Isabella Luego de desayunar copiosamente me encuentro sentada cómodamente en la biblioteca esperando por mi jefe, quiere hablar de algo contigo, por su seriedad espero que no sea sobre mi despido, no puedo perder el trabajo que tanto me costó conseguir, por suerte se fue a contestar una llamada dándome tiempo para calmar la ansiedad que me controla en este momento, me intriga en sobremanera lo que tenga que decirme. —Disculpa, era una llamada importante —dice mi jefe sobresaltándome, estaba tan distraída que no me di cuenta cuando entro. —No hay problema —digo tratando de parecer serena—, ¿Qué es eso tan valioso que deseas hablar conmigo? —pregunto. —Tú me gustas y quiero que seas mía —dice sin rodeos y creo que me ha dado un infarto. —Creo que escuche mal —digo con un hilo de voz, m