—Mi amor, quédate aquí sentadito mientra me corto el cabello, ¿De acuerdo?
—Sí, papi.— el pequeño se quedó quietito en el sofá, Min Seok besó sus mejillas antes de sentarse en la silla para que la estilista empezara hacer maravillas en su cabello, se haría un cambio de look, necesitaba con urgencia uno por lo que se dejó consentir por unos minutos mientras espiaba de vez en vez a su bebé quién seguía quietito y era raro para Min Seok que estuviera tan quieto.
— Suk...— lo llamó atrayendo de inmediato la atención de su pequeño.— ¿Estás bien, mi vida? ¿Quieres ir al baño?— el pequeño negó.
—Papi, tengo sueño.— sobó sus ojitos antes de apoyar su cabecita en el sofá, Min Seok iba a llamarlo para que se mantuviera despierto pero la estilista le dijo que estaba bien, que lo dejara dormir.
Luego de unos minutos, enjuagaron su cabello y se lo secaron, el color castaño claro que ahora lucía lo hacía de alguna u otra forma ver más joven y más con aquel corte que eliminó su anterior flequillo, le gustaba, se veía más fresco y relajado.
Min Seok pagó antes de alzar a su bebé y salir, miró la hora en su celular viendo que aún era temprano por lo que decidió llamar a Lujan, se sentó en una de las bancas del centro comercial y le marcó.
—Hola, Minnie.— se escuchaba un tanto agitado por lo que Min Seok tuvo que despegar el celular de su oreja para verificar de que no sea el número equivocado.
—¿Lu?¿Llamo en un mal momento?— preguntó simulando su molestia porque ¡¿Acaso está follando?! ¡¿Por qué demonios lo hace?! ¡Deberían prohibir el sexo!
—Oh, no, claro que no.— Mencionó con la respiración un poco más calmada.
—¿Qué haces?— estaba molesto, muy enojado, Lujan no debería hacer esas cosas y menos si no es él quién gime bajo su cuerpo, porque en sus sueños húmedos, aquellos, dónde se viste de Harley Quinn, Lujan es su hombre.
—Mi amor, ¿Con quién hablas?— una femenina voz se escuchó y Min Seok apretó los dientes porque era ella, aquella mujer que le quitó la oportunidad de estar con el amor de su vida, ese, que perdió cuando se embarazó, y no, no es que se arrepentía por haber tenido a su hijo, nunca lo haría porque su angelito es lo único bueno que le ha dado Se Hun.— Cariño, ahh...debemos, hacer la orden de..ah..—el bollo abrió enormemente los ojos por lo que...
—¡Estás follando!— gritó sin pelos en la lengua ganándose las miradas de varios que pasaban por allí pero a la v***a, el sólo hecho de pensarlo le daba cosas.
—¿Eh?— Lujan abrió la boca sorprendido porque estaba haciendo todo, menos eso.— No, Minnie, estamos corriendo.— se alejó un tanto de su futura esposa.— ¿Por qué pensaste eso?— pidió explicaciones un tanto preocupado del qué pensará su amigo, porque a Lujan la opinión de Min Seok es muy importante y sabe que está mal porque su novia debería de ser la primera, sin embargo, no puede evitarlo.
—E—es que escuché jadeos.— se sentía un idiota, Lujan pensaría mal y sabe que no debería ponerse así de celoso pero, no puede, ya que sus emociones son más fuertes que él.
— Oh...— decidió cambiar de tema.—¿Suk, está bien?¿Estás bien? Hoy los iré a visitar por la noche.
—Lu, recuerda que hoy tenemos la cena con mis padres.— se lo recordó la dama junto a él que hizo a Min Seok rodar los ojos ya que, de por sí, ya la consideraba como su enemiga porque ¿Cómo se atreve a prohibirle a Lujan que lo vaya a ver? ¡Es obvio que es una arrastrada!...
—...Puta deserebrada, ¡Ay sí, Lu, tenemos una cena con mis padres!— la remedó en voz alta, sin darse cuenta que estaba sacando a flote sus pensamientos contra aquella mujer que aún no conocía, porque Lujan siempre fue reservado en sus escasas relaciones.— Ojalá se le pegue chicle en el cabello, sí, eso sería perfecto.
Lujan escuchó cada una de sus palabras sin saber si reírse o preocuparse por aquellos pensamientos, sin embargo, optó por no decir nada y susurrar un...— Te veo en la noche.— Sin más, cortó.
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Dos meses atrás...
—Casémonos.— ella soltó sin mirarlo, Lujan dejó sus llaves en la mesa junto con las medicinas de su...hasta ahora amiga.
