Por otra parte Paulina seguía corriendo huyendo de José Alberto, estaba realmente molesta con él por haberla besado de forma sorpresiva y además sin su consentimiento puesto que ella en ningún momento le había dado motivos para que él se atreviera a besarla. En el fondo lo que sentía era rabia de que sólo había sido un beso producto de un impulso y no algo real, que de verdad estuviera motivado por un sentimiento especial. Además ella sabía que José Alberto era un picaflor y más aún después de haberlo visto en una situación algo embarazosa con la licenciada Maritza, eso la llenaba más de rabia puesto que se imaginaba que para él un beso no significaba absolutamente nada cuando en realidad se lo daba a cualquier mujer. Paulina de tanto correr sin fijarse por donde lo hacía, enredó sus pi