18 x Aspereza

4616 Words
Damager, Liberty. Howl Yakuza. —Me vengo Howl—Susurra trémula. Levanto la mirada completa y totalmente estremecido por tal declaración, entonces en un arrebato de excitación me abalanzo sobre ella para besarla desesperadamente, llevo una de mis manos hasta su entrepierna justo en donde la armoniosa fricción a la cual de someten nuestros cuerpos durante el coito es interrumpida por mi mano que empieza a masajear su clítoris con mucho detenimiento, provocando movimientos circulares en el mismo, no me atrevo a sacar mi m*****o de su cálido conducto justamente por la abstinencia a la cual fui sometido durante un año, no había peor castigo para un hombre que desear a una mujer y no poder tenerla, parecerá egoísta mi calenturienta acción pero sin duda alguna quería ser el único hombre que mereciera su amor. Si soy egoísta, porque la amo demasiado. —Nos vendremos juntos… te haré un bebe esta noche Alanys—Susurro con emoción. Puedo observar como la hermosa piel que pertenece a sus mejillas se ruboriza inevitablemente por mi declaración osada, las paredes del conducto vaginal amenazan con apretar mi m*****o debido a la impresión que logro provocarle, jadeo de solo pensar en que la idea parece no molestarle tanto y continúo embistiéndola para llegar sentir el clímax en el momento exacto, logro llenarla como es debido de mi semen y caigo rendido sobre ella pudiendo percibir los latidos desbocados de su corazón contra el mío, ambas respiraciones son dificultosas y entre jadeos de deseo aún sigo queriendo más de ella. Logro escucharla hablar y su voz me calma en el tono que sea. —¿Un bebe?—Pregunta un tanto nerviosa, me fascinaba completa y totalmente esa mirada de nerviosismo e intimidación que podía provocarle. —Si mi Alanys… un bebe—Susurro mirándola fijamente con ojos llenos de devoción. —Sera difícil…—Nostálgica. —Tenemos que enfrentarlo ya—Le doy un beso en la frente con dulzura. —Si—Sé que para ella era demasiado difícil, pero ya era hora de que ambos superamos la muerte de nuestro anterior bebe.   Dos años, dos largos años desde que nuestro primer intento de tener un hijo fracasara. No fue culpa de Alanys, ni la mía ni de nadie, pero ella no quería vivir con eso, ella no estaba dispuesta a afrontarlo y vivía en constante negación, hasta ahora, que mi vida corría peligro y que no tenía idea de cuánto tiempo seguiría vivo. —Está bien—Le sonrió con dulzura y vuelvo a llenarla de besos y abrazarla un poco más fuerte. Su olor era igual que una droga para mí, una mezcla de hormonas eran liberadas en mi cerebro cada vez que la tocaba y eso me llenaba de satisfacción, el simple hecho de oírla liberaba endorfinas en mi sistema, ella desestabilizaba todo mi interior solo con su presencia. Era un evento cataclismo que siempre quise evitar, pero que nunca entendería cómo frenar, desde el primer día en que vi a Alanys Berellon en mi entrenamiento con Solaris de conseguir a un protegido, me cautivo con su mirada asesina y su carácter obstinado. —Howl—Pronuncia mi nombre con dulzura —¿Me llevaron a las aguas sanadoras para que tu pudieras hacerme un bebe? —Increpo severa. Trague saliva. Porque realmente era cierto, si la llevaron a las aguas sanadoras para que pudiéramos tener un bebe. —Nou…bueno si—Acepto que su hipótesis es cierta y me llevo una mano a la nuca—No voy a negar los hechos, todo está en mi contra—Suspiro derrotado. Ella se ríe a carcajadas. —Entonces una segunda ronda…—Incita con voz sensual. Se acerca a besarme colocándose justo sobre mí. —¡Espera howlsito aún no se despierta!