"-Caerás nena."

1168 Words
Capítulo 3: Christofer Todo pintaba mal esta mañana. Después de la primera clase que compartimos, terminé aprendiendo su nombre y apellido, Beatriz McGuz. Tenía un nombre hermoso como ella. Intenté acercarme por el resto de la mañana ese día, pero la pelirroja era escurridiza y no logre lo que quería. Pasó una semana y apenas logré cruzarme con ella, la encontré fumando en la terraza una vez, intenté siquiera decirle algo pero huyó de mi y me estaba poniendo de mal humor el no lograr ni un maldito acercamiento con ella. -Carajo. -murmuré. -¿Te ignora? -se burló Brandon. -Cállate o te callaré y no de una bonita manera. -gruñí. Jackson río y Brandon no tardó en unirse a el. Me estaban cabreando. Llevaba una puta semana sin follar y encima andaba detrás de ella ¿para qué? Para que me ignore, valla que tenía suerte. Amaba los retos pero Beatriz comenzaba a volverse en un imposible pero aún así no me rendiría. -Mierda cállense. -hablé molesto. Ambos asintieron y comenzamos a hablar de la banda, ese era otro problema. Estaba en una maldita nube invisible y no había compuesto nada en toda la semana. Maldita pelirroja. Caerá o caerá, no tiene opción o mejor dicho, no le daré opción. -Mira quien viene acompañada. -murmuró Jackson. Confundido, mire hacía donde el miraba. Y joder, me enojé y demasiado. No eran celos, era envidia claramente. Un maldito idiota y justamente el hijo de puta de Roy la acompañaba a ella, mí pelirroja con Roy, mierda. -¿Pero qué carajo hacen? -pronuncié entre dientes. Jackson se encogió de hombros. Ella hablaba animadamente con aquel patán. Claro a mi me ignoraba y a él le daba sonrisitas. Alto, alto... Eso no es envidia, ¿qué diablos me sucedía? Parecía celoso y eso que apenas conocía su nombre, no era broma que el estar sin follar me afectaba. Roy, maldito Morther. Yo era considerado el chico malo de la maldita escuela y el me hacía la competencia. ¿Cómo lo sabía? Sencillo, el idiota comenzó a tatuarse entero después de que mi supuesta "popularidad" aumentó y la pinta de chico malo me sentaba bien, quizás demasiado bien. -No es lesbiana, al menos ahora estamos seguros de eso. -habló Brandon. Lo miré mal. No me estaban ayudando en nada y eso que eran mis amigos. Bufé, la chica McGuz me estaba quitando el sueño pero no seguiría así. La observé un poco más y noté que se dirigía al baño. Esta era mi oportunidad. Caminé a cierta distancia de ella para que no me notará. Apenas ingresó al baño entre detrás de ella, parecía que el de arriba estaba de mi lado ya que solo estábamos ella y yo. -¿Qué carajos? -pegó un grito cuando cerré la puerta, volteó y bufó.- Eres tú, ¿qué quieres? - Hablar preciosa. -respondí sonriendo. -¿De qué? -gruño por lo bajo.- Mira chico, no pasará. Simplemente supéralo. -me miró molesta.- No me tendrás en tu contaminada cama para luego presumirle al mundo que te metiste entre mis piernas. -¿Estás segura Beatriz? -pregunté con un tono arrogante. -¡Totalmente! -exclamó.- Déjame en paz. Ya te tornas molesto. Una semana entera has estado detrás mío como acosador. Con un carajo hombre, te sobran mujeres. -No lo negaré. -reí.- Pero cuando quiero algo no paro hasta tenerlo. -No caeré en tus malditos juegos. -sonrió con cinismo.- No me necesitas en tu cama para alimentar tu ego, así que te pediré algo, déjame en paz. Pasó por al lado mío y me dirigió una dura mirada. Joder, esta mujer me podía. La tomé del brazo sin lastimarla y la acerqué a mí. Su espalda chocó contra mí pecho y sonreí. -Caerás nena. -susurre sobre su oído causando que ella se tensara. La solté y salió del baño sin responderme. Ignorándome nuevamente. No reproche, estaba haciendo que su ego de pelirroja sabrosa subiera. Ella sólo era una cara y cuerpo bonito para mi. Simplemente deseaba saciarme de ella, luego nadie se le acercaría y sería el único afortunado de haberla poseído. Caminó y no pude evitar fijar mí vista en el contoneo natural de sus caderas. Mierda, estaba duro. Comenzaba a doler, necesitaba a Freya o quizá a Maddy, cualquiera pero necesitarme satisfacerme y con urgencia. ... Triz Maldito idiota. ¿Quién se creía el? Ya me habían advertido de Christofer y el otro imbécil de Mattew. Ambos eran unos patanes que buscaban una chica para cada noche y yo no sería ni de uno ni de otro. Ian era y es como ellos. Prometió cambiar por mi, estar siempre ahí para mí y término acostándose con Sofía, mi prima. Y eso que le dí mi virginidad. ¡Joder! Ese era mi pasado y prometí no recordarlo más. Mire para atrás y noté que extrañamente Christofer no venia detrás. Gracias a los santos, aunque sabía que no había desistido. Iba a ser un gran dolor de cabeza lidiar con el, lo presiento. -Ey Triz. -me habló Roy. -¿Qué? -respondí brusca. -Este sábado hay una fiesta. -respondió. -No me vendría mal. -murmuré.- ¿Nos pasarás a buscar? -Espera yo no... -habló Luci pero la interrumpí. -Iremos Lucía, se buena, anda... -pedí. -Yaa... que va... -respondió y sonreí satisfecha. Hoy era viernes, mañana a las once de la noche Roy pasaría por mi casa para buscarnos, Luci se quedaría en casa. Había recibido dos llamados de atención y Frederic debería venir a firmar como mi tutor. Seguro me cargarían, mi padre era apuesto y no aparentaba sus 45 años. Llegué a casa algo agobiada odiaba tomar el bus. Al llegar encontré a mi padre en el living algo pensativo. -Llegué. -le dije y me miró angustiado.- ¿Sucede algo? -Beatriz yo... -su voz se quebró. -¡Habla! -exclamé nerviosa. -Ten por una vez compasión y no hagas que te expulsen de este colegio... -pidió.- He gastado todo lo que nos quedaba en está casa y en matricularte en el colegio. -me miró.- Nos quedan ahorros pero serán destinados para tu regalo de cumpleaños. -¿Cómo? -hable atónita.- No es posible Frederic. -Lo es. En el último tiempo, has roto tu móvil tres veces y los compense comprándote otro y otro. -explicó.- Y los boletos de avión hasta aquí costaron caro, más la casa y tu colegio. -Yo... -me quede sin palabras.- Intentaré que no me expulsen. El asintió y yo subí prácticamente corriendo a mi habitación. Esto era mí culpa, por más que Frederic no hubiera estado presente en gran parte de mi vida, no tenía por que abusar así de el. Quizá tuvo sus motivos y yo jamás le quise oír. Carajo, me sentía una basura, una completa basura. Sinceramente este era el peor viernes de la historia. Tome mi móvil y contemple la foto que tenía de fondo de pantalla, salíamos mi madre y yo en la playa. -Como te extraño mamá... -murmuré conteniendo las lágrimas. Continuará...
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