Capítulo 5:
Lia
Me arrepentía de haberle dicho a Liam que no quería irme, no me sentía a gusto aquí y realmente me hacía poner mal el pensar que había mentido a papá. Las chicas reían y me metían en sus conversaciones.
-Li, se ve que estás incómoda. -murmuró Kenny y bufé.
-Lo estoy, hubiese preferido que me dijeran de ésto. -respondí.
-Lo sentimos, no pensamos que te pondrías así. Creímos que te gustaría. -murmuró.
-Descuida, es sólo que no estoy acostumbrada a salir y no imaginé que la primera vez que fuese a una fiesta sería así. -confesé.
-Oh. Dios, discúlpanos.
-Ya está, en serio. -dije animándole.
Le sonreí y Kenny me abrazo. ¿Qué malo podía pasar? A Liam no le convenía decir que me había visto aquí porque en todo caso el también se estaría mandando al frente con papá y Rachel.
Sentí mí móvil vibrar y fruncí el ceño al notar que se trataba de un número que no tenía registrado. Me alejé un poco de la multitud de gente bailando y saltando, al salir de la fábrica la música disminuyó. Atendí y me tensé, mierda. No debía haber contestado.
-¡Lia! -oí la voz de Mia- ¿Dónde estás?
-No finjas que te importa Mia. -bufé.
-¡No me hables así! ¡Han pasado dos semanas! ¡Dos! -exclamó molesta.
-Mira estoy haciendo mí vida tranquila lejos de ti y tus mentiras. Así que dejame. -dije y colgué.
Maldije cuando noté que la llamada había durado más de un minuto, por lo tanto podía ser rastreada. Bufé e intenté calmarme, ésta noche no era para nada lo que yo esperaba. Entré de nuevo al lugar pero choqué con un duro abdomen, maldije a notar que era Jayden.
-Hazte a un lado. -dije.
-¿Qué haces aquí, nena? -preguntó.
-Sólo acompaño a mis amigas.
-Ahora te veo sola. -murmuró y temblé.
No quería que me hiciera nada, sabía que era un idiota de primera pero no sería capaz de hacerme algo ¿no?
-Me están esperando, hazte a un lado. -pedí.
-Te dejaré ir, si me das algo a cambio. -murmuró.
-¿Qué demonios quieres? Nunca te he molestado, ni siquiera me meto en tu camino. -dije exasperada-. ¿Por qué no te vas a la mi...
No terminé de hablar porque en un rápido movimiento el castaño había plantado sus labios sobre los míos. Estaba en shock, no era mí primer beso pero joder no quería que el me besara. Intenté alejarlo pero fue en vano, parecía una piedra.
De frente sentí como alguien me tomaba por la cintura y me alejaba del patán. Aliviada y aún en shock volteé y me encontré con los ojos grises de Isaac. ¿El también estaba en ésto?
-Dame una buena razón para no parar tu culo, demonio. -habló Isaac.
-¿Es tu chica? -preguntó Jayden sonriendo de lado.
-No, es mí sobrina y vas a lamentar lo que hiciste. -gruñó mí tío.
De repente la música se había detenido y todo el mundo miraba la escena con curiosidad. Quería pasar desapercibida en éste lugar y ahora tenía la atención de todos. Estoy segura que mí segundo nombre debería ser problema.
-Isaac... -lo llamé-. Llévame a casa.
-Lia... -oí la voz de Liam.
Volteé y nuevamente me topé con sus ojos azules. Se veía algo preocupado pero a la vez molesto, no sabía el porque. Lo único que tenía claro era que quería salir de ahí y cuanto antes, mejor.
-La quiero. -habló Jayden.
Todos formaron un Ohh a unísono. Miré confundida a Jayden. ¿De qué mierda hablaba? Miré a Isaac y éste tenía tensa su mandíbula.
-No. Ella no forma parte de ésta mierda. Busca a alguien más. -respondió Isaac.
-Dije que la quiero a ella. -repitió Jayden.
-¿Para qué, pequeño demonio? -oí la voz de Bully.
Mis amigas venían con el. Jayden se tensó al oír la voz de Bully y bajó la cabeza sumiso. Miró a Isaac y sonrió de lado, para luego darle un apretón de mano.
-Volviste viajero. -murmuró e Isaac río.
-Creo que no le has enseñado las reglas al gran demonio de las calles. -dijo Isaac y Bully suspiró.
-Jayden, la chica no forma parte de ningún grupo. No puedes reclamarla. -aclaró Bully y Jayden gruñó-. Ahora vete a casa, no quiero golpearte.
Jayden apretó sus dientes y salió de ahí realmente molesto. Miren a Bully y el sonrió, le estaba agradecida. Miré a Liam y entendió que quería irme. Me llevó del brazo hasta su vehículo.
-Jamás volverás a aquí. -dijo.
-¿Por qué me reclamaba Jayden? -pregunté.
-Son leyes de éstos grupos clandestinos, cosas que a ti no deben interesarte, jamás pertenecerás a uno. -aseguró.
-¿Cómo lo sabes? -pregunté-. Puedo pertenecer a uno si quiero, no me controlas.
-Le diré a papá. -amenazó.
-Le diré que tu me llevaste ahí. -le ataque.
-¡Maldita sea! -gruñó.
Sonreí al saber que entendió que si el abría su boca, también estaría jodido. Suspiré y apoyé mí cabeza en la ventanilla. No me gustaba ese mundo, claro que jamás pertenecería a uno de esos grupos y muchos menos saldría con algún chico de ahí.
Me relajé y sin darme cuenta me dormí. Al otro día desperté en mí cómoda cama. Fruncí el ceño, no recordaba haber subido las escaleras y acostarme. Seguro Liam... No, imposible. El me detestaba.
Sentí algo vibrar en mí trasero y supe que era mí móvil. Tenía millones de mensajes de Kenny, Bec y Ali. No iba a responderles ahora, estaba algo molesta.
-Lia. -oí que llamaban a la puerta.
-Adelante. -respondí.
Liam entró en la habitación. Admito que me sorprendió eso, el jamás entraba a mí habitación ni mucho menos me hablaba claro.
-¿Qué pasa? -pregunté.
-Haz de cuenta que lo de anoche nunca ocurrió, ¿vale? No quiero que vuelvas a ese lugar, por más que no me interese lo que hagas con tu vida entiende que es peligroso. -dicho eso salió de la habitación.
Yo seguía quieta y muda en la cama pero porque Liam había ingresado a la habitación sin remera, con su torso desnudo. Un torso bien marcado, mierda, mí hermanastro estaba bueno.
Continuará...