en el camino, pero salvo por el intercambio de miradas cansadas, y la palmada que él me dio en el hombro, ninguno de los dos dijo nada. Al llegar al altar pude ver a mi hermano. Intentaba mantener sus hombros levantados y una expresión calmada, pero yo podía ver lo afligido que se encontraba.
—¿Por qué la cara larga? ¿Te arrepentiste, hermanito? —pregunté al llegar a él, obligándole a alzar la cara y acomodándole el nudo de la corbata.
—Mamá…
—Lauren y yo nos encargamos. No te preocupes por ella.
—¿Lauren? —Me miró con preocupación.
—Estuvo a la altura, descuida. Bueno… Soltó algo de veneno, pero estuvo a la altura. Estoy seguro de que la verás sentada en su puesto en unos minutos —dije como si no tuviera mayor importancia. Él hizo una mueca y se mantuvo en silencio mientras yo le daba los últimos toques, y cuando habló, tu tono me rompió un poco el corazón.
—Lo siento. Desde que Li y yo nos comprometimos, nunca te pregunté si…
Le di una palmada en la mejilla, intentando espabilarlo, y luego tomé su rostro entre mis manos para que me mirara.
—¿Por qué te disculpas? ¿Por encontrar al amor de tu vida? ¿Por querer pasar el resto de tu vida con ella? ¿Por robarme los reflectores hoy y los titulares mañana? —Él rio—. Liam… Yo no podría estar más feliz por ti de lo que estoy justo ahora. Este es tu día, hermano. Solo ustedes dos importan, sonríe y disfrútalo, que yo te cubro la espalda… siempre.
Él me miró en silencio unos segundos; en el fondo yo sabía que, como mamá, él también seguía cargando aprensión por lo que había pasado diez años atrás. Ante ese pensamiento me sentí realmente afligido. Diez años era mucho tiempo para llevar culpa o resentimiento en el corazón. Sentí pena por ellos, pero sentí mucha más pena por Lilieth. Mi pobre chica debía estarla pasando mucho peor, y solo pude esperar que Lauren y Gina hubiesen hecho un buen trabajo manteniéndola ajena a todo el drama de mi familia.
—¿Listos, Callaghan? —preguntó Luke al detenerse frente al altar con nosotros, poniendo una mano sobre el hombro de mi hermano.
Sonreí al ver que nuestro amigo, como siempre, utilizaba la entonación correcta para dar a entender lo que realmente quería decir, sin tener que ser directo al respecto. Su pregunta podría traducirse como un "¿Ya arreglaron sus jodidos problemas, malditos locos?". Él, que llevaba casi toda la vida formando parte de la familia, se conocía al derecho y al revés todos nuestros dramas y cómo navegar en ellos sin caer al agua… más que un par de veces, claro.
—Listos —respondió Liam con un gesto de gratitud; si había alguien que agradecía la diplomacia de nuestro amigo, era Liam, cuyo carácter era más afín al suyo que al mío.
—Oye, ¿conseguiste a…? —Empecé a preguntar al recordar, de pronto, que yo también tenía cosas importantes de las que ocuparme ese día.
—Segunda fila —respondió Luke, ubicándose a mi lado.
Miré hacia donde indicaba y entonces la vi. Como una luz en la oscuridad, Leslie, con su encantador vestido verde que tanto estrés le había causado, destacaba entre el mar de tonos claros de los invitados. Los rayos del sol parecían iluminar directamente sobre ella, haciéndole parecer un ángel. La música inició, indicando que las damas habían aparecido al final del camino de alfombra, pero yo no pude apartar la mirada. Los invitados se pusieron de pie y todos giraron a contemplar a la novia durante su recorrido, pero yo seguía con los ojos puestos en Leslie. Sus rizos rebeldes estaban sujetos en un bonito moño y, aunque llevaba maquillaje esa vez, aún conservaba ese aspecto natural que seguía robándome el aliento desde la primera vez.
Lilieth llegó al altar; mi amiga lucía como una princesa sacada de un jodido cuento de hadas con aquel pavoroso vestido púrpura que, sin duda alguna, daría de qué hablar, y aun así yo no podía apartar la mirada de Leslie por demasiado tiempo, tanto, que estuve seguro de que pasé sino toda la ceremonia, al menos sí gran parte de esta, mirándola; pero no había otra cosa que pudiera hacer.
***
Un buen rato después, cuando ya los novios habían sido declarados "marido y mujer", se habían alejado del altar y se encontraban tomándose fotos con los padres, vi aliviado que mamá parecía estarse comportando a la altura. Solo entonces pude acercarme a Leslie, que observaba todo desde el fondo de la concentración de invitados.
Caminé a paso lento, obligándome a recordar que estaba enojada conmigo. Ella me miró y ladeó la cabeza con mirada de reproche, aunque pude notar que no era del todo real.
—¿Me odias? —pregunté en tono cauteloso.
—No. Pero debes admitir que estuvo mal lo que hiciste.
—Lo sé, lo siento. Es que… No quise condicionarte. Me dijiste que apenas llegas a la ciudad, que no tienes muchas cosas aún, y no quise que te sintieras obligada a comprarte un nuevo vestido ni nada.
—Es prestado el vestido —admitió avergonzada.
