…'Cause if we lost our minds and we took it way too far.
I know we'd be alright, I know we would be alright.
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(There’s Nothing Holding Me Back — Shawn Mendes)
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Logan
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Eran pasadas las tres de la tarde cuando el taxi se detuvo frente a la plaza Merrion; iba media hora tarde… Liam no estaría contento.
La cita con el sastre era a las dos; me lo habían recordado casi un millón de veces, pero yo estuve tan perdido en mi encuentro con Leslie que perdí por completo la noción del tiempo.
Subí los escalones y toqué el timbre de aquel edificio de ladrillos rojos que, aunque por fuera parecía ser cualquier otro taller de moda, por dentro la perspectiva era muy diferente. Paredes blancas, cristales, sofás elegantes y candelabros ornamentales decoraban el interior. El Emporio O'Sullivan aún no era conocido a nivel mundial, pero sin duda lo sería y mi hermano quería ser parte del reconocimiento de otro nombre irlandés, por lo que no solo él vestiría de la marca en su gran día, sino que Luke y yo también debíamos hacerlo.
Dos jóvenes mujeres me sonrieron al verme y, luego de ofrecerme su extenso catálogo de bebidas disponibles, me llevaron hasta el salón donde se estaban realizando las pruebas. Una suave, pero rítmica música instrumental se hacía más fuerte a medida que me acercaba, y al entrar, vi a mi hermano sobre uno de los pequeños podios frente a un espejo tripe de grandes proporciones, con el cual, supuse, podría verse hasta el interior de la nariz, pero no dije nada, puesto que la mirada de desaprobación que me lanzó a través del reflejo me dejó claro que no estaba para chistes.
—Buenas tardes, Logan —dijo el diseñador con una sonrisa mientras ponía un par de alfileres a la altura del hombro de Liam.
—¿Qué tal, Marcus? —Caminé hasta el sofá y me senté, mirando a Luke salir del probador, con su ropa habitual, por lo que asumí que ya él había hecho su prueba. Ambos hicimos una inclinación de cabeza como todo saludo. Él y yo ya nos habíamos visto esa mañana.
—Llegas tarde —dijo mi hermano, a quien llevaba una semana sin ver.
—Te dije que tenía una cita importante.
—Sí, y dijiste también que estarías aquí a tiempo.
—Dije que intentaría llegar a tiempo. —Señalé en su dirección, puesto que me seguía mirando por el reflejo—. Vamos, tú eres el listo, deberías notar la diferencia.
De reojo logré ver el movimiento de las manos de Luke. Me estaba diciendo que me callara, pero ya era muy tarde. Liam se giró sobre sus talones y dejó ver su rostro frente a frente. Con los años, nuestras diferencias se habían acentuado más. Ya no éramos tan idénticos como los fuimos en la niñez. Mi cabello largo y mi barba contrastaban con su rostro pulcro y su peinado más clásico, pero lo que realmente marcaba una diferencia entre nosotros, eran los gestos severos que él ponía más en práctica que yo. En ese momento, su ceño fruncido hacía que pareciera tener una ceja en lugar de dos, y la sombra en sus ojos se asemejó a la de papá, como nunca antes le había visto.
—No te hagas el gracioso hoy, Logan. Ya vamos contra el reloj y no podemos hacerle perder el tiempo a Marcus.
—Descuida, muchacho, que yo sabré hacer mi trabajo —dijo el hombre, sacudiéndole los hombros—. Ya terminé contigo, ahora solo debemos revisar el de tu hermano y habremos terminado. Dudo que tenga que hacer muchos ajustes con el suyo. Estos trajes estarán listos para mañana, te lo garantizo.
Liam resopló por lo bajo y asintió.
—Gracias, Marcus. —Se limitó a decir, girándose otra vez hacia el espejo, como el hombre le indicaba. Sintiendo la presión de la mano de Luke en mi nuca, me levanté y tomé la bolsa que me ofrecía, dirigiéndome al probador.
—¿Qué ocurre? —pronuncié sin voz hacia mi amigo, cuando supe que Liam ya no podía verme.
"Tu mamá" fue toda la respuesta de Luke, y en realidad era todo lo que necesitaba… Podía comprender que Liam estuviese enojado.
Liam era un buen hombre. Me enorgullecía decir que era mi hermano. Era un sujeto agradable, mucho más listo que yo, y muy correcto en su forma de vivir. Jamás se metía en escándalos y, para vivir la vida que nosotros vivíamos, era el modelo a seguir indiscutible. Debería ser el orgullo de cualquier madre, pero no para la nuestra, al parecer haberse enamorado de una mujer que, siendo apenas una adolescente fue ignorante de sus verdaderos sentimientos y tomó decisiones apresuradas, era algo imperdonable para ella.
Todos habíamos dejado eso atrás, incluso la prensa parecía haberlo olvidado, pero no mi madre; ella seguía aferrada a eso y al rechazo que le generaba, por lo que la boda de Liam y Lilieth no la entusiasmaba ni un poco. De pronto mi buen humor se fue a la basura.
