CAPÍTULO 9 - LA HERENCIA

954 Words
Cada día ganaba mas dinero, aunque podía comprarme lo que quisiera, en las noches me sentía sola, vacía, extrañaba mucho a mi familia, no tenia una amiga con quien hablar, pero me negaba a regresar a casa, o por lo menos a buscarlos. Este era mi ultimo año escolar y se pasó en un abrir y cerrar de ojos, faltaban dos meses para graduarme y unos cuantos días para mi cumpleaños. Deseaba ver al menos a mis padres ese día y compartir mi felicidad con ellos, pero dudaba que asistieran. Un día salí de compras, necesitaba comprar víveres, en el mercado me encontré a mi hermana Luisa, llevaba a su hija, pensé que me ignoraría, pero se acercó a saludarme, se veía mal y pude ver que tenia marcas de golpes en su rostro. "Hermanita, que bueno verte, he intentado buscarte pero papá me advirtió que no lo hiciera y mi esposo me tiene vigilada". Me dijo con algo de angustia, pude percibir que su esposo la estaba maltratando y estaba segura que mis padres lo sabían y no hacían nada para ayudarla. Le di mi número de teléfono para que me llamara cuando pudiera. Dijo que lo escondería bien para que su esposo no se diera cuenta, se le notaba el miedo que le tenía a ese hombre. Mi sobrina es preciosa, se llama Karen, creo que se parece un poco a mí, aunque no estaba muy bien vestida, si lucía limpia, quise comprarle ropa pero no me lo permitió, si se enteraban que había hablado conmigo la pasaría muy mal. Me tomé la tarea de ver donde estaba viviendo y en qué condiciones, fue algo sorprendente, estaban alojados en la casa de los padres de él, allí tenían una pequeña habitación para los tres, una pequeña cocina y un baño, su esposo seguía trabajando en el mercado y era un bebedor, según pude averiguar con los vecinos, se escuchaba muy seguido que llegaba ebrio a golpearla y varias veces la sacó a la calle con mi sobrina en medio de la noche y algún vecino les daba asilo. Decidí ir a hablar con mis padres, tenia la leve esperanza de que ellos la ayudarían, de paso iría a entregarles las invitaciones a mi grado. Llegué a la casa y mi padre no estaba, solo mi madre, se sorprendió mucho al verme, le entregué la invitación y le comenté lo que había descubierto acerca de Luisa y su esposo, pero que sorpresa, ella ya estaba al tanto... Exploté... "¿Cómo es posible que permitan que ese hombre la maltrate? ¿Eso es lo que dicen amarnos? Esto es culpa de ustedes, nunca nos motivaron a estudiar, a ser alguien en la vida, siempre quisieron conseguirnos marido. ¡Si ustedes no la van a ayudar, yo sí lo haré! A buena hora decidí largarme de aquí, adiós madre". No le permití que me contestara nada, salí hacia mi casa a pensar muy bien que haría para ayudar a mi hermana y a mi sobrina. Llegó el día de mi cumpleaños, recibí un par de llamadas de pocas amistades felicitándome, pero nadie de mi familia; regresé a casa y me disponía a trabajar un rato cuando recibí una llamada de un número desconocido, era mi hermana Luisa, me felicitó y me preguntó como estaba, la escuché muy mal y me tomé el atrevimiento de decirle que dejara a su esposo, que se viniera a vivir conmigo que yo la podía ayudar, pero se negó, solo acertó a decirme que esa era la vida que había elegido y que su deber era estar al lado de su esposo. Me sentí impotente, aun así le hice ver que si algún día necesitaba un sitio para quedarse que no dudara en llamarme y con gusto la recibiría a ella y a mi sobrina. Trabajé hasta la madrugada ese día pues era sábado, me acosté casi a las 4 de la mañana y ya a las 10 me había levantado, tomé una ducha y desayuné, me disponía a salir a trotar un rato cuando recibí una llamada de un abogado, debía presentarme en su despacho lo más pronto posible, me extrañó mucho, le pedí información pero me dijo que no podía tratar el tema por teléfono, así que decidí ir de inmediato al lugar. Todo el camino me estuve preguntando qué sucedía, para qué me buscaba un abogado, yo no tenía líos con nadie, bueno, hasta donde yo sabía. Finalmente llegué al despacho, me presenté y me hizo seguir inmediatamente y puso un vídeo... Era el anciano, bueno el señor Mashbourn, en el vídeo donde lo acompañaba un doctor y un notario manifestaba su deseo de dejarme todos sus bienes, no lo podía creer, a mi, según explicaba, yo le había servido de compañía durante su proceso de enfermedad y aunque me encontraba lejos fui su único apoyo en su batalla contra el cáncer... Pregunté por qué hasta ahora se me informaba si ya había pasado un buen tiempo desde su muerte, el abogado me explicó que las instrucciones dadas señalaban que me fuese entregada Como regalo de graduación. Dentro de la lista de bienes se encontraban 2 casas en Italia, 1 apartamento en Suiza y uno en Alemania, acciones en varias empresas y todo el dinero de sus cuentas que sumaban un poco mas de 20 millones de dólares. Esto parecía un sueño, no sabía que iba a hacer con tanto dinero, pero eso sí, no lo gastaría a manos llenas, no era mi estilo, seguiría llevando una vida discreta como hasta ahora. Ahora con mayor razón tenia los medios para ayudar a mi hermana y a mi sobrina, buscaría la manera de convencerla de irse conmigo.
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