—Expreso alarmado. Pero ella no estaba dispuesta a esperar, empezó a mover sus caderas rítmicamente de arriba a abajo, provocando sobre mi adormilado m*****o un electrochoque de energía. De un momento a otro ya había recuperado mi virilidad y tenía que porque si no esta mujer me iba a chupar el alma. —Howlsito ya despertó embajador—Ronroneado casi igual que un felino. Me llevo una mano a la boca lleno de impresión, Alanys estaba tan excitada como yo y eso me dejo en shock. Trago saliva. Aun con la impresión en mente hasta que el deseo oscuro de poseerla es más grande que la necesidad de pensar en el porqué de la situación, la palabra embajador que pronunciaba con tal fascinación llegaba a excitarme desmesuradamente, justo en ese momento ella quería tener el control de mí, temporalmente se lo sedería, Alanys Berellon merecía el mundo de ser posible, porque desde mi punto de vista ella era la estrella más brillante en el firmamento. Jadeo en cuanto ella se posiciona sobre mi m*****o eréctil y empieza la ardua tarea de introducirlo lentamente en su hinchada hendidura, siento el cosquilleo que corre desde el glande hasta mi m*****o, nuevamente me acerco a ella lleno de sudor e hirviendo en mi propia euforia para empezar a chupar los pezones en sus senos, tan duros e hinchados por mi anterior ataque hambriento hacia ellos. Ella suelta un gemido de placer conforme empieza lentamente rebotar sobre mi m*****o, el líquido vaginal que empieza a correr hacia mi pene logra hacer que le movimiento que realiza Alanys se más placentero. La abrazo contra mi cuerpo y termino por embestirla lentamente, su sudor y el mío se mezcla conforme empiezo a realizar el rítmico movimiento. Entro y salgo, entro y salgo, arriba abajo, con lentitud y delicadeza provocando gemidos placenteros en ella. Sonrió conforme soy capaz de tomar sus caderas y volver a tomar el control de su cuerpo, me dedico a posicionarla rápidamente en cuatro para  maravillarme con su asombrosa espalda curvilínea y poder domar sensual cuerpo desde donde mi campo de visión sobre ella era mucho más amplio. Arquea su espalda hacia adelante y coloca sus brazos estirados justo al frente sujetando con sus manos las sabanas y soltando pequeños gemidos conforme a embestía con más fuerza, apretó sus muslos y empiezo a masajearlos conforme me muevo dentro de ella. Sus muslos rebotan al ritmo de mis embestidas y sus gemidos aumentan cuando la velocidad que manejo se incrementa, me vuelvo hacia adelante y y empiezo a besar su espalda y a sujetar sus pechos para presionarla contra mi cuerpo. Suspiro en cuanto siendo la increíble necesidad de morderla. Ella gruñe en cuanto logro lamer su piel y elegir el lugar perfecto para provocarle una marca superficial con mis dientes. Todo su cuerpo se contrae y su piel se eriza en cuanto mis embestidas se ralentizan. —¡Salvaje! —Grita al sentir el dolor punzante que causa el mordisco en su hombro. Solo puedo sonreír pícaramente mientras continúo embistiéndola con más fuerza. —Sé que te gusta—Susurro a su oído con maldad. Ella se vuelve a mí y empieza a besarme, esa era justo la reacción que deseaba causar, esa hambrienta necesidad de poseerme. La pongo contra la cama y vuelvo su cuerpo para poder verla cara a cara y continuar embistiéndola, podría pasar así toda la noche, podría quedare masi días y si tenía descansos de por medio porque tampoco estaba dispuesto a perecer cogiendo, aunque después de pensarlo un largo rato era la muerte más placentera y menos dolorosa a la que podía ser sometido cualquier ser. Jadeo aún más excitado al ver todo el cuerpo antes palidecido de Alanys ahora enrojecido por mis toques exagerados, me preocupe por un momento a ver sido un tanto rudo con ella, pero ella me rodeo con sus brazos por el cuello y obligo a presionarme contra su cuerpo. —¡Más fuerte Howl!