"Me hizo el día."
Capítulo 1:
Christofer
Sentí la bocina de Jackson y tomé rápidamente mi mochila para salir de casa, no sin antes despedirme de mi madre. Me hubiese gustado hacer lo mismo con mi padre pero el vivía por y para su trabajo, de igual manera no me quejo, teníamos ciertos lujos por eso.
-¿Qué hay bro? -saludo el rubio apenas me monte en el auto.
-Nada nuevo. -respondí.- Carajo Jackson, esta belleza tiene olor a mierda.
-Si por mierda te refieres a María, sí estas en lo cierto. -admitió.- No lo he lavado.
-Joder hermano, se te hará un visio.
María, había abandonado eso hace tiempo. Mamá lloró mucho cuando tuve una pequeño accidente al consumir aceite de marihuana sin control alguno, jamás había volado tanto en mí vida como esa vez y desde entonces lo dejé. Me costó mucho salir.
Después de quince minutos llegamos a la pocilga de escuela a la que asistíamos. No era un establecimiento público, era privado pero sin embargo no dejaba de ser una mierda. Ya cursaba último año pero para mí desgracia lo cursaba por segunda vez.
-¿Qué tienes? -le pregunté a Jackson.
-Filosofía, ¿tu?
-Química. -gruñi.
-Suerte. -se burló.
Tire la colilla del cigarrillo que venía fumando y me dirigí por los pasillos a mi salón. Como siempre no faltaron las miradas de las zorras que con solo verme se mojaban. Hoy no estaba de humor así que las ignore, ya luego buscaría a alguna.
Me dirigía a mí casillero y vaya sorpresa me llevé al ver a la mujer de mis fantasías más retorcidas. Una hermosa pelirroja, con excelentes medidas, hablo de su busto, pequeña cintura, kilométricas piernas y un buen culo. Tenía tatuajes y joder se veía de maravilla. Madre mía, estaba duro de tan solo verla.
-Hola muñeca...-murmuré un poco ronco, estaba excitado.
Ella volteo y fijo sus ojos maravillosos verdes en mi, con un carajo era preciosa y sexy. Me miró de arriba a abajo detenidamente y suspiró. Seguro había causado una gran impresión en ella.
-¿Te gusta lo que ves? -pregunté con intenciones de sonrojarla.
Notablemente fallé, torció la boca y frunció el ceño. De acuerdo, eso no era lo que esperaba, la miré atento esperando su respuesta.
-Con que ego andan los chicos por aquí. -habló con burla.- Me has visto y te has calentado ¿eh?
Me quedé de piedra. Esa definitivamente no era la reacción que yo esperaba. Seguro era de esas chicas difíciles pero mala suerte para ella, me encantan los retos.
-¿Para qué mentir? -admití.- De tan solo imaginarte debajo de mi, causas mucho.
-Que gran manera de hacer sociales. -rió.- Serás idiota ¿no? -la miré sin entender.- Búscate una puta bad boy, esta muñeca no caerá en tu juego.
Dicho eso se fue y me dejó parado como idiota en el pasillo. ¿Qué mierda acababa de pasar? Me rechazó y mierda me encantó. Sonreí de lado, esa pelirroja estaba jugando con fuego y adoraría quemarla muy lentamente. Sinceramente me había hecho el día.
Entre a química y estuve más distraído que nunca, repasaba la escena que había tenido con la pelirroja a cada rato por mi cabeza y sonreía como idiota. Me gustaba, no había dudas. Milagrosamente el timbre sonó y me dirigí al buffet, donde me encontré con Brandon y Jackson.
-¿Te llegó el chisme? -me habló Brandon y yo negué.
-Ha llegado una nueva. -habló esta vez Jackson.- Es una pelirroja de infarto.
-Pues lamento decirles que... ya la aparte. -pronuncie entre risas.- Suerte para la próxima.
-Cojonudo. -murmuró Brandon.
Seguimos conversando, hoy teníamos ensayo con la banda y pensaba mostrarles el nuevo solo que compuse. Estaba entretenido con la charla hasta que todos se voltearon sin disimulo alguno hacía la entrada del buffet.
La pelirroja acababa de entrar y quise golpear a cada idiota que la miraba embobado. Parece que la chica se molesto al ser el centro de atención y lo hizo notar, tenía carácter.
-¿Acaso nunca han visto una pelirroja idiotas? -exclamó bastante alto para que todos la oigan.
Rápidamente cada uno volvió a lo suyo y ella continuó su camino hacía la barra del buffet. Aunque ella no quisiera, destacaba increíblemente entre todo el jodido salón.
-Que buen carácter. -comento Brandon.
-Aparta. -gruñi.- Ya les avisé que es mía.
Ambos asintieron, debía admitirlo me había encaprichado pero me valía mierda. Ella caería y la dejaría tan embobada por mi que luego no iba a querer que nadie más la tocará, estaba seguro.
Pelirroja vas a caer, es una promesa. Me volví a concentrar en la plática con mis amigos hasta que algo me llamó la atención. Mi pelirroja de infarto estaba sentada con dos personas, Lucía, tenía algunas clases con esa rubia era una de las anti sociales y como no, Mattew se le había acercado.
Odiaba al puto capitán del equipo de fútbol.... Abrí mis ojos sorprendido ante lo que acababa de ocurrir, la pelirroja había echado su batido sobre el pijo de Mattew, este estaba estático ante el acto, seguro no se lo esperaba.
-Púdrete imbécil. -le insultó la pelirroja y se fue junto con Lucía.
El buffet estalló en sonoras carcajadas. Repito, esa pelirroja me ha hecho el día. El popular capitán salió echando humos del salón, le habían dejado en ridículo frente a toda la maldita escuela.
-¿Será lesbiana? -preguntó Jack.
-Jackson, estás mal. -murmuré.- Esa tremenda mujer no podría ser lesbiana, nunca.
-Si te rechaza a ti luego de haber rechazado a Mattew será algo a considerar. -habló Brandon.
¿Lesbiana? No creo, sería un desperdicio de mujer y aunque ellos no lo supieran, ya me había rechazado. De igual manera ese no era motivo para considerarla lesbiana, ¿no? Ella era el maldito pecado en persona y si era lesbiana le haría reconsiderar su orientación s****l luego de saciarme de su delicioso cuerpo. Joder, estaba duro de nuevo y esta vez dolía.
-Ya vuelvo. -avisé y emprendí rumbo al baño.
¿Cómo era posible que tan solo con imaginarla dos veces me haya puesto a punto? Maldije por lo bajo, debía desquitarme y no lo haría masturbándome.
Busqué con la mirada a la rubia que siempre estaba disponible para mi, se llamaba Freya. La vi en el pasillo y la encaré rápidamente. Tome sus labios en un violento beso y la encamine al baño de caballeros, una vez dentro le eche seguro a la puerta para echarle un buen polvo y calmar mi sed de sexo.
Como zorra que era la rubia aceptó todo y no se negó a nada. Freya tenía un muy buen cuerpo pero la pelirroja le ganaba por unos cuantos puntos. Una vez me sentí saciado, me quité el preservativo y lo tiré al basurero. Agradecía llevar siempre uno que otro en mi billetera. Deje que Freya se fuera. Una vez que me calmé totalmente salí dispuesto a ir a mi siguiente clase donde por casualidad me topé con la pelirroja. Ahora sabría su nombre.
Continuará...