A medida que llegamos a la frontera, puedo ver el cabello rubio de Alex, y alrededor de una docena de hombres con él. Stevie corre hacia su papá y se lanza en sus brazos.
—¿En qué estabas pensando? —puedo escuchar que le pregunta a su hijo, sosteniéndolo a distancia de sus brazos, inspeccionándolo en busca de heridas.
—Me perdí —escucho a Stevie responder con una mentira. Interesante. Supongo que no va a traicionar a sus hermanos.
A medida que nos acercamos, veo que 3 de los hombres se parecen a versiones mayores de Stevie, y 2 de ellos ni siquiera parecen tener la edad suficiente para haber cambiado.
—Chicos —dice Alex, volteándose hacia los chicos más jóvenes—. Llévense a su hermano a casa. Su madre no estará contenta hasta que pueda verlo ella misma.
Nos detenemos en la línea, espe