—Susurro famélica en mí oído. Sus ojos brillan en la tenue luz y su perfilado rostro se visualiza suplicante. La beso y recorro su cuello con mi curiosa lengua conforme empiezo a embestirla con más fuerza. Gimo, sintiendo como el cosquilleo extrañamente excitante recorre mi abdomen y como ella suplica por más hasta que ambos nos vemos inmersos nuevamente en un clímax mutuo. Vuelvo a llenar su interior con mi líquido seminal y ella el exterior con el mismo, pude suponer que caía cálido por entre sus piernas una vez saque mi m*****o. —Me vine Howl—Pronuncia avergonzada. —No eres la única—Sonrió. —¡Vamos a coger en el baño! —Grita entusiasmada. Debo de admitir que no era una mala idea, cada vez me daban más ganas de poseerla, de hacerla cada vez más mía de lo que ya era y de amarla. La beso mientras la cargo hacia el baño y esta se ríe. Quería escucharla reír siempre y admirarla cada vez que tuviera el tiempo para ello. ∆∆∆ Damager, liberty. Era Borges. Vuelvo nuevamente hacia la habitación de la pareja y me encuentro con que Roxanne lleva protectores en las orejas por algún extraño motivo. Ladeo la cabeza y empiezo a pensar que Howl realmente estaba cumpliendo su meta. Me acerco por la espalda de Roxanne y doy varios toques con mi dedo en su hombro, el reacciona nervioso y de un salto exaltado. —¡Mi señora es usted…!—Exaltado y apenado—…me había dado un susto el pensar que podía ser alguien más—Baja su cabeza ante mi presencia y se remueve rápidamente los protectores delas orejas. —Tranquilo Roxanne—Afable— ¿Por qué llevas tus protectores? —Pregunto con incertidumbre. Roxanne sonríe nervioso. —Es que… bueno ellos están en su coito y pensé que sería irrespetuoso escucharlos—Avergonzado. Me echo a reír durante un largo rato. Se me era fácil expresar emociones cuando cambiaba de forma, pero con mi forma original se me era muy difícil debido a las características físicas de mi especie. Por eso disfrutaba de tener una apariencia diferente. —Pues yo no escucho nada—Le susurro en tono burlón. —Están descansando entonces—Hace una mueca con su boca. Necesitaba interrumpirlos para entregarles a su robot mejorado, puesto que no podía arriesgarme a que Alexetimia pensara que era un rehén y más cuando en nuestro intento por restáuralo a su diseño de fábrica termino por modificar todo su código y terminar alcanzando un nivel de consciencia igual al de un humano, pero uno despistado, por fortuna. «¡Salvaje!» Grita. Mis ojos se abren como platos y de la impresión Roxanne se vuelve a poner los protectores auditivos. —Descansando ¿no? —Digo entre dientes y apenada. Trago saliva y sujeto a Roxanne para alejarnos un poco del lugar. Respiro profundo porque mi espacie era asexual, eran pocas las razas sexuadas pero si as había, aunque siempre me dio curiosidad el coito de otras especies, mi cultura se basaba en la compasión y el hecho de que todos estábamos plenamente conectados de alguna u otro forma en sí. Lo descubrimos con base cuando fuimos capaces de transformarnos en lo que sea físicamente, sabiendo que podíamos ser lo que quisiéramos pero que en si no podíamos manejar el flujo de las cosas. Hay situaciones que no deben ser controladas por lo tanto deben pasar como se destinó a que pasara, por ende somos parte de un universo lleno de posibilidades y por nuestra gran compresión sobre ello, nos tomamos el tiempo de experimentar nuevas experiencias y eventos referidos a otros mundos y especies. Tardaron dos horas en detenerse y en ese lapso de tiempo uno de los Luponis a mi servicio traía guiado a Alex quien parecía un niño viendo el suelo. Observarlo me alegro el día puesto de que nunca espere ver un