Capítulo 1
La vida es difícil, todo el sistema está hecho para vernos fracasar, todos quieren vernos caer, llorar, pero también hay esos momentos en la vida en el que el sistema quiere vernos reír, gozar, disfrutar, hay tanto que aprender pero con tan poco tiempo que Min Seok se pregunta cómo es que su vida resultó siendo la más jodida de todas porque sí, su vida está patas arriba y no sólo porque esté apunto de matar a su esposo, ¡No señor!, sino, porque desde que supo lo que era un beso, él no ha dejado de desear otro de esos labios, ashhh, la vida es complicada pero si le preguntan a Kim Min Seok él describirá a la perfección lo que la vida en realidad es...— La vida apesta a caca.— porque sí, de esa magnitud es la sutileza de Kim Min Seok, un pequeño con muchas agallas y el hecho de que lleve una botella de gasolina en la mano lo demuestra.— ¿Tienes los fósforos?— Baek asintió malicioso.
— Todo listo, Minnie.— y así de una patada a la puerta ingresaron como unos malotes a aquel bar de mala muerte.
—¿Dónde está ese hijo de puta?— dijo totalmente furioso, ¿El motivo? Oh, sí, su adora...— ¡Te voy a quemar vivo pendejooo!— gritó lo más alto que pudo antes de vaciar parte de la gasolina sobre la cabeza a Se Hun, su adorado esposo, un maldito infiel.
— ¡Mierda, soy hombre muerto!— gritó al ver a su esposo prender un fósforo.— ¡Minnie, mi amor, déjame explicarte!
— ¡Explicaciones tu traseroooo!¡Desgraciadoooo!— estaba muy enojado y furioso, lloraba de la rabia, su esposo idiota lo estaba engañando y el hecho de que haya hecho una reservación en el hotel dónde trabajaba era señal de su descaro.— ¡Creiiiiii que habías hecho la reservación por nuestro aniversario y resulta que es para tu zorra!— él apagó el fósforo y lo cogió del cabello para arrancárselo de la rabia.— ¡Maldito infeliz!— le aruñó la cara de la pura rabia.— ¡Sólo no te mato por mi hijo pero eso sí, desde hoy deja de llevar tu apellido!— dijo, mejor dicho, gritó antes de darle un derechazo en toda la cara y salir junto a su amigo más animado ya que le dió su merecido al desgraciado ese.
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Cinco años atrás...
Y allí estaban, disfrutando de la fiesta, diviertiéndose, bailando y gozando el día de su graduación, Min Seok tenía un par de copas encima lo acepta, pero realmente estaba disfrutando de ese día como nunca antes, Lujan sujetó su cintura y de un momento a otro lo apegó a su cuerpo con posesividad, Min Seok se sonrojó ya que, nunca de los nunca se imaginó a su mejor amigo haciendo ese tipo de cosas, por ello...— Lujannie, estamos muy cerca.— fingió separarlo aunque lo que realmente quisiera fuera que su amigo sujetara su mano y lo arrastrara a algún lugar, ya saben, como en las películas románticas, como cuando llueve y el protagonista tiene el cabello mojado viéndose tan jodidamente sexy y no, no estoy pensado en Zac Efron por si se lo preguntan.
Lujan no dijo nada, él sólo se acercó y le robó lo que sería su primer beso, sus labios en principio se movieron cohibidos pero poco a poco, fueron coordinándose en un mismo ritmo y sentido, miles de fuegos artificiales explotaron dentro de Min Seok, sin embargo, así cómo sentía mariposas en el estómago, también éste empezó a revolvérsele por lo que tuvo que despegarse más veloz que un rayo y...— Puajjjj...— vomitó, sí, en definitiva, no fue el momento propicio pero lamentablemente sucedió de esa manera.
—Minnie, ¿Estás bien?— Lujan se tapó la nariz y le dió apoyo a su amigo.— Lo siento, no debí...
— En definitiva, esto no debió pasar.— Min Seok miraba apenado su vómito, muerto de la vergüenza.
— Lo sé, no volverá a suceder.— sin embargo, Lujan creyó que el más bajo hablaba sobre el beso que habían compartido.
— Fue asqueroso, aún siento el sabor en mi boca, qué asco.— empezó a lloriquear mientras tanto Lujan se sentía tremendamente mal.
—Lo siento.— estaba decepcionado.
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Min Seok recordó aquel hermoso momento mientras cortaba con unas tijeras la ropa de su futuro ex esposo, él arrancó cuánta prenda tuvo en sus manos.— Baek, creo que el día de nuestra graduación debí haber sabido que mi vida amorosa sería una mierda.— él se paró enojadísimo a abrir la ventana mientras arrojaba la ropa de Se Hun a través de ella escuchando las súplicas del más alto quién estaba desde hace una hora suplicando.—¡Llévate tus porquerías marido infiel!— y fue así cómo cerró la ventana antes de tomar asiento y seguir arruinando la ropa del pobre Se Hun.