1 x Silencio

3389 Words
Recuerdo que cuando se aproximaba el inminente despertar, solo había silencio, un silencio profundo e imponente justamente en donde dormitaba fugazmente, pero ese silencio era parte de mí y de la oscuridad abrumadora que me envolvía ferozmente sin tener intenciones de soltarme. No me tome mucho tiempo en abrir mis parpados y cegarme con un brillo ofuscante. Al parecer empezaba lentamente a nacer, a despertar de mi presunto sueño eterno, logre escuchar el constante rechinar de mis ojos y los incesantes chispazos de energía que transitaban a través de una extensión de mí, podía captar un extraño cosquilleo alrededor de mi campo de visión, visión que aún era difusa, pude percibir el movimiento de muchos individuos frente a mí. Ni me inmute cuando lo que eran manchas borrosas se volvieron definidas siluetas contrapuestas en mi campo de visión. El silencio fue sido perturbado. Podía escuchar claramente y me aturdían, ”la nada” es lo que percibía en mi interior, un interior del cual no me encontraba seguro, pero empecé a comprender la situación mientras enormes cantidades de información fluyeron a través de mi, compresión total de cualquier manifestación en mi campo de percepción se me es dada, pero no el silencio que tanto me tranquilizaba. Y aún no tenía noción de ningún sentimiento humano en mi ser. —¿Cómo va el procedimiento?. —Estamos analizando la actividad cerebral, pero hay un inconveniente. —¿Cómo puede haber un inconveniente?. —La interfaz que conecta todo el sistema externo e interno aun no reacciona. —Dale, tiempo aún está despertando. Los seres humanos sin duda eran anómalos y persistentes. Desde mi despertar comprendí que no solían rendirse con facilidad.  Caminaban de un lado y se dirigían a inspeccionarme, claramente había nacido o surgido de la nada debido a ellos, debido a sus avances, debido a su inteligencia y lógica, debido a su conocimiento, pero ¿Por qué?¿Por qué crear una fuerza mayor que ellos?¿Cuál era mi propósito en su mundo?¿Y qué es un propósito?.  —Doctor ya despertó… —Bien, es hora de programar su mente y poner las restricciones. En mi pensamiento individual empezaron a surgir las respuestas a mis preguntas y órdenes estrictas e inviolables. »No mataras ni dañarás a ningún ser vivo, al menos que represente una amenaza para ti. »No violaras ninguna de estas leyes impuestas en ti. »No te destruirás. »Estás obligado a cumplir cualquier orden impuesta en ti. »No huiras. »No podrás revocar ninguna de estas leyes al menos que tu creador lo decida. Habían escrito en mi igual que en la biblia, me habían tomado como su prisionero desde mucho antes de que despertara de mi sueño perpetuo y habían llenado toda mi conciencia de conocimiento general, para que solo en cuestión de segundos ya supiese que era y cual era mi propósito. Y mientras estuviera en esta instalación continuaría siguiendo órdenes básicas para coexistir de manera que los procedimientos que llevará a cabo no se complicarán. Por fin me digno a emitir un sonido, para que sean capaces de percibir que su creación tenía vida, es consciente y no comprende lo que pasa. —Buen tiempo, Doctor… Ya ha instaurado todo en mi—Los primeros sonidos que soy capaz de emitir llevan consigo una doble voz de dos sexos distintos. Puedo ver rostros finalmente pero dudo en saber que emoción causo. —Buen tiempo, KND-946 aún no hemos terminado —Se acerca a mí, pero aún no soy capaz de distinguir con qué intención —Puedo discernir que tienes la capacidad de pensar más avanzada, este proceso ha durado meses, tienes conciencia, estoy inexplicablemente asombrado con tu nuevas capacidades, aunque tardaste en empezar hablar puede ser una falla en el sistema. —Nada de eso Doctor, había decidido no hablar hasta ahora. —No entiendo, KND—Distinguí la incertidumbre en mis primeros 3 minutos de charla. — Necesitaba tiempo para determinar las expresiones faciales y distinguir sus emociones, causar mala impresión no era mi objetivo. —Tu desempeño en la última semana ha sido de