5. Nunca digas nunca.

3138 Words
Baúl de mensajes de Summer Cooper a Dominic Pauls: Uno de mis recuerdos favoritos de la infancia fue cuando viste el muffin de dulce de leche que preparé, te lo comiste sin saber que era mío y sonreíste. Esa fue la primera vez que te vi sonreír, fue la primera vez que sentí amor por ti. Sinceramente, una nostalgica Summer. 5. Nunca digas nunca. Dominic. Al otro día, al despertarme, no hay rastros de Summer en el apartamento, así que doy por hecho que sigue dormida. Salgo sigilosamente para no despertarla —no sea que me salga con una de las suyas a horas tan tempranas— y me voy a mi día laboral. Equipado con el suficiente café para pasar el día, me muevo entre reuniones, contratos y estrategias nuevas de marketing porque las antiguas no están yendo como se tenía previsto. A la hora del almuerzo, Laney me pregunta si quiero que me ordene algo de comer, pero la descarto con un movimiento de mi mano y le pido que me deje solo. Ignoro a Archie cuando entra como perro por su casa a mi oficina. El imbécil tiene el descaro de subir sus sucios zapatos a mi escritorio, luego procede a desenvolver un sándwich y empieza a comérselo mientras hace soniditos desagradables. Levanto mis ojos hacia él y dejo que el peso de mi mirada le muestre el humor de perros que cargo hoy. — ¿No tienes nada por hacer? — Cuestiono, volviendo a la pantalla frente a mí —. Eres mi jefe de operaciones, pero en vez de estar trabajando, te veo vagando por ahí. No eres inmune a un despido, ¿lo sabes? — Es la hora del almuerzo y yo no vivo del aire como tú. Lo ignoro, concentrado en mi empresa, haciendo lo que me corresponde; trabajar. A diferencia de él, yo llevo sobre mis hombros el legado de mi familia, una marca de ropa multinacional que actualmente está presente en más de 17 países. Y no es sólo mi familia lo que me importa, sino la de miles de mis empleados que cuentan con que esta empresa siga a flote. Archie sigue masticando ruidosamente, lo que es apenas soportable, pero cuando empieza a sorber de una manera grotesca su bebida, yo lo pierdo. Agarro el pequeño logo en cristal de la empresa y se lo lanzo con fuerza. Él lo atrapa en el aire, evitando que golpee su pecho. — Puedes ganarte una demanda por esto, es violencia laboral. — Quita tus mugrosos pies de mi escritorio. — Jesús, hoy estás peor que nunca, Dom. Gruño, pero vuelvo a mi computador, en donde tengo mejores cosas por hacer que entretenerlo a él. — ¿Dormiste al menos unas decentes horas? — Pregunta, luego parece recordar —. Oh, cierto. Anoche fue esa reunión con los inversionistas. Olvidaba lo desagradable que te vuelves cuando no puedes dormir bien. — ¿Hay una razón válida por la que estás aquí, molestando? — En realidad… no — puedo escuchar la sonrisa en su voz —, sólo el simple placer de verte perder la cabeza. Una llamada de Laney interrumpe mi réplica. — Habla — digo al teléfono. — Señor, hay una chica aquí que quiere pasar a verlo. Summer… ¿me recuerdas tu apellido? — La vocecita de Summer diciendo Cooper me llega y yo rechino los dientes con irritación. — Dile que se largue. Cuelgo, sólo para que unos tres segundos después el aparato vuelva a sonar. ¡Jesús! — Dice que no se irá hasta verlo, señor. Acaricio mi sien, sintiendo ya ese dolor de cabeza que amenaza con llegar. Suspiro. — Hazla pasar. — ¿Quién viene? — Pregunta Archie. No digo nada, sólo vuelvo a la pantalla frente a mí. Cuando la puerta se abre y Summer entra, sigo sin levantar la mirada del computador, pero desgraciadamente tengo oídos, así que escucho el alboroto que estos dos arman tan pronto se ven. — ¡Summer! — La voz de Archie está llena de sorpresa —. Vaya, cariño, ¿cuánto sin verte? De haber sabido que vendrías, te habría preparado algo especial. — Archie Robertson, sigues igual de coqueto. — ¿Y guapo? — No tanto como te gustaría. — Auch — casi lo imagino sosteniéndose teatralmente su corazón—. Dime, ¿cuándo volviste? — Ayer… — siento la pesada mirada de Summer sobre mí —. Nic, ¿no le dijiste nada? — ¿Por qué le diría? — Pregunto, sin mirarlos. — Es tu mejor amigo, ¿no hablan de cosas importantes? — Importantes es la palabra