Aquella luz matutina se filtraba desde la ventana. Lance un suave gruñido de mala ganas girando mi cuerpo intentando alcanzar a la pelirroja seductora de anoche. Usualmente yo era el que volaba tras una buena cogida, pero por extraño que pareciera ella me hizo querer quedarme. Toque varia veces la cama notándola vacía, me levante yendo hacia el baño notándolo vacío. No pude evitar reír levemente pues usualmente las mujeres me buscaban a mi y yo era el que desaparecida.
Acaricie mi cabellera negra un poco frustrado pues yo hacía que todo fuera al ritmo que yo quisiera y esa no sería la excepción. Buscaba mi teléfono notando el último número que yo había llamado. Sentí que lo que hice anoche fue muy atrevido pues abrir el teléfono de aquella chica mientras dormía y guardar mi teléfono. Nunca espere acostarme con una virgen y aquello no podía dejarlo pasar por alto tan fácil. Mientras me perdía en mis pensamientos una llamada de mi hermana sonó.
-Bueno.
-¡Estas vivo! Pensé que al salir de la casa de papa de esa manera te tendría que buscar en el hospital o en prisión.
-Muy graciosa.
-Solo quería que supieras que a pesar de que nuestros padres no acepten tu trabajo yo estoy aquí para ti.
-Estas siendo muy linda, ¿que quieres?
-Solo quiero asegurarme de que lo que te pedí hace días siga en pie.
-Naturalmente, no podría abandonar a mi única hermana.
-Entonces donde piensas quedarte ya que no vendrás a la casa de nuestros padres.
-No te preocupes solo estaré por un par de semanas en la ciudad así que estaré en un hotel.
-Bueno, si me necesitas ya sabes donde buscarme.
-Ya lo se, ¿algo que quieras en especial para la cena?
-Tráeme orquídeas como hacías antes.
-Bien, eso hare mi pandita.
Tras aquella conversación cerré el teléfono tomando una larga ducha. Aunque la chica era una novata había arañado mi espalda como si de una fiera se tratara. Los jadeos de placer que mi mente reproducía de aquella chica me ponían duro solamente de imaginarme que entraba de nuevo en ella. Enfrié mas el agua para relajarme y tras salir tomé mi laptop y me dirigí al área de desayuno del hotel.
Yo era el dueño de una compañía de videojuegos eróticos el cual a pesar de su alto contenido para adultos vendía muy bien. Había estudiado desde joven a ser programador y tras tener trabajos mal pagado pude financiar mi propio equipo y lancé mi primer juego. Aunque lo hice en solitario fue un gran éxito principalmente porque se basa en mi historia con Valeria, no cabe duda que el ser humano es perverso por naturaleza y yo solo soy un oportunista.
Tras aquello mis juegos fueron éxito tras éxito, en mi catalogo tenía juegos de acción pero el que mas me generaba económicamente eran los juegos para adultos. Mi secreto siempre fue dirigirme a discotecas y solo observar a mujeres interactuar y plasmarlas en mi juego de la manera más erótica posible para traer a la mayor parte del publico masculino. El sexo vendía, era un hecho y si tenia que utilizar los bajos instintos de los hombres lo aprovecharía. Pero en los últimos años curiosamente la mayoría de mi publico había cambiado al género femenino. Quizás porque disfrutan más de las historias eróticas con bases reales y fantasías que solo podían expresar en la seguridad de su hogar. Al final ella me hizo un favor, no iba a desperdiciar la oportunidad.
Envié varios scripts e idea a otros programadores que estaban trabajando para mi en Miami en mi compañía llamada BlackyGames. Había aprovechado esta ocasión del favor que me pidió mi hermana para tomar unas merecidas vacaciones tras estos largos trece años. Terminé a mas pasado de las tres de la tarde y sentí la necesidad de estar un poco travieso así que tome mi teléfono y tecle a mi pequeña doncella.
“Espero que mi cenicienta quiera volver por su zapatilla”
“¿Quien eres?
“Soy al caballero de blanca armadura que dejaste esta mañana”
Al notar que ella no respondía solo reí un poco al imaginarme a aquella chica ser afectada por mis mensajes.
“¿Libre para hoy?”
“No, lo nuestro fue un error”
“No sabia que llegar a mas de cinco orgasmos antes de que yo me corriera era un error”
Tras unos minutos el nombre de doncella rojiza apareció en la pantalla de mi celular. Tome la llamada mientras cerraba mi laptop para caminar hacia mi habitación.
-Buena.
-Porque me estas molestando y como conseguirte mi teléfono.
Aquella voz sonaba algo afectada. A pesar que ella intento camuflarlo su voz salió totalmente inocente de aquel aparato que no contrastaba en nada con la chica que había tenido entre mis sabanas.
-Es un secreto que un caballero nunca puede revelar, entonces ¿estas libre hoy?
-Para ti siempre estaré ocupada.
-¿Segura? Espero que mi marca que deje en tu cuello no te haya dado ningún problema en el trabajo.
Tras decir esto desde la otra línea escuche el sonido de que la llamada del otro lado había sido desconectada. Aquella chica me salió muy escurridiza y aquello despertaba mis instintos de casería solo para ver hasta donde podía llegar.
Pero ahora en mi mente solo tenia un plan el cual era ver a mi hermana en una cena que haría mañana la cual había prometido que iba a asistir. Comencé a dirigirme a mi habitación del hotel para descansar y busqué entre mi ropa. En aquella ocasión llevaría uno de mis trajes grises hecho a la medida con una camisa blanca. Llevaría una corbata y unos zapatos de vestir pues mi hermana me prometió que iría lo mas presentable posible. Por ahora solo pasaría la noche buscando inspiración en mis lugares habituales pues estar en california donde todas las mujeres eran muy ardientes solo me daba más inspiración para programar mi proyecto. Me prometí que no tomaría nada esa noche pues usualmente tras tomar me volvía mas osado algo que yo usualmente intentaba controlar algo que olvide aquella noche con mi doncella rojiza.