Capítulo Treinta y Cinco

1484 Words

Ricardo — Eres un imbécil, no tenías que darme tan duro idiota. — digo limpiando la línea de sangre que me corre por la frente. — Tenía que hacerlo creíble. — contesta el imbécil que contrato Laura para secuestrar a la hermosa mujer que yace inconsciente a mi lado. — Solo te lo dejo pasar porque muy pronto tendré mi recompensa. — declaro tomando el cuerpo innerte de Isabella para colocarlo sobre mi regazo. Fue muy fácil secuestrarla, aunque por un momento dude en hacerlo, por primera vez me abrí con alguien, es tan fácil hablar con ella, a pesar de no haber estado tanto tiempo en ese bar. No voy a dejar que Laura y Deborath la maten, no puedo permitirlo primero las mato yo a ella y luego huyo con Isabella, se que puedo lograr que ella me ame, puedo hacerla olvidar al maldito de Alexan

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