Marcus sonrió. —Le aseguro que será un honor para mí, desenvainar mi espada y ponerla a sus pies —dijo como halago. El rostro de Frederick se transformó ante tales palabras, apretó sus puños controlando la rabia que corrió por su cuerpo, en especial cuando vio la sonrisa que Selene le regaló al recién llegado. —Creo que está usted olvidando que Lady Selene es mi prometida, mi futura esposa y su futura reina —declaró. Marcus negó con vehemencia e inclinó un poco su cabeza ante el rey. —Por supuesto que no puedo olvidarlo, Su Majestad, es la razón por la cual me honra ponerme a sus pies —insistió con caballerosidad, pero la respuesta no logró calmar a Frederick. El Marqués de Borja, carraspeó al notar la incomodidad en el rostro del rey y la tensión que flotaba en el ambiente. —Por f