Salí del probador un rato después, ya con el traje puesto, y me subí al podio como me ordenó Marcus con gestos. Luke y Liam, ya con su ropa ordinaria, estaban sentados en el sofá; ninguno hablaba. La tensión en el ambiente era palpable. Todos sabíamos que era una mierda que mamá estuviese arruinándole el momento a los chicos, pero también sabíamos que no era algo que pudiera arreglarse con una simple conversación.
Me giré hacia el espejo y dejé que Marcus hiciera su trabajo. De verdad intenté callar, fueron apenas dos minutos, pero sí que medité respecto a que el silencio era lo que quería mi hermano… Lo que él creía que necesitaba, pero yo lo conocía mejor, ¡era mi otra mitad! Y si de algo estaba yo seguro en la vida, era que no había nada que aliviara más el dolor de un corazón roto que una buena carcajada, una que te hiciera olvidar todo, al menos por un minuto. Así que hice lo único que sabía que le podría cambiarle el ánimo… Hablar de mí mismo.
—Estoy enamorado. —Solté como si tal cosa, como si ya hubiésemos estado hablando de ello, como si no notara la nube gris llena de truenos y lluvia que flotaba sobre nosotros.
Luke soltó un resoplido mudo y desvió la mirada para que mi hermano no lo viera reír, cosa que no supo hacer tan bien Marcus, que sonrió abiertamente al oírme. Liam, en cambio, me miró con la boca torcida.
—¿Estás enamorado?
—Sí.
—¿De la chica que acabas de conocer? La de la cita.
—Sí.
—¿Hablamos de la misma que te mintió sobre su dirección la semana pasada? —intervino Luke, haciéndome torcer el gesto.
—Sí, ella, Leslie. Pero eso fue un malentendido. Y ya lo solucionamos.
—¿Un malentendido? —siguió Liam.
—Sí. Ella creyó que yo estaba tramando conquistarla, y se asustó porque no está lista para una relación justo ahora.
—No entiendo. —Luke miró a Liam, confundido—. Sí quieres conquistarla, ¿cuál fue el malentendido?
—No. Yo no estaba intentando conquistarla, simplemente fui muy efusivo al demostrar mi interés y eso fue demasiado para ella. Ahora que lo aclaramos, dejaremos que las cosas fluyan de forma natural, hasta ver.
—¿Hasta ver qué? —insistió Liam.
—Pues… A ver cómo nos va. Pero no estoy nervioso porque sé que todo saldrá bien. Yo le daré el tiempo que ella necesite y al final estaremos juntos.
—Eso no lo puedes saber, Logan. Mucho menos si la chica te está advirtiendo que no está lista. —Sacudió la cabeza hacia Luke. Ambos me miraron como si hubiese perdido la cabeza.
—No, ustedes no lo entienden, pero yo sé que así será. Lo siento en mis huesos; es… es…
Liam en ese momento alzó un dedo y lo apuntó hacia mí.
—No lo digas. —Me miró con advertencia—. No-lo digas… —Insistió al verme abrir la boca, pero no podía evitarlo.
—Pero es que así es, Liam. Es el destino. —Marcus rio sin soltar el alfiler entre sus dientes.
—Maldita sea —gruñó mi hermano, dejando caer la cabeza hacia atrás, mientras Luke ocultaba su rostro entre sus manos, sacudiendo la cabeza de un lado a otro; mirándome como si yo fuese un caso perdido.
—Logan, hermano. Creo que deberías pensar esto con calma. Sé lo mucho que quieres encontrar a alguien, lo sé. Y créeme que yo también quiero que lo encuentres, pero… Siento que te estás apresurando. No puedes cegarte de este modo por alguien que ni siquiera conoces.
—Es cierto, Logan. Lo del amor a primera vista no es tan real como nos gustaría.
—Pero sí que la conozco. Hemos hablado un par de veces.
—Un par de veces... ¡Fantástico! Eso lo arregla todo.
—Han sido conversaciones reales… Salvo la parte en la que me mintió sobre su dirección, claro. —Marcus volvió a reír—. Y llegué tarde porque estuvimos hablando de todo y de nada. Es una chica tan genuina, Liam. Sé que te agradará, es muy lista, aunque muy modesta. Le gusta leer poesía, y ver películas en blanco y n***o. Le gustan los juegos de mesa como a nosotros, y le gusta estar en casa, es muy hogareña.
—Oh —Liam juntó sus manos y fingió estar enternecido antes de girarse hacia nuestro amigo—. ¿Escuchaste eso, Luke? Ve películas en blanco y n***o y le gusta estar en casa —Luke tensó la boca para mantener una expresión seria al oírle. Liam se giró de nuevo hacia mí—. Eso suena fantástico, ¿sabes a qué más suena? ¡A que no tienes nada en común con ella! Tú jamás has visto una película en blanco y n***o. Tu película favorita es "Duro de matar" y… ¿Estar en casa? ¡Tú eres como un cachorro! Quieres escapar cada vez que ves una puerta abierta.
Marcus seguía riendo, Luke se esforzaba por no hacerlo, pero yo estaba empezando a exasperarme, porque Liam estaba distraído, sí, pero no reía.
