28. POR MI FAMILIA, LO QUE SEA

3205 Words
Max Luego de un día tan agitado, nos fuimos a relajar y tomar algo a una librería-café donde adquirimos algunos libros, pedimos algo de comer y Rag fue al baño con David para cambiarse la ropa que estaba embarrada con el postre de la tarde. -Todavía no puedo creer lo que ha pasado en este viaje con mi hijo, pero lo de hoy me ha sacado de base por completo. -Eso es porque la ama y desea verla feliz al igual que ustedes, David es un pequeño muy inteligente, sé que muchos padres dicen eso de sus hijos, pero creo que él es superdotado -dice Iván en lo que toma un poco de vino. -Pienso lo mismo. Alex ¿no crees que sería bueno hacerle algunas pruebas para confirmar eso? O bueno, saber en qué nivel está, porque es bastante claro que es un genio. -Lo haré en cuanto regresemos a casa, siempre supe que era un niño inteligente, pero todo lo que ha hecho desde que ustedes llegaron a Sicilia hasta hoy solo me comprueba lo que dicen, aunque es extraño que nunca quisiera demostrar ese lado ¿Lo ha hecho alguna vez contigo Iván? -Ha dado señales, pero nada tan complejo como en este viaje, ya sabe que él es reservado y no suele relacionarse con otros niños de su edad. -Iván, ¿no sabes de dónde aprendió el alemán? porque me parece curioso que lo hable tan bien sin haberlo escuchado antes. Él se pone inquieto y vacila un poco pensando la respuesta, así como Alex, yo también llevo haciéndome esa pregunta desde que lo escuché hablar. Él suelta un poco de aire y nos mira con algo de duda. -Señor, sabe que no me gusta meterme en la vida de nadie, solo estoy pendiente de lo que ocurra con David y todo lo demás es ajeno para mí. -Dímelo con confianza Iván, sé que lo sabes. Alex es suave con sus palabras a pesar de esa respuesta, pues indica que hay motivos un poco malos detrás de todo esto. -El pequeño aprendió sus primeras palabras en alemán porque la señora Katherina llevó a un hombre a la casa en varias ocasiones, obviamente usted se encontraba por fuera en esos días y él llegó a tener un poco de contacto con David. La cara de Alex lo dijo todo, estaba que mataba y comía del muerto en ese momento, o más bien, de Katherina. -¿A qué te refieres con un poco de contacto? –dice intentando mantener la compostura. -La señora intentaba quedar bien frente a ese hombre y a veces dejaba a David en la sala con ellos, yo siempre procuré estar lo más cerca posible. Aquel hombre sostenía un romance con ella y le hablaba a David en alemán, puesto que es originario de allá. -Dime que no se atrevió a tocarlo. -Lo máximo que hizo fue acariciar su cabeza, aunque David siempre quitaba su mano, no le agradaba que lo tocara y se alejaba de ellos para buscarme, pero… Iván se detiene y sé que lo próximo no es nada bueno, por otro lado, creo que Alex está a punto de matar a alguien en cualquier momento, tenía sus manos empuñadas tan fuerte que estaban blanquecinas. -Pero… -dijo entre dientes. -Una noche el pequeño estaba durmiendo, cuando era casi de madrugada y fui a hacer una ronda igual que siempre para ver cómo estaba, no lo encontré en su recámara, salí a buscarlo hasta que lo vi afuera de la habitación principal, me acerqué y escuché que ellos estaban teniendo sexo. Debí sostener rápidamente el brazo de Alex antes de que hiciera un escándalo en ese lugar, le pedí que se controlara o las cosas serían peor, él quería salir, pero era más importante saber el resto del relato, así que le hice un ademán a Iván para que continuara. -En cuanto escuché los sonidos lo llevé de nuevo a su recámara, pero me percaté de que la puerta estaba un poco abierta y él vio lo que ocurría, aunque no sé cuánto tiempo estuvo allí. Hasta ese momento puedo decirle que, aunque él aprendió varias cosas, nunca escuchó algo indebido de ese hombre, pero lo que vio y escuchó esa noche lo marcó bastante. -Voy a matar a Katherina. Fueron las últimas palabras de Alex antes de salir como un toro, le dije a Iván que se quedara con Rag en lo que yo me aseguraba de que Alex no cometiera una locura, aunque de ser él, creo que tendría esa misma furia tras enterarme de algo así. (…) Ragnar Hoy ha sido un día memorable, no podría estar más feliz de tener a estos hombres en mi vida, incluso