Cada cosa en su lugar Paulina y José Alberto habían tenido una noche romántica a pesar del entorno que les rodeaba, habían hecho el amor hasta el cansancio, ambos estaban realmente conectados el uno con el otro, había nacido entre ellos una pasión desenfrenada que no podían evitar. José Alberto estaba muy extasiado con Paulina, jamás llegó a imaginar que ella iba a hacerlo sentir de esa forma, estaba enamorándose de ella y era algo que no estaba en sus planes, ya que era un hombre demasiado reacio a comprometerse, pero con ella sentía algo que jamás lo había hecho sentir ninguna otra mujer. Se habían entregado sin pensar en las consecuencias que esto podía traerles, solo querían poder estar juntos y saciar ese deseo que ambos sentían. Al día siguiente….. Había amanecido un nuevo día