Narra Carol Llegar tarde a la cena familiar era lo último que necesitaba. Desde que asumí el trabajo con Walter Toledo mis padres habían estado al límite, lo más que había visto desde que perdí el toque de queda en el tercer año de la escuela secundaria.El día había comenzado raro y terminó raro. Encontrar a Walter tratando de curar una quemadura en su mano a las 7 a.m. probablemente fue lo último que hubiera esperado. Siempre parecía tener las cosas juntas en sus trajes perfectamente planchados. Verlo frenético y con dolor me tomó totalmente por sorpresa. Sin mencionar que parecía que lo estaba lastimando más que ayudándolo. Los hombres pueden ser tan orgullosos a veces. Aunque justo antes de que se fuera, había jurado que había algo en sus hipnóticos ojos. Una mirada que nunca había