No me obligues.

1148 Words

Narra Alejandro: —Muy bien, señor Lombardi, sus vitales están en excelente estado. Las analíticas que le hemos realizado han arrojado buenos resultados, así que está todo en orden. El doctor Mauricio Petruzzo me quita el esfingomanómetro del brazo izquierdo y me da dos palmaditas en el hombro para despacharme. Me bajo de la camilla con cuidado y tomo asiento en la silla. —Debo decir que eres un chico con suerte para sobrevivir un accidente como ese y estar vivito y coleando. Él es el médico de la familia y las canas que tiene colmando toda su cabeza, lo tiene atendiendo a los Lombardi y todo lo que eso implica. Él ha visto las peores heridas que la guerra ha dejado, sin cuestionarse la naturaleza de las mismas, por eso, mi padre le paga una tremenda cantidad de dinero, para garantizar

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