Vicky
Mi rostro ardía, dolía, no sé cuánto tiempo pasó, pero sí sé que me desmayé cuando uno de los hombres me golpeó en la cabeza, lo último que recuerdo es haber escuchado la voz de papá cuando mi hermana y yo le dimos indicaciones, por desgracia no pude decirle del tatuaje, sé que es clave porque lo vi en uno de los documentos que él tenía una vez en su oficina, al menos espero que todo lo que le dijimos sirva de algo.
-¿Vicky?
Levanto mi vista al escuchar su voz, me duele mucho la cabeza al moverme tan rápido, pero sus manos toman mis hombros dándome un abrazo suave.
-Estamos en una bodega llegamos hace media hora –murmuró.
-¿Sabes algo de papá?
-No, ellos nos golpearon, tú te desmayaste y arrojaron el móvil por la ventana.
Al acostumbrar un poco más mis ojos al lugar, noté que sí era una bodega, no era muy grande y teníamos grilletes en los pies que estaban sujetos a unas cadenas amarradas a un muro, hace demasiado frío.
-¿Dónde están nuestros abrigos?
-Dijeron algo, pero solo entendí “hará frío” creo que quieren que eso nos mate.
Tenía mucho miedo, no sé si papá vendrá por nosotras, quiero creer que lo hará, pero no sé si llegará a tiempo, al menos sé que estoy con Lily y no me encuentro sola porque eso sería mucho peor.
-Vicky todo va a estar bien, confiemos en que papá vendrá, sé que lo hará.
Siempre sabíamos lo que sentía y pensaba la otra, conocíamos bien nuestros miedos, debilidades y fortalezas, la cual no sé de dónde la sacamos para gritar todas esas indicaciones.
De la nada se prendieron unas luces que me cegaron un poco, cubrí mis ojos abriéndolos despacio como nos enseñó mamá y pude ver mejor el rostro de mi hermana, estaba golpeada, su labio partido y tenía un hilo de sangre en su nariz, también una mejilla más roja que otra.
Escuché una voz tras nosotras que me asustó, me sobresalté tomando la mano de ella con fuerza y vi que era uno de los hombres del auto, tenía una sonrisa malvada. Se acercó a nosotras para quedar a nuestra altura, tomó con fuerza nuestro cabello y dijo algo que no entendí, después nos tiró hacia atrás haciendo que nos golpeáramos con un muro, ríe despiadado y se va del lugar.
Miro a mi hermana para saber si está bien, pero ella coloca su mano en el hombro y comienza a llorar en silencio, algo tan propio de ella.
-¿Qué te pasa Lily?
Lleva su mano un poco más atrás del hombro y al alejarla vemos sangre, lo que me asusta demasiado, ella llora más haciéndome sentir peor, me muevo con cuidado para ver qué tiene, por suerte dejaron las luces prendidas. Seco mis lágrimas para evitar que estorben mi vista y al revisar bien hay una vara atravesada en esa parte de su cuerpo.
Intento recordar las clases de anatomía que nos dio el tío Oz, pongo mis dedos encima de sus hombros para contar la distancia entre ese punto y la vara, entonces supe que no había tocado su pulmón, al menos eso era una buena noticia.
-¿Qué tengo Vicky?
-Es una vara de metal, está cerca del hombro.
-Ayúdame a sacarla.
-No puedo, hay muchas cosas detrás que la sostienen y se ven pesadas, tendrás que moverte para sacarla.
Eso la destrozó más, su miedo la paralizó haciéndola llorar más porque sabía que sería muy doloroso. Tengo que quitarle eso no puedo dejarla ahí.
-Tranquila yo te sacaré, pero tendrás que moverte rápido a un lado por si se caen las cosas –asintió en silencio, tenía sus ojos cerrados.
-Mírame Lily –los abre, conectamos. –todo va a estar bien, yo estoy contigo, siempre estaré contigo. –asiente de nuevo en silencio, aunque no sé cuál de las dos tenía más miedo.
Dejé una mano en su otro hombro y la otra en su cintura, entonces comencé a moverla y un grito salió de ella asustándome, la solté rápido y las cosas se movieron sobre ella. De pronto recordé la noche del incendio cuando las cosas caían a nuestro alrededor, escuché los platos romperse al lanzarlos esa mujer y el momento en el que vi el armario caer sobre Lily.
-Vicky –abrí mis ojos nuevamente cuando recordaba cómo la empujaba y ese pesado mueble caía sobre mí. –Tienes que hacerlo rápido, así duele mucho. –dice desesperada.
-No sé cómo, está muy duro.
Su mirada queda un poco perdida, pero sé que está pensando una solución e intenta recordar algo, ella siempre ha sido muy lista.
-Oz.
-¿Qué pasa con él?
-Recuerda cuando estábamos en el consultorio con él, había un señor que tenía esa cosa clavada en su pierna.
-Pero Lily yo no tengo las herramientas ni la fuerza de Oz.