ser inorgánico actuar tan tierno e inocente ante su alrededor. En ese momento logre darme cuenta de que Alex no tenía conciencia de la mayoría de las cosas que pasaban a su alrededor. Empecé a detallar su armazón curiosa puesto quien había tenido la oportunidad de acercarse a él había sido mi hermana Enalis, pero yo sabía que podía llegar a reconocerme si me observaba detalladamente una vez me hubiera visto en mi forma original. —Alexetimia—Pronuncio educadamente. —Disculpe—Sigue caminando de largo mientras continúa admirando el suelo. Me cubro la boca para evitar reírme y quedar como una maleducada en el proceso, el parece ignorar todo a su alrededor conforme sigue avanzando hasta estar frente a la puerta de a habitación de la pareja. Roxanne intenta evitar que entre al acercarse corriendo, pero yo lo detuve, sinceramente deseaba saber que podía pasar si entraba se esa forma en la habitación. —Déjalo—Sonrió—Es la interrupción que necesito para que dejen su coito—Me burlo un poco al cruzarme de brazo. El otro Luponis llamado Morgan observa disimuladamente la puerta. —Pero es de muy mal gusto la interrupción del coito mi señora, va contra nuestras costumbres—explica Roxanne agobiado. —Pues parece que ya han terminado—Señalo a Howl y Alanys quienes salen de la habitación para recibir a Alex. Suspiro al darme cuenta de que no se han percatado de nuestra presencia. Invitan a Alex a pasar y vuelven a la habitación. Veo a los Luponis y me dirigí hacia la habitación. Suelto un suspiro y rápidamente Roxanne me presenta. —Buen tiempo embajador Howl Yakuza y esposa, junto con el robot maleducado—Dice chocante y algo perturbado—Les presente a nuestra señora de la paz y la transformación… Era Borges—Pronuncia cordial y educadamente. Dentro de la habitación sentados se encuentran Alanys, Howl y Alex. Inmediatamente ambos humanos se levanta y me ofrecen una reverencia muy cordial pero a Alex le toma un largo rato entender el porqué de su repentino cambio de expresión. —Era bienvenida—Me recibe Howl con mucha emoción. Al parecer ya había eliminado el alcohol de su cuerpo, me parecía sorprendente que en solo dos horas volviera como si nada hubiera pasado. Aun cuando me suplico que lo llevar con Alanys para procrear, me ponía un poco nerviosa estar allí y saber que era participe de sus actos ilícitos, él mismo me había pedido cuando llego que lo ayudara no solo a mantenerlo a salvo temporalmente sino también a poder reconquistar y sanar a la mujer que ha tenido un gran impacto en su vida. Recuerdo que Solaris uno de los hermanos mayores de Howl me pretendía siempre y por ello lo traía cada vez que podía, desde muy pequeño fue usado como una excusa para conseguir cualquier cosa y en ese momento era participe sin saberlo de un acto desesperado de amor. Una de las más grandes cualidades que presenta mi especie en la cultura es la capacidad de ser agradecidos, agradecíamos al sol, a la vida y a todo aquello que existiera porque colaboraba a nuestra existencia de igual manera, sin embargo, el tiempo que Howl pasaba junto a mi le servía de mucho para poder entender todos eso. Aprendió a ser agradecido y por ello quería que Alanys fue feliz, porque no había una forma más esplendida de demostrarlo que dando amor. —Era Borges—Susurra Alanys con sorpresa. Ella frunce el ceño. Me acerco a tomar sus manos y besarlas con mucho cariño. —Espero nuestros cuidados te hayan hecho sentir cómoda en un lugar desconocido Alanys Berellon —Digo con gentileza. Su ceño se relaja. Entonces suelto gentilmente sus manos, luego procedo a realizar la acción que tenía pensada desde un principio. —Sé que es un poco tarde pero quería que mañana en la mañana me