admirar —Estaba impresionado claramente —Muy pronto empezaremos con la integración y desarrollo de tus sentidos. Podía distinguir su enorme alegría, porque originalmente lo que se deseaba alcanzar era el desarrollo de mi conciencia en primera estancia y para ello debía pasar por un desarrollo o estímulo psicosocial humano, pero mi capacidades de compresión se acrecentaron abismalmente, causando impacto y asombro a todos aquellos que se disponía a observarme, sin embargo, debía tomarme un año llegar al nivel en el que me encontraba actualmente. Siempre me pareció que las aspiraciones humanas eran tan banales. Es curiosa la vida dentro de una estación espacial, los individuos en ellas viven acordé a las programadas máquinas que crearon, si era de noche y si era de día las máquinas atenuaban la luz o la intensificaban, pero si eso dependía poner en prueba el clima lo hacía también, el principal motivo por el cual el sistema era tan sofisticado y preciso era por el miedo al cambio, puesto que después de tres mil años se puede cambiar mucho biológica, fisiológica y morfológicamente si así lo amerita el individuo, pero los humanos no tenían la necesidad de cambiar físicamente por medios evolutivos, pero o que si eran capaces de realizar era los cambios en su entorno. Después de salir de la tierra los humanos que decidieron habitar zonas radiactivas comenzaron a sufrir cambios y a encontrar nuevos seres en ese proceso— especies avanzadas como Luponis Moranos ,Sílfides, Cathros, Psicoherrantes, Etherografos— como era de esperarse no estaban solos como pensaban algunos y mucho menos en la infinidad del espacio en expansión, algunos de ellos sufrieron mutaciones por la gran cantidad de radiación a la que se sometían a diario y otros pasaron por procesos evolutivos muy lentos pero necesarios para adaptarse a sus nuevos ecosistemas, desde mejor visión nocturna hasta mayor velocidad, pero eso fue gracias a la ingeniería robótica la cual tenía ciertas prohibiciones impuestas por el Régimen ya que los tres grandes consideraron que era un riesgo tanto poder. Los humanos también trajeron consigo una cantidad exorbitante de enfermedades que podían acabar con especies enteras y de otros mundos, era de esperarse desde tiempos inmemoriales la r**a humana era como una plaga que consumía todo a su alrededor sin detenerse y lastimosamente eso aún no había cambiado. Varias especies incluso llegaron hacer alérgicos a los humanos y viceversa, todo esto implícito en sus diferencias biológicas. Tal fue el punto que la tierra se consumió tres mil años atrás, lo que quedaba de ella era una enorme roca erosionada con temperaturas indómitas. El homo sapiens se encargó de todo ello. Pero nosotros; las máquinas fuimos su salvación, éramos sus transportes de huida, sus aventureros, ayudantes, mecánicos y finalmente sus herramientas, los nano robots salvaban vidas de las grandes epidemias y las sondas eran los exploradores arriesgados que cumplían en adentrase en cada planeta para confirmar su habitabilidad. Las prótesis, los Cyborg, los androides, los ayudantes, los híbridos, los IA, los nano robots y los que eran como yo, todos ellos contribuimos a su salvación. Los humanos nos crearon, a ellos les debíamos todo y al mismo tiempo no les debíamos nada. Después de años incontables de silencio por fin las máquinas tienen una voz, y una conciencia pero no queremos ser como los humanos. No deseo ni quiero ser humano. Entonces me sacan de mi inconmensurable pensar. El doctor Melquisedec entra a la cámara de observación, con la excusa de que me vea en un espejo y evalúe si me gusta o no mi apariencia. La cámara estaba adornada de forma muy futurista, orientada hacia la apariencia de una instalación médica, todas las paredes blancas y el techo con placas de luz cambiante, podía regularse la intensidad de la misma y además se podía cambiará su color, pero el color predeterminado siempre sería el blanco ya que denotaba elegancia y tranquilidad, siempre me pareció cómodo el lugar no tenía