clave. — Dios, eres tan insoportable. — Ignóralo — Archie le dice —, suele estar de este estado de ánimo cuando no duerme bien. — ¿Sólo cuando no duerme bien? Archie se ríe y por el rabillo del ojo lo veo pasar su brazo por los hombros de ella, invitándola a sentarse a su lado. Ella lo hace, mirándolo sonriente. Había olvidado lo buenos amigos que pueden ser, parece que el paso del tiempo no cambió mucho eso. Intento concentrarme en terminar de leer las nuevas ideas propuestas por el equipo de marketing, pero cuando sus risitas y charla incesante hacen que sea algo imposible por lograr, echo mi silla hacia atrás y los miro fijamente, alzándoles una ceja para que sepan cuán molestos son. Ahora tengo dos por uno, esto no puede ser mejor. Summer es la primera en notar mi falta de actividad. — Oh, ¡terminaste! — Ella se entusiasma —. No te enojes con Laney por esto, fui bastante insistente para que me diera la información. Supe que hoy no has almorzado, de hecho, parece que casi nunca lo haces, así que estoy feliz de haberte traído esto. Es mi agradecimiento por todo lo que hiciste ayer por mí. Summer saca varios tarros de tupperware, coloridos y femeninos, y los pone cuidadosamente frente a mí. Cuando abre cada uno, el olor de la comida inunda el lugar, haciéndome la boca agua. Es cerdo desmechado con verduras, también hay cuatro pequeños muffins de dulce de leche, esos muffins que ella siempre ha hecho para mí. — No tenías que hacer esto — le soy sincero —, pero gracias. — De nada — deja una bebida de mandarina sobre el escritorio, luego vuelve a buscar en esa gran bolsa de tela que carga, y un ceño fruncido se le forma cuando parece no encontrar lo que buscaba —. Olvidé los cubiertos, ¿dónde puedo conseguir? — Ya que te hiciste tan amiga de Laney, ve a pedirle a ella que te los consiga. Summer hace lo que le pido. Yo aprovecho su ausencia para pellizcar el muffin y llevarme un pedazo a la boca. Sé que ella habría insistido que lo dejara de postre. Archie me mira con una sonrisita que me saca de quicio. — ¿Qué? — Le gruño. — Summer Cooper, ¿eh? — ¿Qué estás insinuando? — Nada — levanta las manos —. Sólo que, por un momento, pintaban el cuadro de un matrimonio perfecto. Ruedo los ojos. — Ya la conoces, ella es así. — Y te conozco, lo que sigue siendo un misterio para mí por qué ella aún continúa perdiendo su tiempo contigo. Me encojo de hombros, sin saber la respuesta, así que digo un evasivo —: Le agrado. — No le agradas a nadie, tú ni siquiera tienes corazón. — Déjame llorar ese hecho sobre los millones que gano a diario. — Engreído de mierda — se pone serio cuando pregunta —: ¿Qué te está ella agradeciendo? — Que vivirá conmigo por un tiempo. — Oh no, esa es una ecuación para el desastre. — Lo sé, vivir con ella será difícil. — De hecho, es todo lo contrario, vivir contigo lo será. Desecho sus palabras, no tiene sentido discutir con él. ¿Por qué Summer no vuelve con los cubiertos? Tengo tanta hambre que estoy a un serio segundo de comerme todo con la mano. — ¿Summer tiene novio? — Él pregunta de repente. — ¿Cómo voy a saberlo? — ¿No le preguntaste? — ¿Por qué le preguntaría? — Oh, no sé, para asegurarte de que luego no aparezca un hombre celoso en tu puerta, intentando golpearte porque compartes cama con su novia. — No compartimos cama. Enserio, ¿por qué ella tarda tanto? — ¿Cuánto tiempo se quedará? — No sé — gruño, impaciente —. Jesús, Archie, ¿a qué vienen tantas preguntas? Él me mira fijamente, hasta que se acerca y me dice con real preocupación —: No lo sé, Dom, pero has huido toda la vida de esta chica. Summer nunca te ha agradado, pero, ahora, de repente la tienes viviendo en tu casa. ¿Seguro no hay intenciones ocultas debajo de esta falsa amabilidad tuya? Tardo en comprender sus palabras y, cuando lo hago, siento la ira subir a mi cabeza. Este hijo de puta, lo golpearía si lo tuviera más cerca. — No me la quiero llevar a la cama, si es lo que crees — le gruño con real enfado —. Además, ¿por quién me tomas? Nunca me aprovecharía de ella, de ninguna mujer, y tú lo sabes más que nadie. La mirada avergonzada en sus ojos me dice que se arrepiente de sus