No supe si aquella era su forma de decirme que tampoco tenía dinero para comprar un vestido, pero decidí hacer caso omiso a las preguntas que se acumulaban en mi garganta. Apenas nos conocíamos, y habíamos acordado ser amigos. Yo no tenía derecho a preguntarle nada sobre sus finanzas y temí que hacerlo me hiciera retroceder lo poco que había avanzado.
—Lo siento.
—Y además, no me dijiste tampoco que esto estaría lleno de celebridades. Así que yo estoy aquí, con mi vestido prestado y mi peinado simplón…
—Estás perfecta. Ni siquiera encuentro palabras para explicarte lo hermosa que te ves hoy. —Vi cómo sus mejillas pálidas alcanzaban casi el mismo tono de su cabello ante mi cumplido y contuve una sonrisa. Leslie quizás no estaba segura de querer una relación en ese momento, pero era obvio que estaba tan afectada por mí como yo por ella y eso estuvo a punto de hacer que mi corazón explotara.
—Ahora que la marea ha bajado, ¿piensas preguntarme alguna vez? —respiré profundo al oír la voz de mi hermana a mi espalda.
Me giré para verla y me encontré con que Luke estaba dos pasos detrás de ella, intentando contener una sonrisa mientras su mirada me decía: "Lo siento. Hice lo que pude".
—Lauren, ella es Leslie Mackenzie, es una amiga, trabaja con… —No había terminado de hablar cuando Lauren ya estaba lanzándose sobre Leslie, envolviéndola en sus brazos, dejando a la chica sorprendida.
—Un placer conocerte, cariño. ¡Dios! Qué linda que eres. Amo tus pecas.
Leslie se llevó una mano a la mejilla, quizás cohibida por la mención de sus pecas, pero mi hermana, la máquina de halagos, no prestó atención a esto. Estuvimos unos tres minutos respondiendo a la avalancha de preguntas que lanzaba mi hermana, actuando como si yo no le hubiese contado ni una sola palabra, cuando de pronto cometí el error de decir "Leslie no conoce a muchas personas en la ciudad".
—Oh, entonces ven, cariño. Te voy a presentar a algunas personas. Te encantarán, ya verás.
Lauren tomó a Leslie de la mano y prácticamente la arrastró hasta los diferentes grupos de invitados, presentándola con todos los honores, como si estuviesen en un baile de "Orgullo y prejuicio".
—Pobre chica —murmuró Luke, conteniendo la risa mientras miraba la escena.
—Creí que tú y yo teníamos un trato —murmuré de mal humor.
—¿Y qué querías que hiciera? ¿Que la amordazara? Lauren está en la boda de su hermano con su mejor amiga, mientras su otro hermano está presentando a la chica que no deja de describir como la mujer de sus sueños… La mujer está sobre una nube de felicidad. No hay nada que yo pueda hacer para distraerla de eso. —Se defendió mi amigo, pero entonces yo lo miré con una mueca en los labios y él entrecerró los ojos.
Ambos sabíamos que sí había algo que él podía hacer para que Lauren se olvidara de cualquier cosa. Un poder que solo él tenía, pero que seguía negando.
—Cállate —fue su respuesta antes de alejarse.
***
Un buen rato después, los aplausos estallaron en el lugar cuando terminé mi discurso. Me acerqué a los recién casados y me incliné para abrazarlos.
—Eso estuvo hermoso, Logan —murmuró Lilieth entre lágrimas.
—De corazón les deseo que sean muy felices, chicos. —Me vi obligado a agacharme cuando ella haló de mi brazo.
—¿Esa es la chica de la que me hablaste? —preguntó Lilieth con una gran sonrisa entusiasmada.
—Sí, ¿no crees que es hermosa? —Mi hermano sonrió al escucharme.
—Es encantadora, sí. Pero… ¿Cómo van las cosas? ¿Alentadoras?
—Ella fue sincera y le dijo que no quería una relación en estos momentos. Y él le mintió diciéndole que serían solo amigos —respondió mi hermano haciendo reír a su nueva esposa.
—Yo no mentí. Fui claro con ella. Le dije cómo me siento y ella aceptó ser mi amiga hasta que tengamos las cosas un poco más claras. Se sentía un poco tímida de estar aquí, pero está entrando en confianza.
—Pues, a juzgar por lo mucho que la está haciendo sonreír Hunter, yo diría que ya está en confianza —dijo Liam en tono burlón.
Alarmado, la busqué con la mirada, y horrorizado vi que estaba junto a la mesa de postres, charlando con Hunter Adkins, el productor de nuestro último álbum… Un experimentado y casi invencible seductor, que la miraba con atención y le sonreía con descaro.
—Maldita sea —gruñí, alejándome rápidamente, pero pudo escuchar la risa de ambos a mi espalda.
Mientras atravesaba el salón y me acercaba a ellos, Leslie volteó su cabeza hacia mí, como si hubiese sentido toda mi energía proyectándose hacia ella, y me sonrió. En ese momento, todo el pánico que pude haber sentido ante la presencia de Hunter o cualquier otro, perdió sentido. No me importaba cuánto se burlara Liam, o cuánta prudencia me pidiera Luke. Yo lo sabía. Leslie estaba tan perdida como yo, aunque no lo admitiera. Cuando nos mirábamos, todo se hacía añicos y éramos solo nosotros en el mundo.
Yo no estaba loco.
Ella no huiría, así como yo jamás la sacaría de mi cabeza.
Solo había un fin para nosotros y yo me encargaría de demostrárselo.