-No, pero sí tienes dos manos, con una puedes sostener mi hombro y con la otra la vara, yo te ayudaré para salir solo debes sostenerlo fuerte.
A veces creo que mi hermana está más loca que yo cuando sale con esas cosas, pero si dice que es lo mejor le creo, al menos prestó más atención a ciertas cosas que yo no y le gustaba aprender de Oz cuando hablaba de las teorías médicas, yo en cambio iba más por la práctica.
-Está bien.
Coloqué mis manos como ella indicó y nos vimos, ella tenía miedo, pero estaba más segura y confiada que yo.
–A la de tres tiramos. Uno. –conté.
-Dos.
-¡Tres!
Gritamos a la vez y tiré de ella sosteniendo la vara con fuerza, Lily se inclinó tanto como pudo, dio otro grito muy fuerte de dolor que me hizo soltarla un poco, pero colocó rápido su mano sobre la mía para que no lo hiciera, seguimos tirando sin ella dejar de grita y salió. Al tener nuestras manos agarradas nos fuimos rápido hacia un lado y vimos todas las cosas caer sobre el lugar donde estábamos hace solo unos segundos.
De pronto se abre la puerta dejando ver a otro de los hombres, dijo algo que no entendí, pateó unas cosas y escupió cerca de nosotras, pero no nos movimos ni dijimos nada, así que el hombre se fue azotando la puerta.
-¿Estás bien? –pregunté.
-Sí gracias, duele un poco, pero creo que era peor cuando las enfermeras limpiaban las quemaduras. –dice imitando esa sonrisa de mamá que me calma un poco.
-Estás loca Lily. –me guiña ojo y sonríe traviesa.
Ella es igual que mamá, creo que es por mi hermana que al tenerla tan lejos se me hace más fácil soportar su ausencia, además de que llama todos los días para saber cómo estamos.
-Ven, ayúdame a revisar la herida y busquemos a ver si encontramos alcohol.
La ayudé a levantarse y revisamos la bodega encontrando cosas muy interesantes que podíamos usar para defendernos, nunca hemos atacado a nadie, pero dada la ocasión creo que será necesario hacerlo, también tomamos algunas herramientas para liberar nuestros pies, nos costó un poco, pero pudimos conseguirlo y seguimos explorando el lugar.
-Vicky encontré algo.
Fui con mi hermana quien tenía una botella de vodka a la mitad.
-Por lo visto mamá no es la única que lo bebe como agua –dice ella y reímos solo de recordarla, aunque mamá se mantiene en sus cinco sentidos cuando toma… no como esa mujer.
-Recuerda lo que dijo una vez: si vas a Rusia el vodka es tu segundo vaso de agua.
-Hoy no lo será, hoy es mi desinfectante para la herida, aunque un trago para el frío tal vez no nos caiga mal.
-Como digas Lily Oz.
-Tonta –reímos en lo que ella me empuja un poco con su brazo.
Cada una dio un trago de la botella, era demasiado fuerte, pero se sentía un calor en el cuerpo que ayudaba a la temperatura.
-Mamá nos mataría si se llega a enterar.
-Creo que ese sería papá, aunque Oz quizás estaría feliz porque acabamos de tomar.
-No seas tonta Lily, está bien que nos dejó probar el whisky esa vez, pero no tiene comparación con esto.
-No porque el de él era un coctel y tenía miel, lo que lo hacía más rico, esto en cambio sabe literal a alcohol.
-En eso estoy de acuerdo, pero mejor te ayudo con la herida, no quiero que se infecte.
Mi hermana da media vuelta y la ayudo a retirar un poco las prendas en lo que agrego el vodka sobre su herida, ella empuñaba sus manos y mantenía sus ojos cerrados con mucha fuerza, sabía cuánto le dolía, pero Lily nunca ha mostrado debilidad ante otros, al menos no después del incendio.
Ese suceso es algo que nos marcó profundamente a las dos y de no ser por todo lo que hicieron mamá, Oz y la familia de ellos en sí, no estaríamos aquí ni mucho menos seríamos fuertes.
-Piensas en ellos otra vez –sonreí un poco al escucharla adivinar mis pensamientos.
-Sí, la verdad no creí que estaríamos en esta situación tan rápido.
-En cambio yo pensé que se habían demorado en hacerlo, pero igual sé que no falta mucho para que papá llegue.
-Llevas diciendo eso desde que desperté ¿Por qué estás tan segura? –me observa extrañada, lo que me descoloca un poco.
-¿Ya lo olvidaste?
-¿Olvidar qué?
Estaba a punto de responder cuando escuchamos una ráfaga de disparos fuera de la bodega, bajo el suéter e intento alejarla de la puerta, pero lo malo es que tomo el brazo que tiene la herida provocando de nuevo un grito en ella.
-Sé que me quieres sacar, pero al menos déjame el brazo.
-Lo siento.
Sonreímos y más disparos con gritos nos sacan de nuestra burbuja.
-Vamos, no sabemos quiénes sean y no podemos arriesgarnos, no vamos a decepcionar a la familia.
-Eso jamás.
