CAPÍTULO ONCE Cuando Avery detuvo su auto en el terreno polvoriento y vacío detrás de lo que antes había sido un molino harinero, algo acerca de la escena la sacudió al instante. Letras blancas apenas visibles en la parte delantera del edificio leían HARINA DE LOS HERMANOS STATLER. Se preguntó cuándo fue la última vez que funcionó. “Como hace cincuenta años”, supuso. En realidad no era nada extraño. Nada en este lado de la ciudad había visto mucha actividad en mucho tiempo. Estas eran más las afueras de Boston, quedaban justo al borde de la zona Mattapan, un lugar que a veces se sentía como una extraña frontera olvidada por el tiempo. Cuando se bajó y se dirigió a los policías reunidos en el borde del terreno posterior, en realidad hasta podía oler el abandono del lugar. Estos eran los t