acompañaran en una caminata exploratoria del reciento, sería un gusto que conocieran un poco mejor el lugar en el que residirán un tiempo—Expreso afable. Ellos asienten, pero Alex parece seguir inmerso en sus pensamientos. —Alexetimia es un gusto—Digo rápidamente para captar su atención. Él se levanta con torpeza. —Bienvenida Era Borges señora de la paz y la transformación, es un merecido gusto tener en frente tal belleza—Extiende su mano cortes—Por favor discúlpeme por mi acto contraproducente provocado anteriormente—Baja la cabeza y así es como puedo confirmar que el análisis que estaba elaborando, era una meticulosa y bien preparada disculpa sobre su extraño comportamiento provocado anteriormente. Sonrió. —Tranquilo Alexetimia, comprendo que la curiosidad es mucha para ser ignorada—Afirmo con dulzura—Solo venía a ver que Alanys haya recibido el trato que merece en mi hogar y que Alexetimia y Howl se encontraran en completa y total calma—Me retiro lentamente y ellos me reverencia. Aun no me acostumbraba a ser reverenciada, tenía muchos años actuando como un humano y aprendiendo de ellos pero aun así era una tortura innecesaria, era suficiente con un saludo cordial, quería verme como su igual no ser superior a ellos. Una vez fuera de la habitación y sabiendo que el evento lo prosiguió mi hermana transformada en mí, respiro profundo y me vuelvo hacia Roxanne. —Vayan a descansar mañana en la mañana tanto Roxanne como tu Morgan estarán al tanto de nuestros invitados, pero por hoy sus servicios ya no son requeridos mis queridos Luponis—Alego dulcemente. Sus ojos se llenan de ternura y asiente con nostalgia, los Luponis solían ser muy devotos y agradecidos hacia los Etherografos y era justamente porque gracias a nuestra benevolencia es que ellos aún seguían con vida. Respiro profundo y me dirijo flotando hacia mi habitación, ya nadie se encontraba en el recinto y justo en ese momento se apagaban las luces, el suelo cristalizado con un mundo acuático del otro lado empezaba a iluminarse. Una vez en mi extensa y solitaria habitación, llena de obscuridad con un único halo de luz proveniente del exterior formado por las naves que se retiran y por la imponente y grácil luna que flota en el cielo estrellado, los ventanales están abiertos y las cortina revolotean en el aire gracias las brisas marinas que se crean a las afueras del lugar, me siento en un bol flotante frente a mi espejo y empiezo a despojarme de todas y cada una de las joyas que me veo obligada a poner para poder cumplir con la apariencia de Era Borges y no la de Era. Mientras me veo inmersa en mis pensamientos una voz llena la habitación, una voz varonil que sin duda alguna soy capaz de reconocer. —Era… Miro su silueta justo debajo del arco de uno de los ventanales, hombros anchos, cabello largo, brazos fuertes y marcados, alto, robusto y con voz gruesa, exactamente las características con las cueles soy capaz de reconocer a Solaris. —Solaris… ¿qué haces invadiendo mis aposentos? —Pregunto coqueta. Él da un paso hacia adelante y luego se arrodilla ante mí. —Vine a tu evento, el que organizaste con fines políticos para representar la unión entre especies y fortalecerla, vine en lugar de Jeriko, pero cuando te busque en el salón de fiesta solo me encontré con una falsa tu… bueno con Enalis haciéndose pasar por ti—Cuenta con algo de incertidumbre—Los Luponis guardan con mucho cuidado todos sus secretos, lo note porque todos ellos se pusieron a la defensiva en cuanto intente tocar a tu hermana—Sonrió—Agradezco que la luz fuera tenue y muchas de las mesas estuvieran adaptadas para cada especie con domos, porque por un momento me di cuenta de que podía hacer el ridículo—Se rio un poco. Lo interrumpo. —Entonces Enalis te trajo aquí para que no cometieras una locura—Me rio a carcajadas al afirmar lo que él estaba a punto de decir.  —Si—Musita. Estiro mi mano para tocar su rostro y obligarlo a levantar su mirada. —Estas envejeciendo Solaris—Susurro nostálgica. —Y tú te ves tan joven como el día en el que te conocí Era—Me halaga. Era el hermano más mayor de Howl y Jeriko, pero seguía viéndose bien físicamente pero su pelo se había vuelto blanco como el papel, se había dejado una barba en forma de candado y el cabello largo, tan largo que llegaba a caer a sus hombros. —Gracias caballero humano—Amena. Él se levanta y yo lo hago un poco después para dirigirme a mi cama. —Tenía que verte—Expresa entristecido. —Me alegra que vinieras de paso…esta habitación es un poco solitaria—Giro lentamente y con los brazos extendidos para que el entienda con mayor claridad a que me refería—Pero sabes lo que pienso de tus escapadas, tienes responsabilidades y esto no es correcto—Frunzo el ceño un poco indignada por su irrupción en mi habitación. Él se lleva una mano a la frente y luego me ve un poco apenado. —Sé que está mal—Sonrió—Pero aun así siendo tal y como eres me pareces la criatura más hermosa del universo—Confiesa al acercarse lentamente a mí. Me quedo petrificada en el mismo lugar en el que me encontraba, me llevo las manos a la boca debido a la impresión que Solaris es capaz de causarme. —Pero no sabes lo que soy—Me echó para atrás, había mantenido mi secreto durante muchos años como para que él lo descubriera de esa manera—Tu y yo somos seres un tanto diferentes Solaris—Intento hacerlo entrar en razón. —Eres una Etherografo…lo sé—Dice algo avergonzado—Lo he sabido desde hace mucho tiempo, pero no deseaba perturbarte y por eso nunca lo mencione—Apenado y culpable baja la mirada. —¿Lo sabias? —Impresionada. —Tus palabras y tus gestos demostraban que eras muy diferente—Suspira. —Eres muy observador—Sonrió. —El punto es…que quiero ver cómo eres en realidad, sin fingir, sin actuar y sin mentir—Insta. Me siento en la cama y empiezo a despojarme de mis prendas, el de inmediato se da la vuelta y como es de esperarse de un caballero se mantiene firme ante mi presencia. —Ustedes los Yakuza son muy tercos, determinados e implacables, después de que colocan la mira en algo difícilmente se rinden—Explico—Ya puedes voltear Solaris. Él se gira lentamente, hasta quedarse frente a mí y contemplarme con mucho detenimiento. Mi transparente forma, la realidad de mi apariencia podía dejar sin habla a muchos, en ocasiones me daba algo de pena, pero tal vez ya estaba acostumbrada a esconderme de las miradas curiosas, varias especies no sabían cómo nos veíamos realmente y era mejor así. —Eres magnifica—Sorprendido—Sé que ya es demasiado pedir… pero ¿puedo tocarte? —Insta. Yo asiento y el empieza a caminar lentamente hacia mí, sus dedos me hacen cosquillas en la piel suave y resbaladiza que poseo, le toma un momento continuar tocándome puesto parecía que empezaba a hacerle efecto tanto tacto a su cuerpo. —Puedes quedarte a dormir—Lo invito muy cordial. Él se hace para atrás un poco, estando un poco apenado. —No sería apropiado—Musita. —Pues parece que ya has roto con todos esos estándares—Me rio un poco. Él también logra empezar a reírse. —Tiene razón Era—Se lleva una mano a la nuca y empieza a despojarse de sus prendas. Mientras yo me acurruco en la enorme y ovalada cama, se sienta en un borde a quitarse poco a poco las demás prendas, hasta que solo quedan sus pantalones, una vez sin camisa logro visualizar cicatrices en su cuerpo de un gran tamaño, me lleno de incertidumbre y me acerco a él para empezar a