CAPÍTULO 11 - MI GRADO

1139 Words
Al fin había llegado tan esperado día; estaba sumamente ansiosa, no sabía que pasaría, yo seria quien daría el discurso de despedida y tenía la pequeña esperanza que mi familia asistiera. Después de la ceremonia se realizaría tremenda fiesta al estilo americano, un baile de graduación, yo por descuido, no tenía pareja para asistir, pero no me importaba, con o sin acompañante, iba a deslumbrar. Compré un hermoso vestido rojo, brillaba como rubí, cuello tipo halter, espalda destapada, bastante ajustado, con una abertura desde la mitad de la pierna. Me hice un medio recogido en el cabello, ligero maquillaje acentuado en los labios de un rojo similar al del vestido. Tenia listo el discurso, lo había ensayado una y otra vez, al ser la estudiante mas destacada obtuve ese honor, a un par de compañeros no les cayó en gracia pero no me importó, realmente me lo merecía. Alquilé un auto para llegar a la ceremonia, como toda una súper estrella; todas las miradas recayeron en mi... Y eso me encantaba. Se hizo un ensayo previo, nos organizamos cada quien en su lugar y se dio inicio al evento. Los familiares previamente habían llegado y estaban en sus respectivos asientos, los cuales se habían asignado con anticipación; inició la música de entrada, los asistentes se pusieron de pie para nuestro desfile, aplaudieron a nuestro paso, tomamos nuestros respectivos puestos y el rector inició. Empezaron hablando los maestros y un representante de los padres. Acto seguido se otorgaron algunas menciones de honor, a mí me correspondió una por excelencia académica, modestia aparte, me la merecía... Uno a uno empezamos a pasar a recibir nuestros diplomas; al escuchar mi nombre, sentí un gran alivio, como si me hubiera quitado un peso de encima, al subir a recibirlo, miré entre el público buscando a mi familia, pero no estaban; esto me llenó de tristeza, esperaba si quiera que mi madre asistiera, pero no fue así. El cierre de la ceremonia venía con mi discurso, estaba a punto de llorar, pero intenté respirar profundo, subí al estrado y empecé a hablar: "Estimados padres de familia docentes, directivos y compañeros, hoy es un día para celebrar, hemos alcanzado una meta más pero este no es el fin, realmente éste es el inicio del mayor reto de nuestras vidas, muchos años han pasado desde aquel primer día en el jardín infantil; ahora estamos más cerca de cumplir esos sueños de niños, donde anhelábamos ser grandes y profesionales. Agradezco a la vida y a mi familia por el apoyo recibido, sé que muchos aquí tuvimos que pasar por momentos difíciles, pero no nos dimos por vencidos y en este momento estamos recibiendo la recompensa de nuestro esfuerzo y dedicación. Espero que nos encontremos nuevamente, que cada uno de nosotros pueda cumplir todos tus proyectos y algún día que nos volvamos a reunir podamos compartir la historia de nuestro éxito. Queridos compañeros, no se desanimen si no cuentan con los recursos para seguir sus sueños de estudiar una carrera, con disciplina y constancia todo es posible, no nos demos por vencidos y demostrémosle al mundo de qué estamos hechos. Que éste no sea un adiós sino un hasta pronto; les reservo un lugar especial en mi corazón, he aprendido mucho compartiendo durante estos años con ustedes y me llevo lo mejor de cada uno, los extrañaré y espero coincidamos en el futuro. Muchas gracias y éxito para todos". Se pusieron de pie y me aplaudieron vigorosamente, pero no pude distinguir entre los asistentes a mi familia... Lanzamos nuestros birretes al cielo, se tomaron muchas fotografías, abrazos y lágrimas abundaron, promesas de volvernos a reunir; cada uno con su familia tomaban las fotos del recuerdo y yo... Pues absolutamente sola... Me senté en las ultimas sillas esperando que pasara el alboroto y dirigirnos al baile, cuando alguien se sentó junto a mi, era Daniel, había venido a acompañarme... "Maravilloso discurso y muy bien fingido, sé que los odias a todos" me dijo en un tono burlón. "Era mi deber... Quise decir al final los odio putos, pero mejor no, tengo una reputación que guardar ja, ja, ja, ja". Le conteste mientras le daba unos cuantos puños en el brazo. Entregamos las togas y demás para marcharnos al baile y como yo no tenía pareja, le pedí a Daniel que me acompañara y aceptó ir conmigo. Pasamos hacia el auditorio principal al baile, estaba muy emocionada, era evidente las malas caras de algunas de mis compañeras, por como lucía y por mi acompañante, pues varias andaban enamoradas de él, tal vez creían que teníamos algún tipo de relación. Fue una de las mejores noches de mi vida, la compañía de Daniel me ayudó a distraerme un poco de lo mal que me sentía, era un hombre realmente divertido, aunque era una lástima que fuera tan mujeriego. Nos marchamos a eso de las 9 de la noche para un bar, pues en la fiesta no había alcohol ya que habían menores de edad; bebimos aunque no en exceso, bailamos y hablamos de todo un poco; finalmente a eso de las 3:00 am salimos del lugar porque ya cerraban, tomamos un taxi hasta mi casa y lo invité a seguir. Allí puse algo de música y serví un par de tragos; me quité los tacones que me tenían cansada y me tiré sobre el sillón... "Eres muy hermosa" me dijo Daniel mientras se me acercaba. "¿Quién crees que soy? Si te quieres acostar conmigo dímelo de frente y ya decido si quiero o no" le contesté mientras me sentaba en sus piernas. "La verdad sí me gustaría, pero no quiero noviazgos ni compromisos" me respondió. "Perfecto" dije mientras empecé a besar su cuello y desabotonar su camisa. No sé si los tragos ayudaron, pero su cercanía me excitaba de sobremanera, me hizo sentir un enorme placer, a pesar de ser un hombre tan fuerte me trató con mucha delicadeza, fue muy apasionado y logró despertar toda la lujuria de mi ser. Cuando desperté Daniel no estaba, supuse que se había ido, me levanté al baño y cuando salí estaba allí con el desayuno hecho. "¿Cómo amanece la mujer mas sexy del mundo?" me dijo mientras me pasaba la bandeja y me daba un beso. "Pensé que te habías ido" le dije. "Si quieres me marcho, pero primero quiero darte algo que te tengo" me entregó una pequeña cadenita con un dije en forma de gota, muy hermosa, aunque se veía que no era de gran valor, me pareció un hermoso detalle de su parte. Fui enfática con él; le aclaré que lo que había sucedido no nos comprometía en ningún tipo de relación ni nada por el estilo, él estuvo de acuerdo; aún así, seguimos viéndonos en varias ocasiones, odio aceptarlo pero me gustaba estar con él.
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