Capítulo II: Ella me traicionó

1220 Words
Se alejó brusco, apartando sus labios, dejándola deseosa de más, ese sabor dulce era la gloria eterna, Savannah sonrió, caminó hacia él —¡Seremos tan felices! —dijo con ilusión, pero no terminó de hablar, porque el techo fue arrancado por los vientos huracanados, Leonel se congeló de nervios, pero atinó a tomar su mano y obligarla a correr, pronto los restos de la cabaña salieron disparados por los aires. Corrieron, entre la lluvia, los truenos y el viento, ¡Era imposible! Se resguardaron sobre una capilla, la tormenta era terrible. Se sentaron en el suelo, lado a lado, Savannah tenía miedo. —Lo siento mucho, yo quería impedir tu boda, pero no quería lastimarte —se echó a llorar y por un momento Leonel sintió lástima, era una jovencita, ni siquiera sabía si era mayor de edad, pero seguro de que todos cometían errores y debían ser perdonados, Leonel se sintió extraño, jamás había sido un hombre misericordioso, siempre había sido orgulloso, no entendía porque esa chica provocaba tan ambiguos sentimientos en él, tomó valor para recordar que ella le había arruinado su boda —¡Ya basta! No llores, no me gustan las chillonas —espetó con crueldad. Savannah se limpió el rostro, y fingió una sonrisa —Entonces, no lloraré, yo haré lo que tu digas. —Dime, entonces, ¿Quién eres? —Soy Savannah, y soy el amor de tu vida —dijo entre un suspiro que provocó que el hombre pusiera sus ojos en blanco con fastidio —Bien, Savannah, ¿De dónde eres, cuantos años tienes? ¿Tienes idea del lío en que te metiste? —Soy de la ciudad Barza, y tengo diecinueve años, y no me importa lo que tenga que pasar con tal de estar a tu lado —ella sujetó su mano y él se apartó —Está bien, Savannah, déjame explicarte, yo no te conozco, hasta hoy nunca te había visto, eso que llamas almas gemelas y eso del amor, eso no existe entre tú y yo, así que solo estás loca… —¿Loca de amor? —él la miró incrédulo, pero ella se abalanzó a sus brazos y comenzó a besarlo, hacía el intentó por alejarla, no podía negar que era tentadora, pero él era un hombre comprometido. De pronto una gran ola golpeó el lugar, Leonel reaccionó a tiempo, subió a la chica a uno de los pedestales elevados, el agua comenzó a entrar, intentó subir, pero fue arrastrado por la corriente. Savannah se aterrorizó, siguió a Leonel arriesgando su vida, hasta que la intensidad del agua se detuvo, ella lo empujó con toda su fuerza a un rincón, el hombre parecía inconsciente, ella lo ayudó masajeó su pecho, estaba al borde del pánico, no quería perderlo, ver su rostro tan frágil y hermoso la estaba matando, cuando volvió en sí, Leonel tosió con fuerza, se enderezó asustado —¡¿Qué me pasó?! —¡Creí que te perdía! —exclamó abrazándolo, pero el sonido de un helicóptero los sorprendió. Leonel salió corriendo, hizo señas, era un helicóptero de la policía. Pronto la policía los devolvió a la Malvarrosa. Estaban en la estación y afuera estaban rodeados por la prensa que buscaba hacerse eco de la noticia de Leonel Sagan —¡Está niña me secuestro! Savannah le miraba con ojos grandes, tristes y decepcionados Los policías no daban crédito a sus palabras, aquella jovencita tenía la cara de una santa, tan linda como pequeña, contra un hombre como él; poderoso, alto, el doble de su peso, y encima un gran artista —¿Cómo fue eso, señorita? —¡Él miente! Me ama, estábamos juntos por voluntad propia. Leonel no podía creerlo, el comandante alzó las cejas dudoso —¡No es cierto! Dese cuenta de que está chica esa loca, tiene serios problemas mentales, ¡Exijo una orden de alejamiento! Y que vaya presa —sentenció enojado —Tranquilo, señor Sagan, debe conservar la calma. —¡Hijo! —exclamó Carlota y Leonel corrió hacia ella, la abrazó con fuerza —Menos mal que llegaste, ¿Trajiste al abogado? —Si —dijo—. Ya viene llegando junto con Edelmiro. —¿Edelmiro? —Hijo, él es tu representante legal, y viene a ayudarte. Leonel no se veía seguro, después de todo, Edelmiro siempre se había opuesto a su relación con Sasha y pensaba correrlo después del matrimonio —¿Dónde está Sasha? ¿Le has dicho que estoy aquí? Carlota bajó la mirada, odiaba ser ella quien le dijera semejante situación —Hijo… lo siento… Sasha no llegó a la boda, envió un comunicado a la prensa, a ti te dejó esta carta que trajo una persona allegada, y ante los fanáticos, hizo un live en r************* , ¡Ay, hijo! Daría mi vida para no verte sufrir, jamás —dijo tocando su cara, Leonel no podía creérselo, observó su móvil y entonces, ahora sí, con la señal le llegaron miles de mensajes, era cierto, todo lo que decía su madre, Leonel pudo ver miles de mensajes de apoyo de sus fans, reprodujo el video y lo escuchó «Aparecía Sasha al lado de un hombre, lo conocía, el artista se llamaba Adonis Taylor, era un artista que antes había participado en el festival de la luna, pero había perdido ante Lex Dalmau, era un joven de algunos veinticinco años, atractivo y con nueva fama, ahí estaba Sasha afirmando que lo amaba y que ahora eran esposos, se besaban con lujuria y pasion, mientras los fanáticos les dejaban los peores comentarios» Detuvo el video y tomó asiento. Su madre padeció por verlo tan mal. Luego tomó la carta y la leyó «Leonel: Si me hubieses hecho caso hace tres años, cuando te pedí que nos casáramos, nada de esto hubiese sucedido, pero tú querías tu libertad y soy consciente de que el corazón quiere lo que quiere, he estado con Adonis, desde hace seis meses, a la par que contigo, tratando de decidir con quién podría ser feliz, la realidad es que tú te vuelves viejo y amargado, y odio eso de ti, además, dudo que tú éxito continúe, odio a tu madre, quien siempre es molesta, así como tú necesidad de la confianza y la monotonía. No me busques, no me hables, ni me digas nada. Soy feliz y no necesito tus buenos deseos. Si logras encontrar a una mujer como yo en tu vida, tendrás mucha suerte. Lo dudo. Sasha Stevens» Leonel tomó asiento, no podía creerlo, sentía mucho dolor y frustración, observó a la chica, Savannah sería llevada a los separos —¡Es toda tu culpa! —exclamó caminando hacia ella—. Tú arruinaste mi vida. —¡Sasha nunca te amo, ahora lo sabes! Solo quería salvarte, solo quería que supieras que te amo. —¡Tonta! Eres lo peor que me ha pasado, maldigo haberte conocido, te lo juro, te voy a hundir en la cárcel. Savannah estaba envuelta en lágrimas, el policía la dirigió a una celda —¡Hijo, cálmate! —Señor Sagan, mejor cálmese, no es el lugar para amenazar, la chica será investigada y revisaremos todos los pormenores, si es culpable, ella irá a prisión, pero si no, saldrá libre. —¡Ella se quedará en prisión! —exclamó furioso
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