—Lo sé, lo sé. ¿Pero no se trata de eso? ¿De encontrar a alguien que te complemente? Que tenga las cosas que tú no tienes, para que no falte nada en tu vida. Solo estoy siendo optimista, es todo. Ustedes deberían sacudirse esa nube negra que llevan sobre los hombros.
Ambos me miraron en silencio, conscientes de que lo que yo decía era cierto, pero luego de un suspiro pesado, quien habló fue Liam.
—Logan… No pretendo ser negativo con todo esto, tampoco pretendo meterte inseguridades a la cabeza. Pero me preocupa que estés haciendo todo este derroche de sentimentalismo por alguien a quien apenas conoces y que te ha dejado ya claro que no quiere nada serio. —Me miró, afligido—. Me preocupa que te ilusiones y luego te rompan el corazón. Y te lo digo… Andar por ahí con el corazón roto es una mierda.
—Lo sé.
—No, no lo sabes —intervino Luke, ahora sí con el rostro ensombrecido.
—Bueno, vale. ¡De acuerdo! Ustedes tienen razón. Jamás me he enamorado, y jamás me han roto el corazón, ¿pero y eso qué? A todos les pasa, eso no va a detenerme. Lo siento, sé que se preocupan por mí, porque creen que soy el eslabón más débil aquí, y no me voy a detener en discutir el porqué justo ahora, pero yo sé lo que les digo, ¿vale? Esto no va a ser como ustedes piensan. Yo la vi. Ella… me mira y sus ojos brillan. Y se sonroja cuando le sonrío… Incluso si aún no se da cuenta o no quiere admitirlo, sé que cayó tan fuerte como yo. Ya le prometí que me contendría, y lo haré. Les prometo lo mismo a ustedes. Lo llevaré con calma, nada de prisa… Un paso a la vez… Estaré relajado.
—¿Y dejarás de creer que cada cosa que pasa es obra del destino y no una mera coincidencia?
—Dejaré de decirlo frente a ti, si eso te hace feliz. —Entorné los ojos al tiempo que Luke resoplaba entre risas.
—De acuerdo, si me prometes que no te ilusionarás demasiado… No hay más que pueda ya hacer.
—¿Y cuál va a ser tu siguiente paso? —preguntó Luke cuando Marcus se alejó luego de retirar todos los alfileres.
—Seguir conociéndonos, claro. El domingo nos veremos otra vez y con suerte descubriré más cosas sobre ella. —Ambos mostraron su asombro al oírme.
—¿El domingo?
—Sí.
—¿El día de la boda?
—Ah, sí. Olvidé decirte… La invité a la boda.
—¿Estás bromeando, cierto? —preguntó Liam.
—No. Me dijiste que podía llevar a alguien. Y me gustaría que todos la conocieran.
—Llámame loco —Luke aclaró su garganta antes de continuar—. Pero, ¿no has pensado que invitar a la boda de tu hermano, para que conozca a toda tu familia, a la chica que te mintió sobre su dirección porque sintió que la presionabas demasiado, y que luego te dijo claramente, directo a tu cara, en tu propio idioma, que no está interesada en una relación… Tal vez no sea buena idea?
—Lo pensé por un segundo, sí. Pero vamos en plan amistoso, solamente. Ella irá por su cuenta, casi siempre estaremos en grupo… Y la verdad es que ella no tiene amigos, no conoce a nadie en la ciudad. Le viene bien conocer gente nueva.
—Logan…
—No, no. Déjalo —intervino Liam, alzando una mano hacia él—. Creo que me viene bien su plan.
—¿Te viene bien?
—Sí. Es obvio que este idiota no se va a poder controlar. No va a fingir nada, así que todos se darán cuenta de lo que pasa. Tal vez mamá se entretenga con eso lo suficiente como para que nos permita a Lilieth y a mí estar en paz el día de nuestra boda. —Alzó ambos pulgares en mi dirección—. Tienes todo mi apoyo. Ahora, llamaré a Lilieth, debe saberlo… quizás ahora duerma más tranquila sabiendo que mamá no nos avergonzará durante la ceremonia.
Liam empezó a salir del salón, marcando el número de su prometida, mientras Luke y yo lo observábamos con aire melancólico. Estaba bromeando, pero al mismo tiempo hablaba en serio, y eso se me hizo inaceptable. Nadie merecía que su felicidad se viera empañada por los prejuicios de alguien más, ni siquiera los de su madre. Ya era hora de que alguien sentara a la terca mujer y le dijera un par de verdades.
La idea se disipó un poco cuando giré y me vi en el espejo. Sonreí. Me veía bien. Recordé el brillo de apreciación en los ojos de Leslie al verme esa mañana y supe que estaba delante de una droga poderosa: me gustaba gustarle. Quizás Liam y Luke estaban en lo cierto, estando yendo muy rápido y muy lejos, demasiado pronto, pero no podía evitarlo. No sabía explicar lo que me hacía Leslie con solo mirarme, pero sabía muy bien que ya no había marcha atrás.