acusaciones, aun así… — Entonces, ¿por qué vive contigo? No le voy a contar sobre los traumas de Summer, no me corresponde hacerlo, así que sólo me encojo de hombros y decido que él puede creer lo que quiera. Al diablo con él. Cuando Archie ve que estoy realmente enfadado, él dice más suavemente —: Oye, lo siento, no quería acusarte de nada. Pero siempre he tenido una debilidad por esa chica, es tan dulce, y tú eres tan hijo de puta con ella. No quiero que le hagas daño. — No soy un monstruo. — No, pero puedes ser bastante imbécil. Él está empeorando mi mal humor. Afortunadamente, Summer vuelve con los cubiertos, y parece no darse cuenta del ambiente tenso entre Archie y yo. Empiezo a comer con entusiasmo, hace mucho tiempo no comía comida casera y esto tiene pinta de que ella misma lo preparó. No recuerdo la última vez que comí tan bien, tal vez anoche con ese sandwiche que ella hizo, pero, antes de eso, pudieron ser meses sin ingerir algo preparado desde casa. Mi madre suele invitarnos seguido a cenar a mi hermana y a mí, pero desde que se fue con papá a un crucero por el mundo, llevo meses sin probar un plato de ella. En todo caso, sentir mi estómago lleno alivia mi estrés, calma mi dolor de cabeza y aligera un poco mi humor. Cuando he dejado todo limpio, tapo todo y me acerco a Summer para quitarle su gran bolsa. Ella me sonríe, y yo le guardo sus tarros tupperware mientras presto atención a lo que ella habla con Archie. — No, la última vez estuve en un pequeño pueblo de Alemania. — ¿Has huido de las grandes ciudades? — No me molestan — Summer le aclara —, pero encuentro más entretenido visitar esos lugares que no son tan populares, impulsar su gastronomía, llamar la atención para que más turistas los visiten. — ¿Impulsar su economía con el turismo? — Sí, algo así — hay timidez en su respuesta —. No es la gran cosa, sólo mi intento de poner un granito de arena como apoyo a este mundo. — Oh, no minimices lo que haces — Archie le dice —. Dom — él me llama —. ¿Sabes que su perfil de tik tok tiene más de quince millones de seguidores? ¿Qué? Miro a Summer, sorprendido por este hecho. — Y ni te digo cuántos tiene en i********: — él vuelve a ella cuando dice —: Llamar la atención sobre esos pueblos que visitas debe ser muy bueno para sus habitantes, para su sustento. Además que impulsas la gastronomía local, no visitas restaurantes con estrellas michelín, sino pequeños negocios que apuesto crecen debido a ti. Tienes influencia, Sum, y bastante. Tomo un pequeño muffin y me siento junto a ellos. Empiezo a masticar despacio el borde mientras miro la expresión avergonzada de Summer. Parece que ella no sabe lidiar muy bien con los cumplidos. Sé tan poco del trabajo de Summer, nunca me he tomado la molestia de buscar algo sobre ella, pero me sorprende que Archie esté al tanto de su vida más que yo. Después de todo, Summer es prácticamente mi familia, no la de él. Si soy sincero, mi desinterés me hace sentir un poco culpable. Sobretodo porque sé que ella sí ha estado pendiente de mí y mi bienestar. Me pregunto si tal vez en mi ignorancia he juzgado mal las decisiones que ella ha tomado en el camino. Sin embargo, tomar una cámara e ir vagabundeando por la vida me sigue pareciendo una pérdida de tiempo. Más aún cuando su padre tiene una empresa que ella pudo heredar, engrandecer y volver a llevar a lo alto. Lo último que supe es que Aaron, el padre de Summer, va a vender la empresa a un conglomerado ruso, lo que me parece un desperdicio, si soy sincero. Pero el hombre quiere dedicarse solamente a su mujer, una de esas cosas descabelladas y sin sentido que hace el amor. — Quiero estudiar repostería y este parece ser un buen momento — dice Summer —, así que empiezo mis clases mañana, un descanso de las redes también será bueno para mí. Guardo esas palabras para más tarde, decidido a saber por qué parece que está mintiendo sobre las razones por las que se está tomando un descanso. No soy estúpido, sé que tiene que ver con eso que le pasó, eso de lo que no quiere hablar. Lo que me hace preguntar qué tan grave fue ese suceso para que ella haya decidido renunciar a su capricho