—¿Qué?— frunció el ceño, sin comprender, ella solía ser bromista, solía, sonreír y hacer bromas por doquier, tenía una chispa singular por la que Lujan alguna vez se sintió atraído, sin embargo, no tanto como para olvidar a Min Seok, no tanto como para querer iniciar una relación con ella.—Deja de bromear, estás ebria.— le habló duramente ya que ella sabía que no debía consumir alcohol por su salud.
—Es la primera vez que soy sincera, quiero casarme contigo.— lo abrazó, ella pasó sus brazos por su cintura dándole un abrazo por la espalda mientras presionaba con suavidad su mejilla contra la espalda de Lujan.
—Jennie.— trató de darse vuelta pero no lo logró.
—Me voy a morir, Lu.— sus lágrimas caían, su corazón se le oprimía, el ciervo no se sorprendió ya que ya lo sabía y sabía que ella se enteraría tarde o temprano de su diagnóstico por lo que le fue inevitable no voltearse y abrazarla con mucha fuerza.— Ellos se lo confirmaron a mi padre.— su pecho se le partía al escucharla hablar, él besó su frente pero no dijo nada, tan sólo dejó que ella descargara sus sentimientos.— ¡Tengo veinte! ¡Es injusto, no me merezco esto, no lo merezco!
—Lo es, es injusto, todo lo es.— repitió mientras acariciaba su cabello.
—Sé que lo amas, sé que amas a ¿Min Seok?— el ciervo asintió.— pero, él está casado, ya tiene su vida hecha con su hijo y esposo, debes seguir tu propio camino y perdón por pedirte ésto, pero, estoy enamorada de ti.— sus lágrimas seguían cayendo.— Y el hecho de pensar en que moriré sin haber hecho nada para que me correspondas me mata lentamente, por eso, siento mucho que sea egoísta, pero, ¿Podrías hacer eso por mí?— él la escuchó atento, sus palabras eran ciertas, Min Seok nunca sería suyo porque a pesar de que Se Hun sea una persona sin tacto lo quería y en estos momento su relación parecía ir de lo mejor, incluso la invitación para su aniversario le había llegado hace un par de días, él vió la sinceridad en los ojos de Jennie, ella era una buena mujer, era tierna aunque un poco caprichosa, Lujan sabe lo que se siente tener un amor no correspondido por lo que, ya que su amor nunca lo será, él está dispuesto a darle aquella felicidad a su amiga, a aquella que conoció en el hospital allá en China hace un año mientras hacía sus pasantías.
Por ello y por más, Lujan sujetó sus manos antes de mirarla directamente a los ojos.— Jennie Kim.— ella dejó de llorar y lo miró incrédula.—¿Deseas casarte conmigo?— Mencionó sonriente aunque sintiera una opresión en el pecho que le gritaba que no lo hiciera, sin embargo, él lo ignoró, ya que buscaría su propio camino a la felicidad.
Ella volvió a llorar pero esta vez de la felicidad antes de abrazarlo con mucha fuerza susurrándole que lucharía día a día por conquistarlo.
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Cinco años atrás...
—No, no, me mires con esa expresión de niño tierno e indefenso.— Lujan le advirtió mientras continuaba viendo hacia la televisión, Min Seok se paró frente suyo impidiendo su visión.— Minnie, ya te dije que no.— dejó en claro ya que, en definitiva, no iría a la discoteca un miércoles por la noche.
—¡Pero irán todos!— refunfuñó.—¡La mayoría irá a celebrar su ingreso a la Universidad! ¡Debemos ir también o dirán que no ingresamos!— Lujan lo miró y se rió.
—Buen intento pero no.— comió de su galleta sin invitarle a su bollo amigo mal influente.
Min Seok achinó los ojos y...— Hola, Baek, ¿Qué planes para hoy?— miró de reojo a su mal amigo.— ¡Estupendo! Nos encontramos a la entrada.— se rió exageradamente.— Por supuesto, él estará allí, obviamente que sí, con suerte y hoy dejo de ser virgen.— mencionó nada sincero, tan sólo lo dijo para que Lujan vaya con él.—¡Nos vemos y lleva protección!— gritó mientras reía como si su conversación fuera la más graciosa de todas.
Lujan no dejaba de mirarlo por lo que el bollo celebró su victoria cuando...— Volveremos máximo a la una.— Min Seok sonrió mientras asentía obediente antes de besar la mejilla de Lujan.
—Te quiero mucho, Lu.— susurró antes de salir corriendo.