Capítulo 3

894 Words
  Una semana después... —Vengo por Kim Suk.— Min Seok dijo antes de fulminar con la mirada a Se Hun quién estaba de idiota entrometido junto a él. —¿Kim Suk?— la profesora lo miró extraño y confundida.— Emm, señor Oh...— rió nerviosa cuando Se Hun le hizo unas señales con sus manos porque... —¡Ya no soy señor Oh!— gritó el más bajo.— Lo siento profesora pero son problemas familiares que empiezan con In... y termina con...fidelidad, ¿Verdad, puto Se Hun?— él lo golpeó y no es que sea un abusivo pero se le era imposible evitar no pegar al menos una vez a su futuro ex esposo ya que era un idiota. —Cariño, ya te dije que todo fue una equivocación.— se excusó mientras la profesora no sabía dónde rayos meterse por lo que mejor trajo a Suk.— Nos amamos y... — Ya quisieras.— Min Seok rodó los ojos mientras alzaba a su pequeño en brazos y llenaba su rostro de muchos besitos evitando a toda costa de que Se Hun lo tocara siquiera. — Hoy les mandé un deber.— ella sonrió.— Y, me gustaría conversar con ustedes, saben que los cambios bruscos pueden afectar a Suk por ello los veo en una semana.— los padres de Suk se miraron ya que sabían a la perfección de que su divorcio traería consecuencias en su pequeño. — Aquí estaremos.— Se Hun contestó, la mujer entró y él de inmediato trató de darle un besito a Suk, sin embargo, Min Seok no se lo permitió. — No besarás a mi bebé con esos labios con los que has besado a tu zorra.— y así empezó a caminar hacia su auto.— qué tipo de rabia tendrá la perra esa. — Oh, vamos Minnie, no te estuve engañando.—al bollo se le brotó una vena en la frente por su tremendo descaro. — ¿A no?— no quería asustar a su pequeño por lo que apretó los dientes y tomó posición en su auto.— Púdrete en el maldito infierno, ¿Quién carajos te crees? Ya me dijeron que esa tal Sujin es hija de tu jefe así que espero que te ayude a pagar la pensión de mi hijo y por cierto, ya hablé con mi abogado y en una semana empezaré los trámites de divorcio... Se Hun lo miró preocupado ya que su padre lo mandaría a pelar pollos si se entera de que perdió a su familia otra vez, y más por una aventura,  por ello no vió mejor que....—¡Ella me obligó! —¡Eres un patán!— y así, Min Seok se fué, ya no tenía nada más que hacer allí. :::¥::: —¡Suk,  mira quién llegó!— Min Seok sonrió al ver a su pequeño asomarse de la sala. —¡Tío Lu!— él corrió hacia los brazos del ciervo quién traía en las manos un gran oso. Lujan lo alzó antes de empezar a imitar sonidos de un oso antes de besar su frentecita y dejarlo abajo de nuevo.— ¿Cómo has estado campeón? —¡Bien!— contestó efusivo  y así como vino, se fue corriendo arrastrando su osito. —Crece demasiado rápido.— él se irguió y volteó a mirar al bollo quién estaba como embobado mirando la interacción entre su hijo y Lujan. — Lo sé.— suspiró antes de volver a su realidad. —¿Se Hun está en casa? — Oh, vamos, sabes que me voy a divorciar, estoy seguro de que Baek ya te lo contó.— Lujan rascó su nuca y asintió. — Es incómodo, no sé si felicitarte o decirte "Lo siento" — Se Hun es un idiota, así que mejor felicítame.— ambos se sonrieron ampliamente y de un momento a otro Lujan ya se encontraba abrazando como siempre a su amigo. —Pues, Bienvenido otra vez a la soltería.— soltó. —Gracias, gracias, ahora estaremos solteros los dos... como antes.— Min Seok tenía esperanza, sólo eso. Lujan no dijo nada, él tan sólo se sentó en el sofá y río nervioso mientras Min Seok le servía un poco de café.— Emm, sobre eso... —¿Sobre eso qué?— dejó su café en la mesita de la sala. — Min...— Lujan metió su mano en su saco y sacó un sobre blanco que entregó a Min Seok quién lo sujetó dudoso.— Voy a casarme dentro de seis meses. —¿Qué? :::¥::: Cinco años atrás... —Lu, ¿Puedo hacerte una pregunta?— Min Seok puso su cabeza sobre el regazo de Lujan interrumpiendo su lectura. —Claro.— le sonrió cálidamenre, como siempre mientras acariciaba su cabello. —Aquel día, ¿Me besaste porque te gusto?— ¡Di que sí! ¡Di que sí! Min Seok pedía con vehemencia aquello. Lujan lo miró directamente a los ojos antes de sujetar su mano.—¡Min Seok, vámonos!—Él miró a través de la ventana, era Se Hun quién estaba de lo más feliz contaminando el aire con su moto. — No le hagas caso y respóndeme.— Min Seok llamó su atención. El ciervo acarició su mejilla y...— Ve con él.          
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