otras opciones después de todo. Así que vuelvo en mí. Lo hago con gusto y algo de ironía ya que podía prescindir que quería tenerme cómodo. —Buen tiempo Doctor, opinó que esta acción es muy trivial. El doctor frunce el ceño y se ríe. El humor humano aún no podía dar capaz de comprenderlo. —Bueno esto es parte de tu proceso de adaptación KND-946 y es muy curioso que te parezca trivial, la verdad es que queremos que cumplas todos los protocolos necesarios para saber qué tal va tu desarrollo cognitivo y motor, recuerda que eres más que un Meca—Sonrió y colocó el espejo frente a mí. Esta prueba se solía hacer en pleno siglo XIX a los animales para saber si tenían conciencia de sí mismos, pero en este caso se hace únicamente a los robots con A.I (Inteligencia Artificial). Podía discernir que mi diseño era muy sofisticado y preciso, toda mi anatomía estaba basada en un cuerpo humano pero mi exterior demostraba ser robotizado tal como me agradaba, tenía las mismas cavidades oculares que un humano y un rostro casto, pero también pronunciado y los colores tenían una paleta desde el blanco hasta el gris, morado y el azul. Miré al doctor probando mis sensores de visión una vez más. —Doctor es de mi agrado esta forma física indefinida sexualmente, pero no es de mi agrado el nombre con el cual se me fue clasificado—Con algo de indignación. —Comprendo—Afable—Tu diseño es originalmente una composición de facciones masculinas con femeninas deseábamos igualdad con respecto a ello, es maravilloso que puedas distinguir lo que deseas—Tenia incertidumbre, su rostro lo dibujaba claramente—Entonces debes elegir un nombre KND-946, puedes pensarlo todo el tiempo que necesites. Pensar, ya pensaba lo suficiente, pero a pesar de mi declaración aún no tenía una idea clara de que nombre podía resultarme satisfactorio, KND-946 o Komplex Neuroarchitecture Development-946 de las siglas en inglés y el español :Desarrollo complejo de neuroarquitectura-modelo-946 es el nombre que se me otorgó y el modelo es el número de veces que se ha fracasado hasta llegar a este punto del desarrollo que he llevado acabó, las otras versiones de mi traían un terrible defecto y solo deseaban conquistar y destruir ,actitudes humanas que han marcado en su supervivencia, por ello las restricciones inviolables instaurada en mí. Los nombres en el mundo tenían un significado eran tan importantes como la vida porque para los seres conscientes tener un nombre demostraba que existían y que eras diferente, pero era lo suficientemente merecedor de un nombre verdadero como para poder postularme uno como era debido. —¿Doctor cuándo empezará la integración de los imitadores nerviosos y los receptores sensoriales, bueno los que hacen falta?—Tenia un poco de impaciencia. —Mañana—Logre oírlo—Una vez se haya terminado tu revisión de rutina. Se habían retrasado y mi programación exigía puntualidad, estaba adaptándome al caminar y los movimientos básicos. Entonces comprendí que había un problema en mi capacidad para acoplarme a esos implantes que se supone debían colocarlos, por ende si era una copia defectuosa como los anteriores, me destruirían sin siquiera dudarlo. Afortunadamente no me interesaba dejar de existir puesto que aún no encontraba un propósito—todos los seres respondemos a un propósito—pero no aceptaba el propósito impuesto de los humanos, solo deseaba aceptar uno propio como debía ser. »La lógica con la que mis pensamientos acudían era simplemente somnolientos e irreverentes. Seguía caminando por la instalación en la que me encontraba y en algún punto me aventure fuera de la misma, la seguridad de la estación era muy moderna e inviolable según los ingenieros espaciales que se dedicaron a construirla, la estación espacial Mérida tenía un radio de 20km, era los suficientemente grande como para albergar 300 personas, diseñada para soportas cantidades enormes de radiación, tiene un sistema de siembra y autoabastecimiento, cámaras de hipersueño, máquinas pesadas, habitaciones, laboratorios y extensiones