David supo alegrar mi ánimo con su astucia. Sabía que era un niño muy inteligente, pero lo de hoy fue un acto de amor muy grande. Luego de pedir la comida me fui al baño para cambiar la ropa de David y la mía, solía cargar siempre algo extra en el auto por si ocurría cualquier incidente, lo acomodo en el lavamanos y saco una toalla para humedecerla y limpiar su rostro. -Gracias por lo que hiciste hoy David, fue muy lindo de tu parte. -Ich liebe dich sehr. -Yo también te quiero mucho mi pequeño cielo –ambos sonreímos y él se inclina para darme un abrazo que recibo gustosa. Desde la primera vez que lo vi conectamos como nunca lo hice con nadie, ni siquiera con Max, pero sabía que no debía involucrarme en su vida, no estaría bien cuando ya tenía una familia establecida. Los dos dejamos una caricia y un beso en la mejilla del otro, retiro su camiseta, el pantalón y sigo limpiando el dulce que quedó en su cuerpo, mientras él solo me observa con esos hermosos ojos cielo y me sonríe sin parar. Una vez termino de cambiarlo procedo a limpiarme, pero él me insiste con sus manos para que le entregue la toalla y ayudarme con la tarea, se la entrego, él se pone de pie en el lavamanos para quedar a mi altura y la va pasando por mi rostro y cuello. Se ve tan feliz haciendo ese acto tan sencillo, su sonrisa no disminuía en ningún momento y hacía movimientos suaves con sus labios, casi como balbuceando. Se me ha hecho muy curioso que siendo tan listo no hable tanto, las veces que lo hace es para decirme que me quiere o alguna cosa puntual, suponiendo que no lo fuerce o motive a decir algo, por lo demás permanece en silencio y se comunica intentando hacer señas con sus manos. -¿Por qué no te gusta hablar frente a otros? Su semblante cambia bastante, es como si recordara algo malo y su mirada queda perdida, eso no es normal en un niño de su edad y menos con la inteligencia que posee. Levanto su rostro con cuidado a lo que él me mira con ojos vidriosos. -¿Qué ocurre? Dime cielo sabes que puedes confiar en mí; no pasará nada malo. -Katherina. -¿Qué pasa con ella cielo? –él derrama una lágrima y siento mi corazón estrujarse. -Ella me pega, me dice que no le diga nada a Iván o a papá, y su amigo me pegó una vez porque los vi haciendo algo malo –dice en un perfecto y fluido italiano. Debí cerrar mis ojos un momento para controlarme, ese no era el lugar y mucho menos podía demostrarle mi enojo a David, pero debía saber más. Abro mis ojos nuevamente y otras lágrimas brotan de su cielo, beso su mejilla para después tomarlo entre mis brazos dándole consuelo. -David, ¿quién es este amigo y qué fue lo que viste? -Se llama Claude, una noche lo vi ahorcando y pegándole a Katherina, estaban desnudos y ella le pegó en la cara, pero sonreían y hacían ruidos raros. -¿Nunca te dejaron marcas por los golpes? –él esconde su rostro en mi cuello y niega con su cabeza. Seguí con mis preguntas moderando siempre el tono de voz para que no se sintiera mal, o tal vez para recordarme que no debía mostrar la rabia que me consumía ante él. Escucharlo sollozar y sentir sus cálidas lágrimas llenas de dolor me partía el alma en pedazos. Por toda la información que le saqué supe que Katherina tenía un amante llamado Claude, una noche David los vio teniendo sexo y ellos se dieron cuenta, al día siguiente de ese hecho él amenazó y golpeó a David para que no dijese nada, Katherina hizo lo mismo y desde entonces se ha vuelto más retraído. Cuadrando un poco las fechas en mi cabeza, me percaté que esto ocurrió el año pasado cuando él hablaba con más soltura, lo sé porque cada cierto tiempo hablo con Iván para saber de David, pero si él no me comentó nada es porque nunca vio algo raro y el pequeño siempre ha sido introvertido, así que fácilmente pudo camuflar ante los demás ese trauma. No obstante, esto es algo que sobrepasa los límites, sabía que Katherina buscaba tener un hijo, pero llegar a este punto sea cual sea el motivo es algo que no tiene perdón. Me separo un poco de mi pequeño y limpio su rostro mostrándole una sonrisa para que se calme. -No te preocupes, te prometo que todo va a estar bien y nadie volverá a pegarte, ¿confías en mí? –asiente con su cabeza y yo agrando mi sonrisa para