—Tenían razón —le digo y le sonrío, doblando a su altura en las barras de la celda—. Nadie te va a lastimar, pero necesitamos saber qué está pasando. Necesito saber quiénes son tus padres para poder llevarte a casa. —Mi papá se llama Alex. Es el Beta de Benjamin —dice, y comienza a llorar aún más—. Por favor, no se lo digas. Él no sabe que estoy aquí y me meteré en muchos problemas. Le sonrío. Es el hijo de Alex, Alex, que siempre se preocupaba por mí y me mantenía a salvo. —Tengo que decírselo, pero está bien. No será demasiado duro contigo, seguro. —Me va a matar —dice. —Lo dudo —le digo suavemente—. Una vez, cuando era pequeña, me escapé al bosque. Pasaron cosas malas y mi papá estaba furioso, pero tu papá me llevó a casa y no dejó que mi papá me gritara. —Eso no suena como él —di