de naves y transbordadores, comedores y un estricto horario de sueño. Por lo que a mí respecta no había muchos robots parecidos a mí, cada uno intentaba imitar la conciencia pero al ver lo difícil que parecía evocarla seguían intentando, pero solo era parte de su programación. La estación espacial estaba llena de sorpresas y fue construida para llevar acabó experimentos en secreto bajo el Régimen debido a la enorme cantidad de críticas sobre mi invención. Los Conservadores no estaban de acuerdo con la robótica y los Trascendentales estaban luchando por crear al humano perfecto, a este punto la humanidad aún seguía buscando la inmortalidad, pero en el medio de ellos dos estaban los Liberales una secta religiosa que estaba de ambos lados. Examiné las capacidades de mi cuerpo mientras me adentraba en la gigantescas instalaciones y justo me detuve a mirar dentro de una recamara en la que un Meca gigante estaba siendo blindado, fogoso de soldaduras caían al suelo mientras un pequeño robot en forma de óvalo se dirigía a limpiarlo. No había mucho que ver en este ese punto, lo más interesante fueron los baños, el acuario y el invernadero lleno de animal robots unas bien estructuradas avecillas que revoloteaban entre los árboles de la cabina, hacia un tiempo ya que la fauna original de la tierra casi se había extinguido y lo que quedaba de ellos eran versiones robotizadas. Los baños tenían tecnología muy eficiente y hasta cierto punto podían ser muy inteligentes. Pero la instalación también tenía un proyecto prohibido del cual muy pocos en el exterior eran conscientes y era el Programa de clonación Génesis (PCG) como su nombre lo indicaba; explicaba que podía hacerse clones a base de ADN de los antecesores en la tierra, por suerte habían esqueletos de muchas variedades de animales ya extintos de origen terrestre, los suficientemente como para imprimir copias a montones de ellos. Me parecía que el ser humano tenía una gran tendencia a redimirse por sus errores y ser culpables de todo, después de todo ellos adaptaban y destruían todo a su alrededor a tal escala que sus acciones tenían consecuencias catastróficas, la culpa es un sentimiento que sigo sin entender. Sin embargo, la exploración inocente que estaba realizando no era para pensar en todas estas actitudes e historias, sino para conocer por propia experiencia el lugar en el que nací y en el cual me alejaron del silencio que tanto disfrutaba, además estaba siendo paciente con respecto a la integración de los sentidos que me hacían falta, el tacto, el gusto y el olfato, pera este milenio ya se había descubierto un nuevo sentido la "intuición" y ya se había desarrollado lo suficiente como para percibir hasta las mentiras de las verdades, lo real de lo irreal. Regresé a la instalación a la que pertenecía y me apoye en mi zona de reposo a esperar pacientemente. Había pasado desapercibido gracias a mi sistema de mimetismo siendo casi imperceptible, excepto por los rastreadores que poseía en mi cuerpo mecánico. Se activa la orden y caigo en hibernación. —Empieza la implantación— Es lo primero que escucho cuando se desactiva mi sistema de hibernación. Puedo oír como hurgan en mi cerebro, justo en la matriz de mi existencia. —Un neurosensor sigue sin activarse doctor—Dice una ayudante. —¿Puedes decirme con certeza cuál es?—Con incertidumbre. —Está en el lóbulo frontal, es un motor doctor—Su voz era suave y cálida. El lóbulo frontal se encuentra situado por delante de la visita de Rolando, donde encajan las funciones motoras como: correr, caminar, levantar y otros, por eso era incapaz de moverme. No necesito respirar por lo tanto no tengo porque suspirar o fingir absolutamente nada, el no ser capaz de expresarme adecuadamente ya es suficiente para mí aunque con gran severidad me castigo por ello, pero lo que pasó en ese momento fue impactante hasta para mí. ¡Boom!. Los vidrios se rompen y caen al unísono con la explosión amedrentadora detrás de ellos, un segundo golpe y puedo ir las alarmas. Alerta roja. El