hacerlo sentir a salvo. -¿Qué te parece si vamos a cenar y luego comemos un rico helado entre los dos? -Sí, ¿le dirás a papá? –me dice haciendo un puchero que estruja mi corazón y al mismo tiempo me enamora más. -Sí cielo, le contaré, pero voy a asegurarme de que nunca más vuelvas a ver a esas personas malas y tampoco quiero que vuelvas a poner esa carita; porque te ves más lindo con una sonrisa. -Te quiero mamá. -Y yo a ti mi pequeño cielo, más de lo que te puedas imaginar. Lo tomo entre mis brazos y nos damos muchos besos en la mejilla hasta sacarnos una gran sonrisa olvidándonos de todo. Cambio mi camiseta, guardo las cosas y al ver que su semblante es alegre otra vez, salimos del baño para volver a la mesa con los demás, pero me doy cuenta que Max y Alex no están e Iván se ve bastante afligido. (…) Alexandre Esto fue demasiado para mí, necesitaba salir de ese lugar rápido para tomar un poco de aire, me fui a un callejón que queda cerca y comienzo a golpear la pared con furia. ¿Cómo pude ser tan imbécil de no notar ese cambio en mi propio hijo? Debí ver alguna señal en él. -Alexandre detente, no puedes seguir así, tienes que calmarte. Siento las manos de Max tomar mis brazos para detenerme, pero mi rabia es demasiada y no tengo control en este momento de mí mismo. -¿¡Calmarme!? Tú estuchaste lo que dijo de mi hijo ¿cómo esperas que me calme? -Precisamente por él y por Rag te lo estoy pidiendo, ellos están en el baño y saldrán en cualquier momento, si quieres podemos irnos y en la casa hablaremos con calma cuando David se duerma, pero ahora no debe verte así. -Es que soy un imbécil Max, mi hijo vio las asquerosidades de esa mujer y yo fui tan mal padre de no darme cuenta de nada, lo peor es que no sé qué habrá visto o qué más habrá pasado. -Te entiendo Alex y buscaremos una solución a esto, te lo prometo. Realmente estaba que mataba al que se mal atravesara en mi camino. -¿Sabes que me da más rabia? que esa maldita creyera que se podía salir con la suya como si nada. Ella podrá ser la prostituta más famosa de Italia si le da la puta gana, pero con mi hijo nunca debió meterse, porque escúchame bien Max, haré lo que sea por proteger a mi familia, lo que sea. -¿Qué estás pensando hacer? -Voy a enseñarle a esa mujer que se metió con el hombre equivocado, fui muy paciente, la consideré muchas veces y toleré sus malditos arrebatos, pero esto no lo dejaré pasar, ella me pagará con lágrimas de sangre por lo que le hizo a mi hijo. -Te equivocas Alex, ella pagará mucho más que eso. Max y yo giramos nuestros rostros al escuchar la tétrica voz de mi ángel, tiene a David en sus brazos e Iván está a un lado de ella con una cara de furia al igual que yo. No quería que se enterara de nada todavía, pero el rostro que tienen los tres me da a entender que algo más pasa. -Vámonos a casa, este no es el lugar más adecuado para hablar. Max y yo nos miramos un poco extrañados por su actitud y nos vamos al auto en completo silencio, le pido a Max que vaya al frente con Iván para estar con mi familia atrás a lo que él accede. Tomo a David entre mis brazos refugiándolo de un peligro invisible y abrazo a mi ángel sintiendo su aroma, ninguno dice nada, pero el calor de mi familia me da fuerza y tranquilidad en este momento, porque si ellos están bien yo estaré bien. Llegamos a casa, mi hijo sigue en mis brazos y llevo de la mano a mi ángel hasta la habitación, sé que ellos me entienden ahora y no evitarán nada de lo que haga con ella. Siento a mi pequeño en la cama para quitarle los zapatos, retiro los míos y mi ángel hace lo mismo para acostarnos los tres juntos, no quiero soltarlos por nada del mundo ni separarme de ellos, no ahora. Resguardo a mi familia en mi pecho abrazándolos con todo el amor que tengo y mis lágrimas comienzan a salir, entre la rabia y el dolor me siento impotente. No sé a qué hora me dormí, pero desperté solo, ninguno de ellos estaba conmigo así que me levanto para buscarlos, siento algo horrible en el pecho, necesito estar seguro de que están bien. Escucho unos ruidos en el baño y al entrar, veo que ellos están en la bañera haciendo burbujas y tirando espuma por todas partes, sus rostros de felicidad me traen calma. -Ven con nosotros angelo -dice mi ángel regalándome su bella sonrisa. Entro al baño del todo y comienzo a desnudarme para ingresar a la bañera con ellos, ella cubre los ojos de David para que no me vea a la vez que le dice algunas cosas al oído que lo hacen reír bastante. Siento el agua tibia calmar mi cuerpo, pero verlos a ellos calma mi alma. Ella lo tiene en su regazo y luego viene hasta mí para quedar de nuevo en mis brazos estando los tres en nuestro paraíso. -Ahora todo está bien angelo, ya no hay nada de qué preocuparse -miro esos luceros y nos damos un beso muy profundo. Ella siempre supo darle paz a mi vida, siempre sabe cómo hacerme feliz. Siento un poco de agua y espuma caer en mi cara, me separo de mi ángel para limpiarme y noto seriedad en la cara de mi hijo. -No papà, lei è mia (No papá, ella es mía). Quedo un poco sorprendido, pero suelto una sonrisa al escucharlo decir esas palabras, entonces sigo su juego. -No David, lei è mia, lei è l’angelo di papà (No David, ella es mía, ella es el ángel de papá). -No, lei è mia e solo mia, mamma non è tua (No, ella es mía y solo mía, mamá no es tuya). Se abalanza sobre ella y con su mano va alejando mi rostro de su lado, entonces la tomo mordisqueándola suavemente y le hago cosquillas en su estómago terminando los tres entre risas y juegos. Nos quedamos disfrutando un poco más, luego volvimos a la habitación para cambiarnos y dejar a David durmiendo profundamente. No importa qué tan malo sea mi día, pero verlo dormir es algo que me trae mucha calma, además de los recuerdos en que también veía a mi ángel dormir a mi lado. Ella y yo nos dirigimos a la sala para hablar con calma, allí es donde me fijo que son las cuatro de la madrugada. Me siento un poco desconsiderado al saber que le robé tiempo de sueño a mi familia, sobre todo a mi pequeño. -No pienses en eso angelo, solo necesitábamos comer algo y darme un baño con urgencia, me sentía fastidiosa con tantos restos de dulce en mi cuerpo y David quiso ir conmigo –solo ella puede hacerme sonreír con el corazón. -Me encanta cuando lees mis pensamientos, pero ahora solo necesito que me des un beso fuera del alcance de nuestro hijo y estaré mejor. -No tienes ni qué pedirlo. La tengo de nuevo en mis labios con ese amor que guardamos para nosotros, me separo un poco para pegar nuestras frentes y una sutil sonrisa se refleja en ambos. -Te amo ángel, contigo a mi lado soy muy feliz, pero si te quedas conmigo y con David seremos afortunados. -Siempre estaré para ustedes porque son mis ángeles y los cuidaré cada día de mi vida. Luego de ese celestial momento, preparo un poco de café para después quedarnos hablando sobre todo lo ocurrido en el establecimiento, enterarme de todo lo que le hicieron a mi hijo y que Iván desconocía solo aumentó mi rabia, por suerte ella estaba a mi lado para calmarme entre sus manos y sus labios. No llegué a culpar a Iván por lo que pasó ni tomé represalias contra él, primero, porque le tenía mucha estima y confianza, y segundo, porque él me había demostrado que quería a mi hijo y que siempre estuvo para él, incluso fue un golpe fuerte para Iván cuando se enteró del maltrato que sufrió mi pequeño. Ordené que buscaran a ese sujeto para darle una lección, mientras que a Katherina la dejé vivir su fantasía en París sin que ella tuviese la más mínima idea de todo el peso que estaba a punto de caerle, le daría donde más le duele y luego le cobraría con intereses cada cosa que le hizo a David, nadie toca a mi familia sin pagar las consecuencias. Luego de estar algunos días más en Zaragoza, continuamos nuestro viaje hacia Oviedo y Gijón, tenía otros asuntos que arreglar allí, pero esta vez decidí ir con Iván y dejar a Ragnar y Max en el apartamento disfrutando junto a mi hijo, sabía que ellos se cuidarían entre sí, incluso mi pequeño sabía cuidar de su madre con tan solo dos años. David es un niño muy inteligente, en este viaje me comprobó que presta demasiada atención al mundo que lo rodea y que esa conexión con mi ángel es única, y ahora que los veo juntos, solo puedo sonreír por la tranquilidad que me genera al tenerlos reunidos frente a mí con un amor indescriptible que se tienen el uno al otro.
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