Volvimos a caminar rápido por la bodega para tomar algunas cosas, ahora que estábamos más tranquilas y con la cabeza fría podíamos pensar mejor. Ocultamos algunas herramientas en nuestras prendas y dejé algunas varas más pequeñas repartidas de nuestro lado
-No lo olvides Vicky, somos unas Romanov, pero también somos Wintar y fuimos entrenadas por el abuelo, el tío Isma y Oz.
-Es hora de demostrarles que no perdieron su tiempo con nosotras, les enseñaremos que se metieron con las chicas equivocadas.
-¡Somos hijas de demonios, hijas del infierno y nadie nos derrotará en nuestro territorio! –dijimos al unísono muy seguras y orgullosas la una de la otra.
Lily
Mi hermana y yo nos preparamos, tomamos aire profundamente y comenzamos a gritar en lo que tirábamos algunas cosas a la puerta, en menos de nada aparecieron dos hombres, los mismos que estaban en la camioneta cuando nos secuestraron.
Ellos se vinieron contra nosotras, alcancé a entender que decían que nos calláramos, cada uno vino hacia mi hermana y hacia mí, pero me incliné como si fuera a derribarlo desde su abdomen, lo abracé fuerte en lo que él intenta alejarme, pero saco rápido uno de los destornilladores que estaba en mi cintura y lo clavo en su entrepierna como me enseñó el abuelo, repito el proceso escuchando su grito y toma mi cabello tirándome hacia atrás.
Veo de reojo a mi hermana quien está siendo sujetada de un brazo por el otro hombre, alcanzó a quitarle el martillo que tenía y estaba a punto de golpearla con él.
-¡SUELTA A MI HERMANA!
Me miró y corrí rápidamente hacia él olvidándome del dolor en mi hombro, con otro martillo que tenía en mi espalda lo saqué y golpeé su estómago logrando que la soltara.
-Vicky!
Ella entiende mi señal y mira tras ella donde se encuentra una de las varas que se había anclado en mí, la toma fuerte con sus dos manos para después clavarla en el ojo del hombre que la sujetaba, la saca y la vuelve a clavar en su otro ojo dejándolo ciego, la imagen y su grito es bastante impactante, pero creo que haber pasado tantos días en el hospital escuchando lo mismo nos ayudó a soportarlo ahora.
-Lily!
Intento girarme al ver que ella mira asustada detrás de mí, pero rápidamente el otro sujeto sostiene mi cabello tirándome hacia el muro que está a un lado de nosotros. El dolor es horrible, todo me da vueltas y siento un líquido correr en mi nariz y frente, lo peor es que el dolor en mi hombro aumentó al haber chocado con ese lado.
Caigo de rodillas apoyada en el muro y otra corriente de dolor pasa por mi cuerpo, pero no reacciono al estar tan mareada, creo que voy a desmayarme en cualquier momento. Vicky está con la vara en su mano gritando que se aleje, pero en vez de eso siento que vuelven a sostener mi cabello levantándome con fuerza.
-Ahhh!! –grito muy fuerte a causa del dolor que me genera.
Me acerca a su cara y siento ese apestoso olor proveniente de él, su aliento parece pescado podrido con vodka, es asqueroso. Amenaza a mi hermana, no entiendo todo lo que dice, pero por algunas palabras sé que es una amenaza. De pronto pasa su lengua por mi mejilla produciéndome náuseas, me remuevo un poco para intentar zafarme y saca un arma apuntando a mi cara.
-это твой конец (este es tu fin) –me dice con desprecio.
-мы дочери ада, мы Романовы Винтар и ты с нами не сможешь (Somos hijas del infierno, somos Romanov Wintar y no podrás con nosotras).
Respondí muy segura, con odio, como lo haría mi madre e igual a como lo dijo Oz cuando estábamos en clases con él. El hombre solo se reía de mí por mis palabras.
-до свидания принцесса (adiós princesa).
Esta vez fui yo quien sonrió con maldad frente a él, a pesar del dolor y el mareo estaba muy feliz.
-пока идиот (adiós idiota).
Se escucharon cuatro tiros que vinieron detrás de él, afloja su agarre a lo que me libero rápidamente y voy con mi hermana quien mira asombrada.
-Te dije que vendría –susurré a su oído.
El hombre cae de rodillas, pero antes de quedar completamente en el suelo, levanta un poco su arma apuntando hacia nosotras y el recuerdo del incendio aparece en mi cabeza. Me muevo rápido frente a Vicky, se escucha otro disparo que vino de su arma y siento que la bala me impacta. Es horrible el dolor, me sostengo del cuerpo de mi hermana quien se apoya en mí y caigo de rodillas.
De pronto esa voz resuena entre las oscuras paredes gritando nuestros nombres y sus grandes brazos me reciben con cariño, de nuevo veo esos bonitos ojos miel que me traen calma y su calor invade mi pecho.
-Sabía que vendrías –sonreí débil y todo se volvió n***o a mi alrededor siendo su sonrisa y sus ojos lo último que vi.