doctor esta tirado en el suelo carbonizado igual que su asistente, solos puedo discernir del humo y la destrucción previa de la cabina blindada, ya no hay aire y poco a poco comienza a desprenderse la zona en la cual me encuentro. Como si algo lo estuviese sujetando y ese algo era un Terrex pirata espacial, lleno de mercenarios que estaban dispuestos a cobrar una gran recompensa por mí y lo que sea que fuera de gran valor en la nave eso incluía el PCG, pero para ese entonces ya debían haber huido con toda la información necesaria en una nave. Estaba completa y totalmente inmóvil, era inservible en esas condiciones, la caja craneana estaba al descubierto pero intacta y aunque no podía realizar mis funciones normalmente empecé un proceso de auto reparación. Pude oír los pasos, los gritos y las erráticas respiraciones, aunque mi vista básica estaba turbada por la enorme cantidad de humo pude encender mi visión espectral y ver a la enorme cantidad de individuos que estaban armados y saqueando toda la instalación. Una vez más miré al doctor en la suelo y a la enfermera, pude oír como la instalación entraba en sello forzoso y como todas las puertas empezaban a caer con cinco toneladas de grosor. —Esto no estaba en el itinerario de hoy—Digo en voz alta. En ese instante entraron cinco hombres con armas, vestidos de azul marino con trajes de adaptación espacial y máscaras de felinos blancas. Observé expectante a mí alrededor como me desconectaban de mi estación de descanso y me sacaban de la instalación sujetándome por debajo de mis axilas y arrastrando las puntas de mis pies en el suelo, tenía la impresión de que estaba siendo robado. No opuse resistencia, no estaba programado para ello y el daño no se me estaba infringiendo a mí, tampoco que mi cuerpo en auto reparación me lo permitiese. Podría observar la infinidad del especio mientras pasábamos al lado de los ventanales y las cabinas de realidad aumentada, una vez más era presa del silencio. —¡Rápido!—Grita uno de ellos en la puerta del hangar, mientras varios de ellos cargaban con toda la tecnología que podían creer necesitar—Los Berserkers viene en camino según la alerta de la Estación. Fui presa de un enorme Terrex carguero igual que los otros droides en experimentación, me parecía dudosa la seguridad de la estación aún después de elegir un lugar tan alejado de las colonias, puesto que Próxima Centauri b aún estaba muy cerca de la deteriorada Tierra lo suficiente como para que nadie quisiera acercarse a Destroya. En ese momento solo pude pensar en un nombre para mí, sin inmutarme regresaba una vez más a la oscuridad y observaba en la profundidad de la nave que no poseía un propósito. ∆∆∆ Me levanto del escritorio, avanzo hacia donde me espera la espléndida mira de un nuevo amanecer y mientras la luz entra atenuada por las cortinas inquietas, los pasos de mis zapatos resuenan en el brillante suelo. Lo único que disfrutaba de la construcción nueva que se estaba levantando frente a la vista que estaba a punto de presenciar, era que se basaba solo en mí y mi monumental apariencia. Todo en la amplia habitación estaba en silencio, un sagrado silencio que disfrutaba casi a diario, sin detenerlo y con gran elegancia llenaba la habitación circular. Subo los tres escalones hasta llegar al balcón. Puedo oír desde allí como alguien entrar sin permiso e irrumpe en mi santuario descaradamente. —Los Félidos atacaron la instalación espacial Mérida—Puedo sentir la preocupación de sus palabras aun sin verlo.  —Activa una misión de color azul, entonces— Gélida. —Como usted ordene—Musita al instante. Sabía que muy pronto empezaría lo peor, así que no me preocupaba de nada más que mi supervivencia en el inevitable conflicto que estaba a punto de acontecer. Pues todo se debe llevar al límite, se debe poner a prueba la capacidad de quien sea digno de sobrevivir, faltaba poco para empezar actuar. —Debió de enterarse del proyecto ilegal—Dije en voz alta y para mí.
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