tocar sus cicatrices. Su cuerpo se relaja con mi tacto, era la primera vez que nos permitíamos tales acciones, antes solo charlábamos en el balcón y ahora ya lo invitaba a mi habitación, tenía curiosidad por el coito, quería saber si yo podía realizar ese acto reproductivo, tal vez por ello empezaba a ser tan permisiva con Solaris, por curiosidad. Lo abrace y atraje hacia la cama y de un momento a otro me encontré observándolo con ternura y él a mí también. Nos observamos en silencio hasta quedarnos completa y totalmente dormidos. ∆∆∆ Damager, liberty. Alanys Berellon. Estoy nerviosa por la revisión que me han estado realizando desde que llegue a la habitación, un lado mío esta Howl muy dispuesto a cualquier respuesta que le den sobre los resultados de las pruebas. Afuera esta Alex siendo cuidado por Roxanne, mejor dicho vigilado por él. Nos habíamos levantado temprano solo para venir a una prueba especial, me habían sacado la sangre y ya me imaginaba para qué, pero lo que más me impresionaba era el hecho de que Era aún no se reportaba por ningún lado, al parecer se había quedado dormida y por ello Roxanne y Morgan empezaron con las tareas del día sin ella, supuse que estaría ocupada con otras cosas. El lugar estaba lleno de cristales blancos, parecía mas una sala medica que cualquier otra cosa, estaba algo nerviosa y estaba algo fatigada, no solo por Howl sino por el sueño que me costó tomar una vez terminarnos. Una bella mujer se presenta, es muy parecida a Era, posee una larga cabellera grisácea  que es trenzada y posee una caída en cascada, sus ojos son purpuras y su piel es oscura , es simplemente bellísima, me queda muy en claro de que no es Era pero si se parecen desmesuradamente. —Buen tiempo, pareja invitada… soy su actual servidora hoy, mi nombres es Enalis soy la hermana de Era—Se presenta muy respetuosa pero no logra expresar ningún emoción por medio de su rostro. —Buen tiempo, Enalis un largo tiempo sin vernos—Dice Howl muy entusiasmado. Solo asiento, muy nerviosa por la situación que acontece. —Mi hermana llegara un poco tarde debido a que se le presento un asunto que resolver, pero por estos momentos los atenderé yo—Da una reverencia después de explicarnos la situación. —¿Puedes darnos los resultados de la prueba? —Exasperada. Ella se hace para atrás y frunce el ceño, Enalis no se esperaba que yo estuviera tan ansiosa y yo tampoco puesto que luego de haber entrado en las aguas termales muchos heridas en mi sanaron, pero había un trauma que había regresado. —Como usted desee Alanys Berellon—Musita—Después de un rápido análisis de su sangre y un exhausto escaneo en su cuerpo, comprobamos y rectificamos un sinfín de veces que, usted Alanys Berellon, esta embaraza—Expresa con una tierna sonrisa. Howl me mira con mucha devoción, sé que él estaba feliz, pero en mi caso, se revolvían mis entrañas y mi piel se erizaba, pensé que estaba miento y que todo esto era un sueño. Aún no había superado la muerte de nuestro anterior hijo, pero por algún motivo al mirar a Enalis toda esa tristeza, frustración y desesperación, simplemente se esfumo. —¿Estas bien? —Se acerca a abrazarme preocupado—Estoy feliz Alanys. —Estoy muy bien y aún más feliz que tu—Expreso con alivio. —Alanys Berellon según la petición de Howl Yakuza deberá cumplir los meses de gestación en Liberty, Era Borges la toma formalmente bajo su protección y le aseguramos que nadie, absolutamente nadie podrá entrar a lastimarla—Pronuncia con tono severo. Por algún motivo las Borges inspiraban demasiada confianza y benevolencia, pero lo que más me parecía extraño es que realmente iba a confiar en ellas.
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