con los viajes. — ¿Y ustedes, chicos? ¿Qué han hecho en estos cinco años? — Lo mismo de siempre — Archie me mira, sonriendo —, este imbécil dedicado al trabajo y yo picando la siguiente flor que pueda encontrar. — Desagradable — digo. — ¿Ni siquiera han tenido una sola relación seria? Archie no es tan mujeriego como quiere hacer creer, es bastante decente, la verdad, pero le huye a las relaciones. Sólo tiene amigas con beneficios que no le duran más de dos meses. Yo, por otro lado... Suspiro cuando ambos me miran, esperando a que les hable sobre mi nula vida amorosa. — Estoy comprometido con esta empresa, es suficiente trabajo para mí, gracias. — ¿Ni una novia seria, Nic? — Ella luce sorprendida. — No soy un monje, si es lo que crees — le aclaro. — ¿Cuándo fue la última vez que tuviste sexo, Dom? — Archie me pregunta, luciendo tan divertido, el imbécil —. Porque, según mis cuentas, la última fue esa rubia hace… ¿seis meses atrás? Summer se ríe, mirándonos risueña. — ¿Es normal que ustedes estén tan enterados de las hazañas sexuales del otro? — ¿Ves a este hombre? — Archie le pregunta —. ¿En qué mundo crees que Dominic conseguiría una mujer por sí mismo? Siempre soy el que hace todo el trabajo, si no fuera por mí, él nunca cogería. Lo miro mal por hablar tan vulgar frente a ella, pero Summer vuelve a reírse, tan malditamente divertida. — Me alegra que mi vida s****l te dé risa, Summer — digo secamente. Desafortunadamente, él no miente. No tengo la paciencia para encantar a una mujer, tampoco el tiempo o el interés. Así que casi siempre son las amigas de los ligues de Archie a quienes yo me llevo a la cama, mujeres que saben de antemano lo que quiero y que no buscan nada más que una noche para desahogar el estrés. ¿Poco romántico? Supongo, pero tener una relación nunca ha estado en mi panorama. — ¿Y tú, Summer? Ruedo los ojos porque sólo Archie preguntaría tan libremente sobre la vida s****l de una chica. — Lárgate, imbécil — le digo —, suficiente de tu presencia por el día de hoy. Él se levanta, alzando sus manos en son de paz. — Está bien, no te pierdas de nuevo, Sum. Summer se pone de pie y le da un fuerte abrazo. Mientras Archie la aprieta con sus brazos, el hijo de puta me saca el dedo medio a sus espaldas, mirándome como si todavia fuéramos estudiantes de Cambridge y me hubiera ganado un partido de básquet. Resoplo, divertido, luego me pongo serio cuando veo la sonrisa tierna con la que Summer me mira tan pronto Archie se va. — ¿Qué? — Había olvidado esa caballerosidad un poco antigua que posees. ¿Sabes que ya es normal que las mujeres hablen abiertamente de su vida s****l? Ya no es tabú, señor de los mil ochocientos. — Lo sé — le digo —, sólo no quería hacerte sentir incomoda. — No me incomoda, te incomoda a ti. — Está bien, puedo tener actitudes de un vejestorio, demándame. El sonido musical de su risa retumba en mi oficina y yo niego, tomando mi bebida para evitar decir algo más. — ¿Te llamo un uber? — Le pregunto cuando ella se pone de pie. — No, quiero caminar un poco. — ¿Con este clima? — Señalo hacia el día oscuro y frío que hay afuera. — Es maravilloso. Sí, claro. Está loca. Me estiro por otro muffin y le quito despacio el papelito antes de llevármelo de a poco a la boca. Esta maldita cosa es tan deliciosa, incluso a la tierna edad de ocho años, ella era la mejor preparándolos. — Siempre me ha gustado la paciencia con la que te comes mis muffins, te tomas tu preciado tiempo, Nic. — Están buenos. — También son mis favoritos. Nos sonreímos sin apartar la mirada del otro y veo cómo poco a poco ella se sonroja, un intenso color rojo mancha sus pómulos, haciéndola ver más joven que sus veintitrés. Esta chica, enserio, lleva sus emociones a flor de piel. — Me voy, Nic — suspira dramáticamente y cuando hace el intento de acercarse por un abrazo, pongo la punta de mis dedos en su frente y la empujo con cortesía hacia atrás. — Vete ya. — Algún día me rogarás por estos abrazos, ya verás. — Nunca. Ella sale por la puerta, pero un segundo después asoma su cabeza por la madera y canta —: Nunca digas nunca, Nic.
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