«Lady Selene. Abra de inmediato» El cuerpo de Selene se tensó como la cuerda de un violín al escuchar la demanda en la voz de Frederick, sus ojos se agrandaron por la sorpresa y el miedo que le atravesó el cuerpo, consciente de que si el rey encontraba a Henry en su habitación podía ser acusada de infidelidad. Podría ser repudiada como prometida y no es que eso no estuviera bien, ¡sería genial! Sin embargo, estaba arriesgándose a ser condenada a pagar por el delito de… —Lady Selene —llamó Frederick de nuevo, esta vez acompañado de varios toques sobre la madera de la puerta. Selene salió de su estupor y miró a Henry, la ventana y el cuarto de baño. —Ninguna de las dos es una opción, Selene. No voy a esconderme —dijo en tono bajito. —No tienes elección, si me amas como dices. Haz este s